Oct 29, 2007

110 - EL HESED DIVINO

Nos acercamos a los orígenes remotos de Israel mediante las historias patriarcales llenas de colorido y de entrañables y legendarios personajes.
El hesed divino se revela a los patriarcas favoreciéndoles en situaciones difíciles como una protección casi milagrosa de sus vidas en que está en juego su promesa.
Jahvé es un Dios sensible a la justicia y a la acogida del extranjero.
Gn:19,19 Jahvé por su misericordia salva la vida del inmigrante Lot, primero que la de los habitantes de Sodoma y después hace la destrucción de la ciudad premiando así la ley de hospitalidad debida a los forasteros.
Los relatos patriarcales expresan que la astucia humana es siempre superada y desbordada por el hesed divino que cuida la vida de todos y los libera de circunstancias peligrosas.
Gn:20,13 Abraham pide a Sara un favor, que mienta para ocultar que están casados, diga que son hermanos, pues teme por su vida ante quienes están prendados de la belleza de su mujer.
Gn:20,7 Abimelec reconoce en Abraham a un protegido de Dios y un cause de bendiciones divinas y le ofrece regalos y tierras para que permanezca en su reino.
Aquí tanto el hesed humano como el hesed divino colaboran en la empresa para el cumplimiento de la promesa de Dios dejando que la decisión humana libre, forme parte esencial de la historia que Dios hace con la humanidad.
Gn:24,12-14 Abraham envía a su sirviente Eliécer a su tierra natal para buscar esposa para su hijo Isaac "Señor Dios de mi amo Abraham, dame una señal propicia y trata a mi amo con amor. Así sabré que tratas con amor a mi amo
Luego de explicar a Labán quien es su amo y elegida Rebeca, Eliécer dice en
Gn:24,39Si queréis ser leales con mi amo, decídmelo y si no, decídmelo para actuar en consecuenciaLabán y Betuel (Reguel) a lo largo del episodio, les lleva a acceder la petición .
Gn:24,51Ahí tienes a Rebeca tómala y vete; y sea la mujer del hijo de tu amo como el Señor ha dicho
Jacob (trampas) ha experimentado una serie de vivencias inimaginables y poco comunes como haber robado a su hermano Esaú la primogenitura por un “plato de lentejas” y haber robado también la bendición de su padre Isaac por lo que huye a Haram a casa de la familia de su madre para protegerse de la venganza de su hermano.
Gn:32,11-12No merezco los favores ni la lealtad con que has tratado a tu siervo, pues con un bastón pasé este Jordán y ahora llevo dos campamentos; líbrame del poder de mi hermano Esaú, pues temo que venga y mate a las madres con los hijos
Todo este conjunto de narraciones deja ver la experiencia religiosa del amor y del perdón que sólo puede ser comprendida en su profundidad desde una experiencia auténtica humana.
Pero antes del encuentro temido con Esaú, Jacob lucha con Dios para arrancarle la bendición y conocer su nombre.
De esta disputa sale mal librado con lesión de su cadera izquierda, recibe la bendición y un cambio de nombre pues a partir de ahí se llamará Israel (El que lucha con Dios).
Aunque vio a Dios cara a cara y quedó con vida, el relato dice,
Gn:33,4Esaú corrió a recibirlo, lo abrazó, se le echó al cuello y lo besó llorando
El hermano mayor reaccionó como el padre del hijo pródigo
Lc:15,20Estaba aún distante, cuando su padre lo divisó y se enterneció, corriendo se echó a su cuello y le besó
Jacob quien esperaba la venganza y la muerte, sobrecogido por el inesperado recibimiento exclamó.
Gn:33,10 “He visto tu rostro benévolo y es como ver el rostro de Dios
Con esto nos revela la cualidad de la experiencia de Dios que se le manifiesta en el amor fraternal, el perdón y la reconciliación.
José pertenece a la cuarta generación patriarcal y es abandonado por los de su propia sangre, el hesed de Dios es fiel y estable y no va a abandonarle, es el Dios de la promesa y va a favorecerle constantemente a través de mediaciones humanas entre las que incluye sus propias capacidades.
José ha experimentado una historia desgraciada, vendido por sus hermanos envidiosos a los madianitas y después a Putifar, ministro y mayordomo del Faraón de Egypto.
La esposa de aquel acusa a José de intentar violarla al no acceder al acoso y a los deseos de ella y a traicionar a su amo, siendo encerrado en la cárcel por un delito que no cometió.
Gn:39,21Pero Jahvé estaba con José y le concedió su favor e hizo que cayese en gracia al jefe de prisión
Gn:40,14 A este hesed del Señor, fiel y constante a lo largo de toda su vida, se contrapone el hesed del Copero mayor del Faraón.
Gn:40,23 Aunque José interpreta el sueño en la cárcel y le predice su restitución al cargo del que ha sido cesado, el Coperono se acordó de José, sino que se olvidó de él
En medio de la experiencia de Dios de Israel, está el Dios providente de los padres, que nada tiene que ver con el Dios inmutable e impasible de la filosofía clásica.
Jahvé no es insensible al sufrimiento de los descendientes de Abraham, Isaac, Jacob y José.
Ex3,7He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en su sufrimiento
Dios ve, oye, se fija y libera de la opresión y del hacinamiento y conduce a una tierra,
Ex:3,8fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel
Ex:15,13Jahvé guía con su hesed a su pueblo que ha rescatado hasta su santa morada
Así comienza la andadura de la humanidad hasta las puertas del cielo.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem
Ramón Carbonell Lucía: El hesed de Dios en el Antiguo Testamento

Oct 24, 2007

109 - EL DIOS ZOOMORFICO DEL A.T.

La concepción de Dios en algunos textos del Antiguo Testamento, más generalizada es la de un Dios castigador e incluso entre los cristianos hoy día, contraponen el Dios bueno del Nuevo Testamento al Dios colérico, vengador y guerrero de las Viejas Escrituras al estilo del teólogo herético Marción del siglo II, por lo que prescinden de usar esta parte de la Biblia.
Muchos versículos se muestran como textos muy duros.
Os:14,1 “Samaría pagará la culpa de rebelarse contra su Dios: los pasarán a cuchillo, estrellarán a las criaturas, abrirán en canal a las embarazadas
El profeta Oseas en un alarde de imaginación, presenta a Yahvé con una serie de imágenes zoomórficas para mostrar su furia contra su pueblo desobediente.
Oseas 13,7-8 "Seré para ellos como un leopardo, los acecharé como pantera en el camino, los asaltaré como una osa a quien roban las crías y les desgarraré como el pecho; allí los devoraré como un león, las fieras los descuartizarán
El salterio entre la plegaria humana y la palabra de Dios deja lanzar la violencia contra los enemigos en medida mayor que lo deseable.
Sal:110,5-6 “El Señor a tu derecha, el día de su ira quebrantará a reyes; juzgará a paganos, amontonará cadáveres, quebrantará cráneos sobre la ancha tierra
La reflexión exhaustiva requiere evitar la interpretación literal de las imágenes poéticas y no confundir la fidelidad que quiere comunicar el texto bíblico con el literalismo.
Es conveniente tener en cuenta que el Dios bíblico se revela en la historia de forma progresiva de la misma manera que el conocimiento y la comprensión humana de su revelación también va creciendo y depurándose a través de la historia.
Los cristianos hacemos una lectura crítica de la revelación bíblica desde lo que creemos es la definitiva manifestación en Jesucristo.
A partir de su vida y su mensaje muchas imágenes del Dios veterotestamentario son inaceptables, considerándose como pertenecientes a una fase transitoria y superada del conocimiento de Dios.
La violencia hace parte de nuestra experiencia personal y de nuestro mundo.
La presencia de la violencia en la Biblia en este sentido nos confronta con la crudeza de nuestra realidad humana de guerras, agresiones e iniquidades y nos plantean interrogantes muy serios sobre como nos enfrentamos a ella y a la indignación que producen en nosotros mismos la injusticia y el sufrimiento de los inocentes.
Por lo tanto muchos de los textos en que se deja ver un Dios airado, son resultado de la opresión y de los crímenes contra los desvalidos producto de la falta de la misericordia y de la injusticia de las relaciones humanas.
Is:57, 1 “perece el inocente y nadie hace caso, se llevan a los hombres fieles y nadie comprende que por la maldad se llevan al inocente
El profeta Oseas en un oráculo describe que Jahvé forma un pleito a los sacerdotes que sólo se preocupan de cobrar multas y ofrendas para borrar los pecados del pueblo con las que luego disfrutan de grandes banquetes y por lo que es aún peor, porque privan al pueblo del conocimiento de Dios, de su instrucción en el hesed (lealtad, misericordia, bondad) y del `emet (fidelidad, verdad)
Y esa falta a su amor que se expresa en la Alianza y en los preceptos que Dios les ha dado para conservar su libertad, les lleva a una situación en la que el hombre es un lobo para el hombre.
Os:4,1-3 “Que no hay verdad ni misericordia, ni conocimiento de Dios en el país, sino juramento y mentira, asesinato y robo, adulterio y libertinaje, homicidio tras homicidio. Por eso gime el país y desfallecen sus habitantes
Es importante en este punto encontrar la conexión entre la cólera de Dios que es la indignación ética y su misericordia (hesed)
Jahvé se encoleriza porque el pueblo es infiel a su compromiso de amor.
Os:6,4 “porque su misericordia es nube mañanera, rocío que se evapora al alba
Os:6,6 “porque no cumple lo que él le pide y quiere verdaderamente de su pueblo, es decir, misericordia, no sacrificios, conocimiento de Dios, no holocaustos
Zac:7,9 “juzgad sentencias verdaderas, que cada uno trate a su hermano con misericordia y compasión, no oprimáis a viudas, huérfanos e inmigrantes y necesitados, que nadie maquine maldades contra su próximo
Desde aquí es saludable crear una relectura posible del concepto de Dios del Antiguo Testamento a partir del hilo conductor de su hesed con otros atributos de Dios como la fidelidad, la bondad, el derecho y la compasión con la Alianza Nueva.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem
Jean Pierre Prévost: Diccionario de los salmos.
Lucía Ramón Carbonell: El hesed de Dios del Antiguo Testamento.

Oct 20, 2007

108- JESUS NOS LIBERA DE DIOS

Este sugestivo título hace parte de una mirada para situar la relación entre la salvación y la liberación y es cosecha y originalidad desde la óptica cristiana.
La interpretación de Jesús es bastante compleja, no huyó nunca de los conflictos concretos y por supuesto fue condenado por esto.
1- Ruptura con la reproducción del mal “El perdón
Partiendo del símbolo de la ruptura en la reproducción del mal, el perdón, vemos en el evangelio de Lucas, que Jesús muere perdonando a sus verdugos sin que esto signifique que sea olvido pues él, no deja de lado sus opositores durante su ministerio público, no cierra sus ojos para salvar su pellejo.
Tampoco fue indiferencia, puesto que no huyó ante la realidad de la coalición de sus opositores de las clases político religiosas. Sus adversarios quisieron hacer condenar a Jesús por político y los romanos, los más interesados, lo declararon inocente.
Es fácil perdonar cuando se es indiferente pero esta clase de perdón, no tiene peso ni gracia.
El perdón de Jesús es un acto verdadero de esfuerzo lúcido, y, consciente que quien ha obrado mal, se encuentra en una situación más lamentable que quien ha sufrido.
El acto de perdón tiene por propósito romper el círculo reproductor del mal que se cierra bajo una extraña fascinación sobre si mismo.
El perdón desplaza el argumento de que no se cura el mal por el mal, el asesinato por el asesinato o la guerra por la guerra.
El perdón es ese acto que se niega a entrar en la lógica del adversario y que al desplazar el mecanismo anterior juzga cómo el enemigo mismo es capaz de aceptar dicha desviación.
SOLO PUEDE Y TIENE EL PODER DE PERDONAR Y ROMPER EL CIRCULO DE LA VENGANZA, QUIEN HA SIDO TORTURADO.
El perdón de Jesús está cargado de su ejemplar historia de lucha.
LA RESURRECCION ES EL “SI” DE DIOS A ESTE PERDON Y ES EL ACTO POR EL QUE DIOS HACE SUYO EL ACTO DE PERDON DE JESUS.
La resurrección no tiene sentido sino cuando se sitúa precisamente como la conclusión de la vida histórica de lucha, que le llevó al proceso y a la muerte a Jesús de Nazareth, y así mismo, abre un porvenir a la humanidad, aquel que perdona está definitivamente vivo.
El desplazamiento de la violencia ocurrido por la resurrección demuestra que la lógica asumida por el mal, no es definitiva.
2- Jesús nos libera de "Dios"
Mejor dicho nos libera de las representaciones que nos hacemos de Dios con las cuales no lo alcanzamos a pesar de que quisiéramos lograrlo para ponerlo ordinariamente al servicio de nuestros intereses.
Mucho antes de que los alemanes utilizaran su Gott mit uns y los franceses su Gets Dei per francos, los fariseos habían utilizado a Dios a favor de su propia perspectiva ya que Dios se convertía en garantía de cierta forma de situarse ante él, no permitiendo al hombre ser libre y estar de pié frente a Dios.
Las actuaciones de Jesús en su vida histórica transformaron esas falsas representaciones de Dios pues su vida fue un grito de rebeldía contra la imagen idolátrica de un Dios que hace esclavo al hombre.
Jesús nos pone de pie delante de Dios, liberándonos del miedo y de la inseguridad (la falta de fe)
3- Jesús nos libera de la "tentación mesiánica"
Todos estamos acostumbrados a oír mencionar a Jesús como el Cristo, el Mesías o el Ungido, sin embargo rehusó serlo al menos en la forma como se entendía en su época.
Frustró las esperanzas del pueblo judío de un Mesías que llevara a cabo una liberación militar o política del imperio dominante (romano) anunciada por la promesa bíblica.
Al no dar Jesús cumplimiento a nada de esto, causó decepción y permitió que los saduceos movilizaran al pueblo en su contra.
El proceso de Jesús se pudo llevar a cabo sólo por que chocaron los intereses del pueblo con los intereses muchas veces opuestos de los fariseos y de los saduceos.
Jesús rehusó tomar el poder durante su vida terrena e incluso después de su resurrección Hch:1,6 Los que estaban reunidos con Jesús le preguntaron. Señor ¿Vas a restablecer en este momento el Reino de Israel?”
Defraudarles era significación e indicación de que Dios no quiere desempeñar el papel que los hombres esperan de él, para regresar a una especie de paraíso perdido.
El Mesías no quiere privar a los hombres de crear ellos mismos su propia historia y su sociedad cuyas relaciones son producto histórico donde solo ellos pueden transformarlas.
El anuncio del Reino no anula la lucha histórica sino que manifiesta su alcanse trascendente.

4- Jesús nos libera de la “tentación espiritualista
Jesús al negarse a hacer él mismo la historia, no nos envía a un reino puramente interior, si esto fuese verdad deberíamos borrar de su vida todos los riesgos que asumió y todas las obras que realizó.
Se rebeló contra las discriminaciones que se hacen en correspondencia con el próximo y la relación con Dios.
La tentación espiritualista consiste en pensar que la relación que se hace con el próximo es indiferente para la relación con Dios.
Jesús identificó el lugar en donde se entabla la relación con Dios, que no es otra cosa que el encuentro con los demás.
LA SALVACION ESTA EN DONDE UNOS HOMBRES HACEN LIBRES A OTROS HOMBRES. Si la historia es tarea de hombres dotados de libertad, Dios quiere actuar en ella, respetando la libertad, por medio de su palabra y lo hace en lenguaje humano compuesto y pronunciado por poetas y escritores.
La salvación cristiana da su dimensión trascendente al acto de liberación en el “aquí y el ahora” en que se realiza la salvación, en ese acto que hace libre y que tiene una promesa que supera todo lo que puedo esperar y esa promesa está significada en la Resurrección.
Bibliografía:

Biblia de Jerusalem

Christian Duquoc: La salvación cristiana como liberación.

Luis Alonso Schökel ¿Dónde está tu hermano? Textos de fraternidad en el Génesis.

Oct 7, 2007

107 - LA VERDAD EN JUAN

Este autor es un teólogo de la Trinidad y de la Encarnación y también de la Redención, al manifestar el Plan de Dios que salva a los hombres enviando a su Hijo.
Lo fascinante de este teólogo es que expresa una doctrina rica y profunda con unos medios muy pobres, mediante un lenguaje en una fraseología semítica y un vocabulario escaso.
No existe en su obra evangélica y en sus Cartas el vocabulario de la redención y del rescate, mas esta idea sí se encuentra en ellos. Por el contrario, tienen un lugar determinado dos temas la salvación y la liberación, que a pesar de no estar muy utilizadas se hallan en los capítulos de esencial importancia en su obra.
La salvación del mundo era tanto para los paganos como para los judíos una espera inquietante vivida y manifestada en formas diferentes.
Para los primeros, se trataba de liberarse de un mundo malo en donde el hombre tenía que soportar los golpes de un destino implacable.
Los cultos mistéricos y especialmente la gnosis ofrecían ciertos medios de evasión fuera de esa historia carente de sentido.
Hoy los no practicantes y no creyentes asumen que los movimientos de la Nueva Era les compensan su éxodo del cristianismo cuando a partir de la etapa universitaria los mal preparados se tropiezan con filosofías y escuelas, donde se niega la trascendencia del hombre.
En el judaísmo por su parte, se aguantaba con esperanza la intervención de Dios en esa misma historia del hombre, por lo cual surgía esta pregunta
¿Acaso no había Jahvé prometido salvar a su pueblo enviando su Mesías y estableciendo su Reino?
Así tanto en uno como en otro grupo, la misma idea de salvación despertaba enorme interés en todos los ánimos.
En este contexto Juan había recogido con suma atención las palabras de Jesús que prometían la salvación y acopiaban el marco a la esperanza judía, al ofrecer una respuesta de Dios que por supuesto superaba los límites nacionales y temporales.
Jn:12, 46-47 “Yo soy la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí, no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le condenaré, porque no he venido para condenar al mundo sino para salvar al mundo
La fe en Jesucristo es el resultado del paso de las tinieblas a la luz y de la perdición a la salvación pues por sí mismo, el mundo está por completo bajo el dominio del mal.
El mal por tener su propia lógica está bajo el golpe de la justicia de Dios, pide su condenación no sólo en este mundo sino por toda la eternidad.
Hoy nosotros no tenemos idea de qué era el pastor de ovejas, cuál era su entorno y qué reputación debía tener en la cultura oriental de la época.
Jesús se refiere a los judíos que están en los patios de las arcadas del Templo y arremete contra la clase político religiosa ilegítima y corrupta, llevándoselos hacia el Padre sin regreso.
Jn:8,12; 5,5 Pero Jahvé en su infinita misericordia y piedad con el hombre le ha enviado a su Hijo como la “luz del mundo
Jn:1,4-5; 9,10 “para que esa luz brille en las tinieblas”.
Así que creer en Jesús es dar acogida a la luz y a la vez es entrar en el camino de la salvación, pues rechazarlo sería destinarse a sí mismo a la perdición.
Jn:10,10-15 Jesús es el buen pastor que da la vida por sus ovejas, a diferencia de los ladrones y bandoleros que se aprovechan de ellas.
Es la única puerta por donde pueden pasar las ovejas para ir a pastar.
Jn: 10,9. Yo soy la puerta, si uno entra por mí, estará a salvo.
Esto confronta en una reflexión sobre los salvadores que se ofrecen y cuyas promesas acaban siendo fatalmente decepcionantes al dejarse llevar por engañosas apariencias.
Toda promesa debe ser debidamente atestiguada y la palabra de Jesús es la única que tiene testimonio de autenticidad.
Jesús ofrece el único mensaje para que el hombre se salve, gracias a que es acreditado por el Padre.
Jn:5,34 Digo esto para que os salvéis.

Jn:4 Jesús en su largo diálogo con la samaritana formula una promesa de vida para la humanidad destinada a la muerte.
Jn: 4,14 El que beba del agua que yo le de, nunca volverá a tener sed, sino el agua que yo le de se convertirá en él en fuente de agua que brota para la vida eterna.
Jn:5,36 Las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.
No es una ilusión que desembocará en la nada sino que el que cree en Jesús la vida eterna ya ha comenzado pues trae a los hombres a la común-unión con Dios, condición auténtica de salvación.
Muchos samaritanos creyeron al finalizar este episodio.
Jn:4,41-42 Por las palabras de la mujer que atestiguaba: me ha dicho todo lo que he hecho. Y decían a la mujer … nosotros mismos hemos oído y sabemos verdaderamente que este es el salvador del mundo.
Es impresionante, cómo Juan hace hablar a esos hombres como cristianos antes de la resurrección (texto postpascual)
Su acto de fe es un reconocimiento a Jesús como el único Salvador. En esta presentación dramática de la fe que se desarrolla en torno a Jesús, el evangelista añade sus propias palabras en reflexión:
Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio a su único Hijo, para que el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Todo el drama humano queda resumido en estas simple palabras, la salvación, sí pero ¿con qué condición? La luz de Dios se ha mostrado mediante las palabras y los actos de la existencia de Jesús que está actuando misteriosamente en el corazón de todo hombre.
Pero exige una opción, es imposible permanecer neutral, sin albergar ilusiones sobre la realidad humana, individual, social, política o cultural.
El juicio de Dios se realiza allí mismo. La perdición es la suerte fatal de todo hombre que delante de la luz, rechaza ese don de Dios, único que podría darle salvación. La verdad para los orientales es sinónimo de fidelidad y para Juan la Verdad es Jesús, por lo cual la verdad para el cristiano no es una verdad del conocimiento abstracto sino que pertenece al marco de la fe. Adherirse a la verdad es entrar en ese mundo de Dios, ese mundo que es El mismo, sin alienación ni mentira, desposándose con la verdad, con Jesús , hombre libre.

El cristiano en busca de la liberación llega hasta esas raices espirituales de toda revolución que el Che Guevara expresara de esta manera

"Permitidme que os diga, a riesgo de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar, ni siquiera por un instante, que un revolucionario pueda ser auténtico sin esta cualidad"
Bibliografía:

Biblia de Jerusalem.


Pierre Grelot: La verdad os hará libres.


Torres Fajardo Álvaro: El evangelio de Juan.

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