Dec 26, 2007

121 - LOS ORANTES DEL PESEBRE

P. Samuel González Antolínez cjm. Seminario Valmaría.

Yo quiero acercarme al “pesebre” donde está el Niño.
La fe me dice que Él es el Hijo de Dios. Y lo creo.
Junto a la cuna quiero contemplar unos momentos lo que ha pasado allí.
En el silencio de la noche me acerco a María, a José y al pequeño Jesús.
Tan solo quiero mirarlos. Las palabras sobran.
Los tres oran de una manera desconocida para mí.
MARÍA – Sé que María ha orado durante largas horas; ha deseado la llegada de un Rey prometido por muchos siglos en las páginas bíblicas.
Ella sabía que vendría el Salvador de la humanidad...pero ignoraba que Dios se había enamorado de su belleza de mujer limpia de culpa.
María oró su esperanza durante los nueve meses del embarazo, después de aquel día en que se le anunció que sería Madre de un Rey, sin concurso de varón. Misterio...!
El misterio redentor empezó a manifestarse.
Oró en la Noche más clara de la historia. Cuando en la cueva de unos pastores se escuchó el primer villancico: “Gloria arriba en el cielo y paz... en la lejanía del planeta tierra” Lc:2,14
Los pastores generosos fueron los primeros que recibieron la grata noticia: “Os ha nacido un Salvador” Lc:2,11
Poco a poco se irá descorriendo el velo del misterio.
María oró sin palabras, mirando embelesada a su Niño después de un parto recatado y limpio.
Yo tengo que aprender a orar cuando la vida se me venga encima...llena de sorpresas y a mi parecer, falta de lógica.

JOSÉ - Su noviazgo estuvo lleno de incertidumbres, aunque en su “preciosa novia” encontraba todas las cualidades soñadas: nobleza, sinceridad, fidelidad, transparencia, irradiación.
Su amor a María fue tranquilo hasta el día en que supo del embarazo de María.
Entonces sufrió profundamente.
Aquello era inexplicable. Ante ese hecho debía tomar la indeseable decisión: o abandonarla o acusarla.
Pero ni lo uno ni lo otro estaba de acuerdo con sus afectos y sentimientos.
Sufrió lo indecible.
Oró en silencio su desconcierto, su estado de alma.
Pidió al Altísimo discernimiento, prudencia.
Hasta que el ángel se le manifestó en sueños y le sugirió: No temas; recibe a María con total serenidad Mt:1,20. Lo que ella ha concebido es fruto del enamoramiento de Dios; el embarazo es obra del poder de Dios”. Dará a luz un hijo que llevará el expresivo nombre: “Salvación: Jesús” Mt:1,21; Lc:1,31.
José continuó en oración. Se hallaba ante un misterio, difícil de aceptar, siendo él de condición humilde.
Oró sin palabras; pero obedeció la insinuación del cielo.
Él sería el ángel encargado de proteger a la mujer más santa y al Niño que rescataría la humanidad. Empezó a amar a María con el afecto de Dios.
De José no conocemos ninguna palabra.
Yo quiero aprender de José a guardar silencio a pesar de los desconciertos. Quiero que él me enseñe a ser contemplativo silencioso, confiando en quien puede escribir recto sobre líneas torcidas.
JESUS - El Niño recostado en la pesebrera es el perfecto Adorador del Padre Celestial.
El Hijo de su predilección.
Está ahí, temblando de frío o recostado sobre el pecho de la Madre, porque el Amor lo lanzó a esta aventura.
Está ahí cumpliendo los designios de Aquel que todo lo dispone para agraciar a los de buena voluntad.
Está ahí anonadado...hecho en todo semejante a nosotros, menos en lo pecaminoso.
Jesús da gloria a su Padre...
Se ha metido en la historia humana y quiere peregrinar con nosotros y acompañarnos en las alegrías, en los trabajos, en los sufrimientos, en la vida y en la muerte.
Quiere enseñarnos cómo actúa un “hijo de Dios”; quiere proyectar sobre nosotros el rostro del Padre.
Mi oración es alegre cuando es la continuación de la que hizo Jesús.
Porque me hice discípulo de Jesús para vivir lo que Él vivió.
Y nada trae más gozo que el orar por Él, con Él, y en Él.
Oraron ante el pesebre los Ángeles...los pastores y los reyes venidos de tierras lejanas.
Yo quiero también escuchar la invitación que recibieron los pastores y acercarme a la cueva y reconocer al que es Señor de lo creado.
Ellos eran pobres; solo tenían la cueva, pero la cedieron con agrado para celebrar la Navidad.
Dieron lo que ellos tanto necesitaban para protegerse del frío de la noche.
Yo nada tengo para ofrecer al Niño... sino lo que soy y que Él conoce a perfección.
Oraron ante el Niño los Reyes orientales.
Lo reconocieron como Dios, como Rey y como Cordero que sería inmolado.
Incienso, oro y mirra: con estos tres signos reconocieron al recién nacido como Dios, como rey, como víctima del sacrificio definitivo.
Yo reconozco en Jesús a Dios, el que merece la adoración de todos; al Rey Único del universo que gobierna las naciones con leyes estables y al Mártir que desclavado del madero será embalsamado con mirra.
Reconozco en Jesús la Hostia que el Padre aceptará como la única capaz de lavar mis pecados.
"Te invito a que ores sin preocuparte por el tiempo que trascurra ante el pesebre".

Dec 24, 2007

120 - EL CANTAR EN LA BIBLIA

La importancia musical para la religión bíblica esta sustentada en la frecuencia con que este verbo cantar y sus términos derivados, se encuentran a lo largo de su lectura.
En el Antiguo Testamento se encuentra 309 veces y en el Nuevo Testamento 36 veces.
Cuando el hombre establece una relación íntima con Dios o con su próximo, la palabra hablada es insuficiente, es escasa y al despertar ontológicamente los mecanismos de su ser, aparece el cántico.
El ser invita a la creación entera a unirse a su voz para convertirse en un cántico de acción de gracias como nos recuerda el Salmo:57,8-11
! Despiértate alma mía!
¡Despertaré cítara y arpa!
¡Quiero despertar a la aurora!
Te alabaré ante todos los pueblos.
Señor te ensalzaré delante de las naciones.
Porque tu amor es grande hasta los cielos; tu lealtad alcanza las nubes
Después del paso del Mar Rojo se encuentra la primera mención del canto, Israel se ha sentido por fin libre de la esclavitud y de la servidumbre.
Ese don de libertad y de salvación que también Moisés lo había experimentado, es el don de la vida que proviene de la mano de Dios.
La reacción del pueblo involucrado en el acontecimiento fundamental de salvación expresa Ex: 15,1 “Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron ese cántico a Jahvé
Este cántico es utilizado por los cristianos año tras año y lo han incorporado como suyo por lo cual es símbolo nuevo durante la Vigilia Pascual.
La liturgia encuentra su puesto en este lugar histórico, ese acontecimiento salvífico del Mar Rojo fue el fundamento sobre el que se sustentó la alabanza a Dios, tema básico de sus himnos, está renovado para los cristianos en el paso del Mar rojo de sangre y de muerte de Cristo quien bajó a las tinieblas, es un éxodo que se reactualiza constantemente en el Bautismo.
El Bautismo nos introduce en el dinamismo de Jesucristo que descendió al Hades y que salió de el en su Resurrección, y nos toma e introduce en una común-unión nueva.
El paso de libertad al desierto y luego a la tierra prometida no puso fin a sus angustias, Dios se manifestó y acompañó en muchas hazañas a los israelitas quienes volvieron a encontrar el Canto de Moisés que les apartaba del miedo.
Esto puso de manifiesto que Dios no vive en el pasado, sino que se manifiesta en el presente y en el futuro.
Hoy el cristiano seguro de la certeza en la Salvación y en la Resurrección hace un canto nuevo de plenitud diferente al acontecimiento que tuvo lugar en la Resurrección de Cristo.
Hay una teología del canto cultural que en diferentes testimonios se plasma a lo largo y ancho de la Sagrada Escritura.
Desconocemos la puntuación de la música sagrada de Israel, pero en el Libro de los Salmos encontramos una gran fuente de cánticos donde la experiencia israelita convertida en poesía es hecha plegaria y canción ante Dios.
Ese canto contiene tristeza, queja, dolor, recriminación, temor, esperanza, confianza, acción de gracias, alegrías, toda la sinfonía de la vida reflejada en el, al intentar una comunicación con Dios.
En el camino histórico la música encuentra un paralelismo con las imágenes, la iglesia ortodoxa de Oriente se inclina por las corales polifónicas, mientras la de Occidente desarrolla el canto sálmico heredado, alcanzando el gregoriano.
Dos fenómenos ocurren: uno, la libertad del arte genera derechos cada vez más amplios incluso en el culto divino y dos, la música sacra y la profana se entrelazan.
Es llamativo y curioso que luego, las "Misas Parodia" en las que el texto litúrgico se sometía a un tema melódico procedente de la música profana, podría sonar como una canción mundana.
El Concilio de Trento 1545 a 1563 intervino y conciente de la confrontación cultural en curso, elevó a norma, que la palabra fuera la que determinara la música litúrgica.
Hoy tras la revolución y mundialización de la cultura, es necesario entender cómo la inculturación en el ámbito de la música sacra conserve la identidad cristiana y pueda desarrollar la universalización.
Aquella bella colección de canciones de amor humano al asumirse como pieza inspirada e incluirse en el Canon, ocasionó una nueva temática en el Cantar de los Cantares.
La música clásica se ha reducido a una élite casi de especilalistas distanciándose de la música de las masas que recorre un camino completamente diverso en relación a la primera.
La música Pop ya no sustentada por el pueblo en el antiguo sentido de la palabra, se halla subordinada al fenómeno de las megacomunicacciones, inmersa en procesos de producción industrial.
Puede calificarse como un culto a la banalidad.
La música Rock puede decirse que es la expresión de una pasión rudimentaria, que por lo general junto al uso de energizantes y de sustancias psicoactivas ha adquirido dimensiones culturales de gran eco en los festivales.
El rock puede considerarse un "contraculto" frente al culto cristiano.
Esta música parece liberar al hombre a través de la experiencia de masas, de la sacudida del ritmo, del ruido y de los efectos luminosos.
Recordamos a la trinidad satánica en el Apocalipsis de Juan, la bestia, la imagen de Satán y el número, como los últimos enemigos de Dios que hacen su ingreso en la historia como una potencia extraordinaria que hacía ver todo perdido para el Israel de Dios.
La disolusión del sujeto, vivida hoy por nosotros a la vez que afirmamos las formas más radicales de subjetivismo, ha llevado la recostrucción de una forma anárquica de la teoría del arte.
El Apocalipsis al tener una visión horizontal hacia el futuro basada en la fe en Cristo, designa su canto del vencedor, compuesto por el Canto de Moisés, el Canto del Siervo y el Canto del Cordero, síntesis al descubierto en una dimensión nueva del cantar frente a Dios.
La música eclesiástica surge como verdadero don o carisma en que se da una verdadera glosolalia o lengua nueva del Espíritu.
Biblia de Jerusalem.
Ratzinger Josef: El espíritu del icono.

119 - DEL PARAISO AL PESEBRE



P. Amadeo Pedroza Pedrosa cjm.

sacerdote eudista desde Mexico

1 Cor. 15, 22 “Así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos tendrán vida” El primer hombre, Adám, (hombre adámico, formado a partir de la adamah) fue creadoGn. 1, 26 “a imagen y semejanza de Dios” y colocado en el paraíso, lugar o mejor situación de paz y felicidad, en armonía con el Creador y con el mundo creado.
Dios le dio una compañera semejante a él, tomada de su propio ser, para que lo complementara y compartiera con él la felicidad.
Este primer proyecto de Dios para el hombre era “muy bueno”: el hombre, sometido a su Creador, debía ser el rey de la creación y señor de todo lo creado; él puso nombre a todos los animales, y asumió, junto con su pareja, el dominio de todos los seres creados. Al principio todo funcionó bien, el hombre y su mujer eran felices, se paseaban desnudos por el paraíso sin sentir vergüenza, disfrutaban la compañía de los animales, y muy pronto comenzaron a procrear hijos como fruto de la bendición divina.
El Salmo 8 describe así este estado de felicidad primigenia: “Señor, qué es el hombre para que te acuerdes de él… Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies”.
¿Cabría una mayor felicidad y realización humana?
Pero este proyecto de Dios vino a menos y se arruinó a causa de la desobediencia del hombre. Adán y su mujer, la madre de los vivientes, instigados por el demonio tomaron el fruto prohibido y lo comieron. Quisieron “ser como dioses” conocedores del bien y del mal, y dueños de su propio destino. La armonía original se alteró profundamente, y el hombre se vio sometido a toda clase de males y de contradicciones; su relación con el creador se arruinó, la relación del hombre con su compañera se enturbió, la tierra se volvió hostil, la relación con el mundo creado se vio fuertemente alterada.
Rom. 5, 12 “Por medio de un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado entró la muerte; y así la muerte pasó a todos porque todos pecaron
El hombre, expulsado de paraíso, se convirtió en el “terrenal proscrito” que desde el abismo de su tragedia anhela volver a la casa del Padre y recuperar su esplendor primitivo.
Para recobrar su grandeza el hombre construye torres de babel, levanta enormes rascacielos, y elabora grandes proyectos sobre la tierra para sentirse grande y poderoso, y dueño de su propio destino.
Al mismo tiempo fabrica armas y máquinas de guerra para destruir a sus semejantes, y destruye el mundo creado con sus excesos y sus invenciones.
El hombre, hecho señor de la creación, destruye y contamina la creación. Alguien ha dicho que el hombre es el único animal que destruye su hábitat.
¿Cabrá mayor tragedia?
¿Será que Dios se olvidó del hombre?
No, de ninguna manera. “Cuando por desobediencia perdió tu amistad, tú no lo abandonaste al poder de la muerte, sino que compadecido tendiste la mano a todos para que te encuentre el que te busca” (Cuarta plegaria eucarística).
Desde el principio también Dios ha querido buscar al hombre e inició con él una “historia de salvación”, y se ha propuesto renovar con el hombre la primera alianza.
En el pesebre Dios se ha acercado al hombre, se ha encarnado y ha plantado su tienda en nuestro mundo; ha querido compartir nuestra existencia humana en todo, menos en el pecado.
Se ha hecho como uno de nosotros para restaurar al hombre desde dentro y rehacer en él la imagen perdida.
El Dios de la creación se ha hecho el “Dios con nosotros” y nos ha compartido su propia vida. Juan 3, 16 “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su propio Hijo, para que todo el que crea en él no perezca sino que tenga vida eterna
Con el nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén comienza la creación del “hombre nuevo” que responde adecuadamente al primer proyecto de Dios.
1 Cor. 15, 48 “El primer hombre hecho de tierra era de la tierra; el segundo hombre es del cielo” Y San Pablo agrega: así como llevamos la imagen del hombre terrenal, debemos llevar la imagen del celestial.
Por medio de Jesucristo somos recreados y recibimos el don de una nueva vida. Si todavía llevamos la impronta del viejo Adán, ahora por el Hijo encarnado llevamos la impronta del que es la verdadera “imagen de Dios”, el primogénito de la creación.
Lo que perdimos en Adán lo hemos recobrado en una proporción infinitamente mayor por medio de Jesucristo.
El Concilio Vaticano II enseñó que “realmente el misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado… Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (GS, 22).
En el nacimiento de Jesús el hombre se reconcilia con Dios, consigo mismo, y con el mundo creado. El Dios con nosotros restaura la armonía primitiva y se constituye en “mediador” entre Dios y el hombre; los hombres llegan a ser verdaderamente hermanos en aquel que se encarnó por nosotros; el mundo creado es habitado y renovado por el Hijo de Dios. Por eso los ángeles cantan en el pesebre: “Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor”.
Estamos próximos a celebrar una vez más el gran misterio de la venida de Dios al mundo; los aires y las campanas de la Navidad ya resuenan por todas partes. Es un buen momento para recordar que solo en Cristo encontramos el verdadero sentido de nuestra existencia y el camino de nuestra felicidad. “Nadie va al Padre sino por mí”. Solo por medio de Cristo los seres humanos podemos reconocernos como hermanos y vivir en paz fraterna y universal; solo con su inspiración y sabiduría podemos cuidar bien nuestro mundo y evitar la catástrofe climática y ecológica que nos amenaza.
San León Magno nos exhorta así en una de sus homilías: “Despierta, hombre; por ti Dios se hizo hombre”. Ya es hora de despertar, de abrir nuestros ojos al mundo nuevo iniciado por Jesucristo, y comenzar a trabajar juntos en la implantación de un mundo más justo y más humano que todos anhelamos.

Dec 22, 2007

118 - ENCUENTRO DE ALIANZAS

El escritor en Lucas plasma de una manera maravillosa el encuentro de las dos madres y de los dos hijos. En la mente del evangelista está el encuentro y la continuidad de las dos economías:
La antigua Alianza o Antiguo Testamento que precede en la Anunciación, es la de Juan
La Nueva Alianza o Nuevo Testamento que lleva a la plenitud de la primera es la razón por la que el Mesías viene en el seno de su madre a visitar a Isabel y a su hijo para que a su contacto ¨sean llenos del espíritu Santo
1,39-40 María va al encuentro de Isabel.
Lucas pone de realce la prontitud de María, dócil a las emociones del Espíritu Santo que la ha llenado.
Ella se dirige de Nazareth a una montaña de Judá hoy identificada como Ain Karim a unos 6 km. de Jerusalem.
1,41-45 Isabel saluda y bendice a María.
Estos versículos componen una escena mesiánica en el estilo lucano donde el hagiógrafo va a lo esencial que consta de dos efectos.
El primero se refiere al salto del niño en el vientre de Isabel como signo de alegría mesiánica al estar impregnado del Espíritu.
El verbo utilizado recuerda a manera de ecos resonantes veterotestamentarios
Salmo: 114,4-6 “Los cerros y las montañas saltaron como carneros y corderitos
Sabiduría:19,9 “Parecían caballos que pastaban, saltaban de alegría como corderitos
Malaquías:4,2 “Y ustedes saltarán de alegría como becerros que salen del establo
Al instante el niño “fue lleno del Espíritu Santo, aún desde el seno de su madre” cumpliéndose el anuncio del mensajero divino.
Con anterioridad en 1,15 Gabriel en el anuncio a Zacarías, Juan desde el vientre de su madre había sido consagrado como "profeta" en la misión encomendada.
El segundo se refiere a Isabel quien también impregnada del Espíritu Santo, pronuncia una palabra profética, es la voz del Espíritu en ella y clama con fuerte voz “Bendita seas entre las mujeres” aquí en la traducción griega se esconde un superlativo semita “entre todas las mujeres” y “bendito es también el fruto de tu vientre
El Mesías es objeto de evocadas predicciones divinas que plasma Lucas: 3,32
Deuteronomio: 28,4 “Serán benditos tus hijos y tus cosechas, y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos tus animales” son las bendiciones para quienes obedecen.
Jueces: 5,24 “!Bendita sea entre las mujeres Jael, esposa de Heber el quenita! ¡Bendita sea entre las mujeres del campamento!
Judit: 13,18 “Hija que el Dios Altísimo te bendiga más que a todas las mujeres de la tierra” dice Ozías a Judith.
Estas citas bíblicas nos recuerdan que fueron utilizadas en la confección de la oración que conocemos actualmente como EL AVE MARIA.
Isabel reconoce como su Señor al niño concebido en el vientre de María, con todo el alcance teológico de su significado que Jesús alcanza en su glorificación pero que aquí el evangelista se complace en depositárselo desde su vida materna.
ES EL ENCUENTRO DEL PRECURSOR Y DEL MESIAS.
María es proclamada como creyente por lo que se le declara como “bienaventurada” y a la vez Lucas ha querido subrayar un contraste:
1,20 A Zacarías le faltó fe “ahora como no has creído quedarás mudo” María empero creyó e Isabel también.
1,39-56 María creyente y servidora; este relato diferente del esquema de las anunciaciones, sobresale ante la pregunta del Ángel y la respuesta de María con un sí a la propuesta de Dios.
"La alianza enseña que la historia se hace por asociación simultánea e irrompible de dos seres comprometidos en ella. el Creador y la criatura, dios y el hombre" es el aspecto más importante y más desconocido de la alianza.
En este contexto hay que comprender el diálogo entre el Ángel, es decir, Dios y María.
El sentido teológico fuerte de Lucas en exaltar el poder de Dios se ve limitado por la virgen de Nazareth, Dios tiene necesidad de ella y no hará nada sin su consentimiento.
María es pieza fundamental para el Misterio de la Encarnación y su positiva respuesta como creyente como obediente la convierte en la primera cristiana.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem.
Carrillo Olday Salvador: La infancia de Jesús.
Michaud Jean Paul: Maria de los evangelios.

Dec 18, 2007

117 .- NO CONOZCO VARON

La virginidad no era exaltada en Israel, se conoce que el celibato era practicado, se dice, entre las gentes de Qumran como excepción aparente puesto que procedía de una preocupación ritual que en nada tenía que ver con el caso de María.
La esterilidad era mal vista, calificada como deshonra de la mujer y producto del castigo de Dios por sus faltas.
En Lc:1,34 surgen varios interrogantes, como puede observarse en las innumerables explicaciones propuestas sobre él.
¿Cómo se hará esto sino conozco varón?
María pregunta qué es lo que ha de hacer, sin que se identifique como negativa, duda o falta de fe, que en el paralelismo con Zacarías se refieren como la oposición de estas dos últimas Lc:1,20 y 1,45.
Durante la patrística, desde San Agustín se pensaba con frecuencia que María oponía a la propuesta del ángel un voto de virginidad que habría hecho con anterioridad, pero hablar de un voto resulta claramente anacrónico.
¿Cómo explicar en este caso su matrimonio?
Hoy se sigue hablando, sin embargo, si no de un propósito de virginidad, si al menos de una preocupación por una orientación o atractivo profundo por la vida virginal o, de un deseo secreto de virginidad experimentado y existencialmente vivido en María.
Este fenómeno no pudo todavía tomar la forma de resolución era imposible en el ambiente social en que vivía, pues esto se sitúa más en el aspecto psicológico de esta joven.
No se debe leer a Lucas en esta forma como si fuera la pregunta resultado del estado de ánimo de María, para el evangelista la pregunta corresponde a un medio literario que emplea concientemente con el propósito de hacer comprender al lector que la concepción del Espíritu postula un nacimiento virginal y que María engendró al Mesías permaneciendo virgen.
Esta razonable posición nos sitúa en un nivel de teología profunda del relato, donde no se trata del simple hecho de lo que le ocurre a una campesina de Nazareth, sino de la filiación divina de Jesús por medio de la concepción del Espíritu para confesar la fe en el Hijo de Dios.
¿Qué significa bajo la sombra del poder?
Lc:1,35 que parece inagotable, emplea el verbo episkiazôel poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” será el mismo verbo utilizado en la Transfiguración en donde la nube símbolo de la presencia de Dios, cubre a sus discípulos … “sobrevino una nube que los tomaba bajo su sombra (egeneto nephelê kai epeskiazen autous 9,34)
Este mismo verbo hace ver la toma del Santuario por parte de Jahvé, narrado en Ex:40,35
Moisés no puede entrar en la tienda pues “la nube reposaba sobre ella (hoti epeskiazen ep’autên hê nephelê; confrontar con skiazô de Nm:9,18.22)
Esta palabra evoca la shekiná o habitación de Dios en su templo para los hebreos.
Así que aplicada a María, haría de ella el Nuevo Santuario o la Nueva Arca en donde habita la Gloria divina encarnada en Jesús.
Hay un paralelismo entre la narración de 2Sam:6,10-11 cuando el Arca de la Alianza que contiene en su interior el Decálogo o las diez palabras es dejada en casa de Obededón tres meses y la visita de María que en su vientre reposa su hijo Jesús, la Palabra, a su prima Isabel quedándose tres meses, en casa de Zacarías (región de Ain Karim), como la Nueva Arca, son significativas del lugar de habitación de Dios Lc:1,56.
Es este estilo bíblico de Lucas el que autoriza y permite esta lectura.
Lo cierto es que María al ser madre de Jesús, el Hijo de Dios, será sin duda y de manera singular el nuevo lugar de la presencia divina.
Al final del v.35 se ha introducido una clave literaria, “por eso o dio kai” expresión que exegéticamente mantendrá un vínculo causal entre la Concepción Virginal y la Filiación Divina.
Estas traducciones darán más fuerza a la intención del evangelista:
es precisamente por eso… por lo que será llamado Hijo de Dios
Para Lucas la concepción virginal sólo se debe a la intervención del Altísimo y es creación del Espíritu y eso es lo que permite (dio kai = precisamente eso) la filiación divina de Jesús.
EL PUNTO DE PARTIDA DE LA FE EN LA DIVINIDAD DE JESUS NO ES LA CONCEPCION DIVINA SINO EL MISTERIO DE LA RESURRECCION.
La concepción virginal no conlleva la divinidad de Jesús, pues eso es de otro orden.
Lucas la presenta como signo no dado con miras a la fe, sino en la fe que admite reconocer esa trascendencia bajo la luz pascual, la que será tema de intensa discusión teológica en los siguientes siglos.
Haciendo un cuidadoso estudio de este versículo surgirán muchas hipótesis en
Por eso lo que va a nacer santo (hagion) será llamado Hijo de Dios
L. Legrand: si se traduce como un sujeto “El niño santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios
TOB Biblia de Jerusalem: si se toma como un atributo del verbo ser “el que va a nacer será santo
Laurentin: si se convierte en un atributo del verbo llamar “será llamado santo, Hijo de Dios
I. De la Potterie: sugiere leerlo muy literalmente como atributo de nacer, sin desplazarlo como cuando se dice nacer ciego o nacer pobre.
Maldonado: sugiere un cuasi-adverbio “lo que va a nacer santamente, será llamado Hijo de Dios¨
Todo esto deja en firme la acción del Espíritu Santo pero haría alusión a la virginidad in partum de la que se decía regularmente que no se mencionaba ni recibía apoyo en el Nuevo Testamento.
Aquí se hablaría de una santidad ritual en el sentido de la tradición levítica, la cual consideraba que la efusión de sangres (en hebreo es plural) originaba en el sentido ritual de la palabra, la impureza en la madre.
Esto exigiría al escritor en Lv:12,1-8, recordar las exigencias veterotestamentarias de purificación de la madre por 40 u 80 días si el producto del parto fuera varón o hembra.
El texto de Jn:1,13 “Y son hijos de Dios, sopor la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado”, insinúa que Jesús al nacer no habría causado efusión de sangre en su madre.
Por último R. E. Brown, exigente autor, calificado como un adversario de la historicidad de la tradición acepta, ¨es más fácil explicar los datos del Nuevo Testamento, relativos a la concepción virginal, suponiendo una base histórica en lugar de una creación teológica¨
Las culturas antiguas no conocen de anatomía ni de fisiología pues hasta que a mediados del siglo XVII un comerciante holandés, Antón Van Leewenhoek, utilizando microscopios simples de fabricación propia describió por primera vez protozoos, bacterias, espermatozoides y glóbulos rojos y en 1672 el holandés Reigner Graff descubre el óvulo.
Dos años después surge la teoría del preformismo que indicaba que el embrión ya estaba formado y solo necesitaba crecer, para los antiguos permanece vigente la biología aristotélica en que se consideraba a la mujer como portadora de un órgano sexual que a manera de florero recibía del órgano masculino la semilla (sperma) para la reproducción.
He querido presentar este texto demasiado técnico y denso, tal vez no al alcance de las gentes comunes, pero quiero mostrar que no podemos hablar fácilmente y a la ligera de temas que no conocemos desde la mentalidad del autor, para entrar frecuentemente en discusiones estériles.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem
I. de la Potterie: Marie dans le mystére de l´Aliance
L. Legrand: L´annonce à Marie
Jean Paul Michaud: María de los evangelios.
P. Grelot: La naissance d´Isaac et celle de Jésus: Sur une interprétation ¨mithologique de la conception virginale.
R.E.Brown: El nacimiento del Mesías

Dec 13, 2007

116 - MARIA ENTRE EL "GAR" Y EL "DE"

Los escritores del Nuevo Testamento que hacen referencia al Anuncio, Nacimiento e Infancia de Jesús son Mateo y Lucas aunque Pablo, Marcos y Juan lo conciben en una forma diferente y hasta lacónica.
1- Mateo inicia su evangelio mediante
una genealogía extensa descendente,
"El libro de los orígenes de Jesucristo, hijo de David y de Abraham”: 1,1 y que corresponde a una profesión de fe en la mesianidad de Jesús.
Es claro que toda esta mención se centra en torno a David cuya casa laica es la más importante en el judaísmo postexílico.
La genealogía para el judío a manera de cédula de ciudadanía le otorga el grado de pertenecía al pueblo elegido de Israel.
En esta lista de personajes masculinos, con suma preocupación teológica, coloca 5 nombres de mujeres son en el v:3.6 Tamar, Rajab (cananeas) y Ruth (moabita) antepasadas de David y Betsabé (hitita) la mujer de Urías convertida en esposa de David y madre de Salomón.
María aparece en esta lista y su relación ha desatado muchas hipótesis como la de estar relacionada con mujeres que tuvieron de alguna manera alguna un papel de pecadoras pero las tradiciones judías no las vieron de esta manera y crearon en torno a ellas un aura midrásica para convertirlas en heroínas mesiánicas. Todas caben dentro de una misma categoría al haber engendrado de forma irregular en virtud de una unión o de un matrimonio concluido fuera de los caminos habituales.
Usa el verbo egennêsen, de gennaô, engendrar 39 veces, pero el v:16 cambia la fórmula “Jacob engendró a José el esposo de María del que fue engendrado Jesús que se llama Cristo
Aquí José no engendra, el verbo gennaô se repite pero esta vez está en forma pasiva por lo que la responsabilidad del engendramiento queda velada recayendo sobre María su madre y convirtiéndose el final de esta genealogía en una lección teológica.
Esto fomenta una sorpresa, la venida de Dios, del Emmanuel, del Dios con nosotros de 1,23, ese Jesús largamente esperado pero totalmente inesperado
¿Cabría una lección de universalismo (catolicismo?) por el hecho de ser extranjeras?
Tesis que estudió Lutero al ver en ellas una forastera procedencia en los ancestros de Jesús.
Mateo comprendió la génesis de Jesús en términos de una concepción virginal recurriendo a la profecía de Isaías 7,14 no para probar este concepto que recibió de fuente común a Lucas, sino para mostrar su sentido pues al margen de la situación del joven rey Acaz, el niño anunciado a su esposa es el mesías davídico anunciado que salvará al pueblo pecador de Israel pues en él se realizará el Misterio del Dios con nosotros.
Semánticamente en hebreo la palabra “mujer joven” es almah que no significa mujer virgen, son los teólogos judíos de la diáspora alejandrina en el siglo III a. C. que al traducir al griego la Biblia hebrea, Septuaginta o de los LXX, utilizaron la palabra parthenos dando el sentido helenístico de virgen y que Mateo toma rigurosamente como la virgen que da a luz, houtôs, al conocer el Misterio de la concepción de Jesús.
Aquí nacen las preguntas de nuestro mundo contemporáneo, en que es difícil admitir una concepción virginal mediante el poder creador de Dios, cuando no tratamos de adentrarnos en su Misterio de Encarnación, rebajamiento, humanización o kenosis y surgen sospechas de un nacimiento ilegítimo que a lo largo del evangelio va a ser arma de sus enemigos.
El v.20 en rigurosa lectura de la palabra del Ángel podría sugerir que José ya conocía el misterio y vacilaría entre el temor y su justicia como piadoso, aunque no explica los términos jurídicos de difamación y de repudio que habría que suavizar.
El Ángel diría “José hijo de David, no temas tomar (en tu casa) a María, tu esposa, seguramente (gar) … pero sin embargo (de) ella dará a luz
Esta argumentación recae sobre la segunda parte según la construcción literal en opinión de León Dufour.
2- ¿Qué nos dice Lucas?
En su proyecto histórico y teológico con estilo literario de los escritores griegos contemporáneos elabora una “Historia Sagrada” basada en sus fuentes y en testimonios de testigos oculares.
Sabemos que dichos testimonios ya estaban teologizados por aquellos que habiendo sido espectadores, autoptai, se habían convertido en hypêrértaí o servidores de la palabra.
En dicha obra se narra tres periodos: el de Israel, el de Jesús cuyo carácter cualitativo introduce el cumplimiento y el de la Iglesia que se prolonga, colocándolos en continuidad.
Aquí Lucas traza a través de la historia, el retrato de María quien pertenece esencialmente al tiempo de Cristo y que hereda tradiciones maravillosas de antiguas promesas que se cumplieron en ella de manera sorprendente anunciando que ella estará siempre en la historia de salvación que prosigue.
Su estilo manifiesta una atmósfera maravillosa y casi apocalíptica donde los mensajes celestiales hacen ver que los ángeles van y vienen del cielo a la tierra.
Utiliza la lengua sagrada de los Setenta, la biblia sagrada de la diáspora egipcia, calcando su estilo y su contenido que va a servirle de modelo para revelar el misterio de Jesús, aunque solo se refiere a ella en 2,23-24 su texto está sembrado de alusiones bíblicas como los cánticos El Magnificat 1,46-55; El Benedictus 1,68-79 y El Nun Dimittis 2,29-32 lo cuales son verdaderas antologías bíblicas.
La genealogía en Lucas es ascendente desde Jesús a través de Adán para llegar a Dios.
Su relato hace un paralelismo entre los orígenes de Juan Bautista y Jesús.
Para comprender a Lucas es requisito indispensable tener en cuenta el sustrato veteroestamentario al que invoca y convoca pero surgen preguntas:
¿Pensó Lucas verdaderamente en todo esto?
¿Cómo saberlo?
La respuesta no es si pensó o no, sino que en este texto teológico y bíblico sucede lo mismo que con un texto poético, cuya interpretación depende en gran parte de las cualidades del lector.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem.
Brown Raymond E.: El nacimiento del Mesías.
Dufour León: Genealogía de Jesús según Mateo.
Michaud Jean- Paul: María de los evangelios.
Rodríguez Garcés Carlos Augusto: ¿Qué sabes sobre el pesebre?

Dec 11, 2007

115 - PESEBRE PALEOCRISTIANO

Podrá establecerse una síntesis evolutiva del pesebre a partir de esta época mediante los antecedentes que alcanzaron una manifestación concreta en los primeros 12 siglos de la cristiandad popular.
La etiogenia de la celebración y conmemoración del nacimiento de Jesús se remonta a los siglos III y IV cuando la cristiandad celebraba este acontecimiento con mayor énfasis.
La importante y convencional fecha se ubica entre los años 246 y 336 d.C. cuando reunidos en una importante asamblea de teólogos, tras analizar y estudiar las tradiciones llegadas hasta ellos y apoyados en las festividades romanas del solsticio de invierno, determinaron como el día del Christus Natus el 25 de diciembre.
Es en ese mismo año que en el calendario de la Iglesia Católica, el Cronógrafo Romano honra el nacimiento de Jesús, donde se lee “VIII Kal. Jan Natus Christus in Betlem Iudae” que traduce “Anuario del nacimiento de Cristo en Belén de Judea
A mediados del siglo IV se incorporan la figura de San José, los pastores y la estrella que guía a los Sabios de Oriente.
Con la aparición de los Evangelios Apócrifos se fue aportando excelente cantidad de material literario que ingresó en el imaginario cristiano para dar color a las representaciones del pesebre.
En uno de ellos el Evangelio apócrifo armenio de Infancia, se relata el cortejo de los Magos de Oriente y por primera vez en el siglo IV se conocen los nombres de Melkom, Balthasar y Gespar quienes a los dos años de edad de Jesús le visitaron ya no en un Portal sino en la casa de María y de José haciendo paralelo con la cita de Mateo 2,10-12 “entraron en una casa
Posteriormente recordando el Evangelio de Lucas Jesús nace en un pesebre, posiblemente en una gruta, cerca de Belém, Bet Lahamn o “Casa de pan” puesto que allí se abastecían las gentes de este alimento.
El Papa Liberio (352-366) mandó construir en el Roma sobre el monte Esquilino una iglesia hoy llamada liberiana y en una de sus capillas se veneraban cinco astillas del pesebre (cuna) que según Lucas 2,6-7 fue la humilde cuna de Jesús.
Todos los 25 de diciembre el Papa oficiaba una misa por lo que pronto esa Iglesia fue conocida como la Santa María del Pesebre. Dicho acontecimiento papal afianzó y extendió en el mundo cristiano la celebración de la Liturgia de Navidad, que durante los siguientes cuatro siglos originó la construcción de muchas Iglesias con la advocación “del Pesebre
Todos esos datos desmienten la piadosa tradición según la cual San Francisco de Asís dio origen a la representación plástica del Pesebre o Nacimiento de Cristo.
Desde entonces las artes en pintura, talla, escultura, música, poesía y teatro han producido obras maestras que tienen como tema central “El nacimiento de Cristo
Surge en Asís (naciente) de la Umbria italiana, un hombre cuya transformación de muchacho dedicado a la vida muelle en un verdadero hombre religioso es don Juan Bernardone hijo de Piero y de Pía, rica familia de mercaderes que más tarde será San Francisco de Asís.
Era la navidad de 1223 cuando Francisco lejos de casa, desea en Greccio, experimentar una vivencia de las condiciones infrahumanas en que debió nacer Jesús.
Allí junto con Juan Velita su amigo tuvo la idea de montar un escenario didáctico a lo vivo para que las gentes humildes pudieran comprender el Nacimiento del Redentor.
Utilizó una gruta y en colaboración de sus frailes y feligreses colocaron un niño en medio de sus padres y de una mula y un buey, según relata su primer biógrafo Tomás de Celano.
Era el primer pesebre corpóreo, al ser laico Francisco, solicito permiso para la celebración con la colaboración del obispo Hugolino y la dispensa del Papa Honorio III.
Francisco, cantó la Epístola y este acontecimiento marcaría el inició de esta piadosa costumbre navideña del pesebre, extendiéndose por la Europa y llegando a su pleno desarrollo durante la segunda mitad del siglo XVII en el reino de Nápoles.
Un día este hombre que hizo del Misterio invisible de Dios su experiencia cotidiana y sencilla, Francisco de Asís, abismado ante el amor de Dios hecho hombre, pequeño y pobre, quiso dar visibilidad al Misterio y nacieron los pesebres.
Mientras haya tiempo, mientras haya escenario para Dios y su enviado en el mundo, mientras haya hombre y ante Dios todo hombre es un pobre, habrá pesebres que nos harán soñar que estamos sin cesar invadidos por el Misterio del amor acusiante de Dios.
Con el tiempo las figuras humanas se sustituyeron por tallas de madera y las figuras de sibilas y de profetas desaparecieron hasta quedar las que hoy conocemos, pero Francisco de Asís continuará siendo el patrono de nosotros los pesebristas y belenistas.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem.
Alcolea y Gil Santiago: El Belén, expresión de un arte colectivo.
Rodríguez Garcés Carlos Augusto: 45 - Jesús, María y José.
Rodríguez Garcés Carlos Augusto: ¿Qué sabes sobe el pesebre?
Pedroza Pedroza Amadeo cmj: La Santa Cuna.
Torres Fajardo Álvaro: 2 - Dar visibilidad al Misterio.

Dec 6, 2007

114 - LA SANTA CUNA


P. Amadeo Pedroza Pedroza c.j.m.

Una de las basílicas más hermosas de Roma es Santa Maria Maggiore o Santa María Mayor, dedicada a la santa Madonna (la madre de Jesús, no esa cantante norteamericana que usurpó el santo nombre).
Debajo del altar mayor de la basílica hay una pequeña cripta en la que se guarda y venera la santa cuna o pesebre en el que María colocó a Jesús después del nacimiento.
No sabemos con seguridad si la reliquia es auténtica, o es un piadoso signo; pero de todos modos los numerosos visitantes que llegan a la basílica se encaminan hacia la santa cuna y la veneran con emoción. La tradición e imaginería del pesebre tienen su origen en el texto de
Is. 1,3: “El buey conoce a su dueño y el burro el establo de su amo; pero Israel no me conoce, mi pueblo no comprende”.
A esta afirmación dolida de Isaías hace eco el evangelio de Juan cuando dice: Jn:1,11 “Vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron
El pesebre es al mismo tiempo el signo del máximo acercamiento de Dios al hombre, y del desconocimiento de esta donación divina por parte del hombre; el pesebre es un preludio de la cruz: él vino a los suyos, pero ellos o no lo conocieron, o lo crucificaron.
Para nosotros, católicos, el pesebre es el lugar visible en el que se manifiesta el misterio de la Encarnación.
El Hijo de Dios vino al mundo y “puso su morada entre nosotros” (Jn:1, 14); la primera morada del Dios encarnado fue, después del vientre de Maria, el pesebre de Belén; en ese pesebre Jesús vivió los primeros momentos de su vida terrena y experimentó las inclemencias del mundo creado.
Sus primeros acompañantes fueron, después de Maria y José, el buey y el burro (de acuerdo con la imaginería tradicional), los pastores, los pobres.
El Hijo de Dios no nació en un espléndido palacio ni fue colocado en una cuna de oro, como los príncipes, sino en un pesebre. El que era rico “se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza” (2 Cor. 8, 9).
En el lugar donde estuvo el pesebre, situado en la Basílica de la Natividad (Belén), hay una estrella, y cerca de ella un letrero donde se lee:
AQUI NACIO JESUS.
La estrella de Belén nos recuerda que “la luz resplandece en la oscuridad, y la oscuridad no pudo sofocarla” (Jn:1, 5).
La luz de Dios ha irradiado desde el pesebre de Belén; podemos decir que el “sol de justicia” nació en ese lugar, hizo su recorrido por el mundo, nos iluminó con su presencia y su palabra, tuvo su ocaso en la muerte en cruz y se hundió en el sepulcro.
Pero volvió a brillar con mayor resplandor en la resurrección; en el pesebre se manifestó por primera vez el que es “la luz del mundo”; en la resurrección, como en un nuevo amanecer (muy de mañana según los evangelios), Jesús volvió a brillar y su resplandor ilumina el universo.
Se aproxima una vez más la fiesta de Navidad; ya podemos observar que las vitrinas de los almacenes comienzan a engalanarse con las luces y adornos navideños; desafortunadamente todo esto está motivado por el afán comercial y la sociedad de consumo.
Los que creemos en Jesucristo y celebramos su nacimiento, queremos ver la situación desde otro punto de vista. Nos aproximamos al fin del año litúrgico, y luego vendrá un nuevo Adviento, tiempo de preparación para la venida del Señor.
La liturgia nos invitará a vivir en actitud de espera y de preparación espiritual; veremos las iglesias adornadas con luces y motivos navideños, y veremos los pesebres que representan en forma figurada y artística el misterio que celebramos: el nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén.
San Francisco de Asís tuvo la feliz idea de representar en un escenario el nacimiento de Jesús con variedad de paisajes y figuras; así nació el pesebre que conocemos; el primero se encuentra en la basílica de los santos Cosme y Damián, situada en una de las vias de Roma.
Podemos comenzar a preparar el pesebre; comencemos a limpiar las figuras de José y de María, los pastores, las ovejas, los Reyes magos, y todas las demás figuritas que solemos colocar en el escenario de la Navidad; comencemos a idear la forma que le daremos al pesebre este año; sin dañar los árboles y la vegetación (sobre todo después del fatal incendio que consumió los bosques de Bogotá), tratemos de poner un poco de verdor en torno a la cuna de Jesús. Y sobre todo pensemos en la forma en que vamos a iluminar el pesebre.
Todo esto forma parte de nuestras tradiciones y de nuestro folclor.
Pero por encima de todo pensemos en la preparación espiritual, en el pesebre del corazón.
Como María que preparó su vientre bendito y su corazón materno para recibir a Jesús y conservar en él todas sus palabras, preparémonos también nosotros para recibir en el corazón a aquel que vino a buscar y salvar lo que estaba perdido, y a hacernos hijos e hijas de un mismo Padre, el de los cielos.
Sólo así tendrá sentido el hacer el pesebre y celebrar la Navidad.
Alguien ha dicho:
Si Jesús nace en tu corazón, siempre habrá Navidad

Dec 4, 2007

113 - EL ESCENARIO

Los sucesos en que se pueden realizar artísticamente los dos episodios más importantes en la vida de Jesús de Nazareth son inversos a nuestra historia y al paisaje.
El primero es reconocido por las comunidades cristianas primitivas La Pasión, La Muerte y La Resurrección en un ambiente urbano de edificaciones y personajes de importancia socio-político-religiosa, mientras que El Nacimiento se localizó en un ambiente limitado y rural donde tal vez lo más amplio serían las paredes de una habitación.
Dentro de ese realismo los artistas dedicando suma atención, manifestaron en sus obras la fina expresividad de sus personajes orientada hacia la reacción devota que debían despertar en sus espectadores, no en silencio en un salón o en un museo, sino en la calle, inmersos entre la multitud de fieles influidos por los cantos piadosos, el susurro de las plegarias y el misterio que en la oscuridad de la noche, provoca la luz parpadeante de los cirios acompañantes.
Esto se asimiló a un cortejo fúnebre para acompañar el cadáver (no el cuerpo) de un difunto y depositarlo en una tumba.
El segundo episodio, el Nacimiento de Jesús no fue un acontecimiento ciudadano, ocurrió en un ambiente arquitectónico primitivo y reducido, por lo que, su trascendencia quedó limitada a un grupo de gente sencilla.
Por esta razón el hecho podría quedar encajado dentro de una vivienda desde una residencia señorial hasta una simple cueva de un pobre artesano.
Así la representación de un He-Phane, Praesepas, Presepio, Pesebre, Belén, Créche, La pinhas y otras denominaciones del Nacimiento de Jesús en nuestra moderna cultura, no son más que un diorama de proporciones y contenido variable, en espacios ajustables, en que se admite las creencias y las costumbres de cada lugar o zona geográfica, marcados por el fondo del escenario y por la topografía de la composición (ucromías y sentido de teatro helado)
Allí como lugar de juego y de oración, deberíamos leer durante su elaboración los dos primeros capítulos del Evangelio de Mateo y los dos primeros capítulos del Evangelio de Lucas, pues el pesebre no se puede hacer con los temas de uno solo de ellos.
Cuando leemos con atención en forma oracional estas narraciones (midrash) rezamos el texto y entramos en la EXEGESIS que nos lleva al pasado, a la Tierra Santa entre los años 6 a 4 del siglo I a. C. y luego nos regresa al presente con la HERMENEUTICA, con un mensaje profundo de meditación de la palabra de Dios, la LECTIO DIVINA.
En las distorsionadas celebraciones sin comprensión del significado, se ignora que la lectura evangélica tiene cuatro tiempos concretos
a- Se lee el texto y se comenta en grupo
b- Es el espacio para escuchar (no oír) conversar y dialogar con el texto en una participación activa como si se conversara con los personajes del texto y en sus situaciones concretas. Este momento es el que exige más tiempo y es donde aparecen dificultades pero no hay que desanimarse. Aparecen las preguntas como
¿Qué dice el texto?
¿Qué palabra de Dios revela?
c- Es este momento de iluminación aunque continúan las preguntas. Es necesario que el mundo de Jesucristo, sus sentimientos, opciones, actitudes, o posturas, entren en la vida de los asistentes
¿Qué comunica el texto?
¿Qué me comunica la palabra de Dios que está presente en el texto?
d- Es el momento de las decisiones
¿Cómo vamos a responder a la Palabra de Dios en el texto?
¿Qué hacer concretamente?
Siéntese a gusto pues este método no puede anular la creatividad ni la participación de todos, es importante unir el sentido y el hilo conductor bajo una trasparente fidelidad.
Así nuestras humildes manifestaciones en categorías humanas podemos aproximarnos al MISTERIO DE LA ENCARNACION o KENOSIS en que Dios se humaniza y el hombre se diviniza en esa estrecha relación oracional de amor.
Los adornos de Navidad (Natividad de Jesús de Nazareth) acompañan al pesebre en cuanto al arreglo de la vivienda o lugar de festividad, son ellos el Árbol de Invierno europeo, las luces como elementos decorativos significado de la llegada de Cristo como la luz del mundo y el Noel originado por los dibujantes de Coca-cola en 1920 que no tiene nada que ver con esta celebración de la liturgia doméstica (ver artículo 47 de esta página UN TAL NOEL) y hoy fabricado por Japoneses y Chinos.

Las novenas, los villancicos y la gastronomía alegran y dan significado a estas festividades católicas como expresión de la fe popular de nuestras gentes.
Debemos buscar referentes ancestrales para realizar una de las más bellas tradiciones que están lejos de los vicios como el hedonismo, el nihilismo en un afán de ocultar irregulares comportamientos, con frecuencia disfrazados bajo el alcohol, el ruido, la drogadicción, la promiscuidad y las organizaciones que al querer borrar estas costumbres, inventan festivales que alejan la intención de un espíritu navideño cristiano.
Bibliografía:

Biblia de Jerusalem.
Alcolea i Gil: El Belén como expresión de un arte colectivo.
Mosconi Luis: El evangelio de Jesús según Marcos
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