Para los sastres, perfumistas, panaderos etc. su prosperidad económica dependía del Templo y al parecer, estaban muy bien pagados.
Durante las fiestas se vendían recuerdos y objetos de lujo para los peregrinos, como también se alojaban en posadas y se suministraban las comidas y los elementos de cosas necesarias como nos recuerda el Texto Sagrado:
El consumo debía ser muy importante al tener por ley que gastar el segundo diezmo Dt:12,17-18 “No podrán ustedes comer dentro de su ciudad el diezmo de su trigo, de su vino o de su aceite, ni las primeras crías de sus vacas o de sus ovejas, ni nada de lo que hayan prometido al Señor, ni de sus ofrendas voluntarias.
Sólo podrán hacerlo delante del Señor su Dios, en el lugar que El escoja; allí en presencia del Señor su Dios y en compañía de sus hijos y de sus criados, y de los levitas que vivan entre ustedes, se alegrarán del fruto de su trabajo”
No todos los judíos se atenían a estas disposiciones como narramos en otro texto, pero los procedentes del resto de la Palestina debían gastarse buenas sumas de dinero favoreciendo a los comerciantes de la capital. Sin embargo, era complejo trasladar las compras para consumirlas en sus aldeas por lo que preferían venderlas allí. El costo era superior en Jerusalem donde los higos costaban tres veces más que en las aldeas.
EL PUEBLO, a más descenso en la escala social, menos datos existen sobre estas clases sociales en que podrían percibirse algunas categorías.
Los pequeños propietarios solían contentarse con consumir sus productos y hacer con ellos algunos intercambios o trueques de lo que les faltara, a la vez, que evitaban los impuestos del mercado (el IVA de hoy)
En Judea y Samaría las exportaciones eran pequeñas y por lo general era el hijo mayor quien explotaba y administraba las fincas mientras que los otros hermanos debían hacerse obreros o expatriarse.
Galilea con una geografía más propicia por sus montañas y los riegos de los remansos del Jordán, podía tener exportaciones y un comercio más productivo con los paganos griegos, situación que dejaba pernear una religiosidad menos ortodoxa que en la Judea.
Hacia el año 150 a. C. todos los judíos huyeron hacia la Galilea y los paganos se quedaron con las tierras incrementando sus dominios, pero Juan Hircano inicia la judaización del norte al decretar la migración de muchísimas familias campesinas a las montañas, logrando la reconquista donde los extranjeros tuvieron que convertirse o marchar 1ªMac5,23-45.
Fuera de los agricultores no hay datos o son poco conocidos, además que sus oficios eran mal vistos y despreciados, como dicen antiguas fuentes rabínicas:
El curtidor “huele tanto” que pierde su dignidad, de forma que su mujer puede separarse de él si quiere (caso excepcional, pues el marido era quien pedía el repudio de su mujer)
Los tejedores "eran tan mentirosos" que no eran admitidos para dar testimonio, lo mismo que la mujer o el esclavo.
El pastor "solía ser un ladrón" que se aprovechaba del rebaño en beneficio propio o iba a pastar a un campo ajeno.
El médico se dedicaba a atender a los ricos y dejaba sin medicina a los pobres (aún hoy sigue esta costumbre especialmente en la cosmetología y en la cirugía plástica al practicar procedimientos innecesarios)
La lista de los oficios era tan larga que no quedaría espacio para los oficios decentes.
El obrero o el jornalero cuando no había buenas cosechas o los negocios eran malos o había competencia, el nivel económico tan bajo hacía perder su independencia, obligándolo a servir a otro amo bajo contrato o como obrero agrícola o en el trasporte de mercancías, o como ayudante en casa de un artesano o entrar a casa de un noble de la corte como criado.
Todo este conglomerado de trabajadores y con poco ingreso, despreciados por la casta de los escribas y de los fariseos, formaba parte importante del pueblo de Israel, siendo llamados ham ha´ares o los incultos como pueblo de la tierra.
LOS NECESITADOS, por una enfermedad, un accidente o un mal negocio, la persona se ve incapaz de trabajar quedando excluida de la comunidad, convirtiéndose en mendigo, en ladrón o en esclavo.
Jerusalem era invadido por los mendigos debido a que los peregrinos eran más generosos debido a que el segundo diezmo podía servir para la limosna, obra muy meritoria ante el Señor.
Entre estos había muchos “leprosos” es decir personas que padecían de enfermedades de la piel que eran considerados como impuros. En estas injustas circunstancias brotaba la tentación de ser “ladrón” no solo en Jerusalem sino a lo largo de los caminos para asaltar a los peregrinos imprudentes. Aunque a los ladrones y a los zelotes se les decía bandidos, esto se aplicaba más a las pandillas que fueron apareciendo cada vez más por el año 60 d.C.
Los esclavos judíos eran producto de las deudas impagables, para los adultos israelitas varones que tenían iguales derechos jurídicamente, que los hijos mayores de los amos y las niñas menores de 12 años.
En el fondo el esclavo judío se parecía mucho a un mayordomo, pues cuando el amo era pagano las condiciones eran diferentes.
Debido a sus condiciones de impureza ritual el esclavo no podía dormir bajo el mismo techo de los judíos piadosos, aunque estaba dispenso o exonerado de participar en las oraciones y en las peregrinaciones.
La circuncisión sólo les permitía descansar el día sábado pero ciertas oraciones después de las comidas y que no interferían con el trabajo, eran obligatorias.
Dentro de este marco social se va a desenvolver la vida de Jesús en la Palestina del siglo I.
LOS ESCRIBAS al lado de los ancianos, tenían un peso social de primer orden cuya mayoría era laica y se reclutaban entre los ancianos, los jornaleros y los sacerdotes por lo que su clasificación social no era muy concreta. Eran esencialmente los especialistas de la Ley,
"si al sacerdote se le pedía sobre todo ofrecer un sacrificio al Señor esto exigía que fuera un buen carnicero del Templo"
"al escriba se le pedía que explicara y actualizara la ley en función de los nuevos tiempos, se esperaba que él fuera un guia espiritual de la gente, que interiorizara cada vez más la fe en Dios y enseñara a cumplir su Santa Voluntad"
Era un hijo espiritual y sucesor de los profetas. Los judíos estaban convencidos que el tiempo de los profetas había terminado y esperaban que llegara el profeta mesiánico de los últimos tiempos.
EL TITULO DE PROFETA A JUAN BAUTISTA Y A JESUS SIGNIFICA PARA LOS CRISTIANOS DEL SIGLO I QUE SE HA ENTRADO EN LOS ULTIMOS TIEMPOS.
Los Consejos y los Tribunales por los concimientos de las Escrituras y su competencia jurídica, convertían a los escribas en personajes indispensables sin los cuales sería imposible resolver los casos de dificil interpretación. Debido a estas necesidades como por las circunstancias políticas había numerosos escribas en el Sanedrín.
Por sus ideas apoyadas en la fe profunda que animaba su vida moral se colocaban más bien al lado de los fariseos, quienes se regocijaban de encontrar en ellos gente segura en el aspecto doctrinal. Había también escribas saduceos e independientes. Una vez fueron ingresando en el Sanedrín iban imponiendo sus concepciones incluso en el plano litúrgico. La sociedad judía donde parecía estar ya definida en una estructura social determinada por el nacimiento, fuera sacerdote o no sacerdote, judío puro o bastardo, hacía de los escribas la prueba de que era posible una promoción social. Los escribas fariseos se esforzaron en extender más allá de la clase sacerdotal, las reglas de pureza para el pueblo (escuela de Hillel) suscitando una gran esperanza en las masas, que también podían estar junto de Dios, con todo lo esto significa.
Los escribas al insistir en la relación interior con Dios y en una vida conforme a la fe, más que en el culto, prepararon sobre todo a Israel para la desaparición del Templo y del Sacerdocio.
Después de la destrucción por Tito en el año 70 d.C. de Jerusalem y del Templo, los escribas se convirtieron en los jefes del pueblo elegido, a la vez que el sacerdocio deja su lugar al rabinismo. No todo el que quería podía ser escriba, se requería de largos estudios, del conocimiento perfecto de la Ley y de la tradición oral, entre las cuales había algunas esotéricas reservadas para los estudiantes más seguros con una rectitud de juicio reconocida por los demás escribas. Hacia el siglo II había una especie de ordenación a los 40 años de edad para ser verdadero Escriba y Doctor de la Ley pudiendo usar un vestido especial como signo de dignidad adquirida. Así ocupaba la presidencia de todas las reuniones y era saludado respetuosamente por todos, cuando pasaba un escriba por la calle la gente paraba su trabajo y se volvía para saludarle, siendo honrado a veces más que el Sumo Sacerdote. Sus honorarios no eran grandes pues así como Dios había dado gratuitamente su Ley, así el escriba debía dispensar gratuitamente su enseñanza y sus consejos, sin embargo los regalos recibidos les permitían en especial a los más ancianos tener una vida cómoda. Todo ese movimiemnto se fue fraguando y haciendo fecundo en la época evangélica.
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