Mar 7, 2007

64 - LOS HOMBRES DE QUMRAM

ESENIOS conocidos por los testimonios escritos de Filón de Alejandría, Flavio Josefo y Plinio el Viejo, este grupo cuyo origen se rastrea a partir de la persecución macabea como descendientes de Sadoq, experimentan una crisis interna dividiéndose en dos grupos, uno laxo que regresa a casa y otro muy fervoroso que va a refugiarse en los acantilados de Qumram, donde se encuentran con los primeros desterrados de la persecusión seléucida.
Esta fusión de laicos y sacerdotes de Sadoq explica su organización jerárquica que sitúa a los últimos en un lugar insustituible.
Hay puntos oscuros como el relativo al celibato, pero se ha encontrado un documento de tratado matrimonial y en las excavaciones han hallado esqueletos de mujeres.
Otra pregunta surge también, si vivían solo en comunidades cerradas o en varios lugares "en el mundo" pues existe el Documento de Damasco y al parecer vivían en varios sitios.
Su escrúpulo era mayor que el de los fariseos en cuanto a las reglas de pureza, siendo absolutamente tradicionalistas en varios aspectos: rechazaron el calendario seléucida griego, lo que explicaría porqué no celebraban la pascua el mismo día que lo hacía el judaísmo oficial ya helenizado.
Se bañaban varias veces al día con inmersión en pequeñas piscinas.
Dejaron de ir al Templo por considerar que estaba demasiado manchado desde el cambio de su calendario y desde que los sumos sacerdotes dejaron de ser sadoquitas.
Sustituyeron el holocausto por la santidad de sus vidas, esperando que Dios quisiera restablecer el culto y el Templo en su pureza original.
Esperaban que Dios les diera la señal y como su ejército sagrado de monjes guerreros, batallar en la tierra y aniquilar a todos los impíos, a la vez que combatirían escatológicamente los ángeles contra los demonios para asegurar una victoria final de Dios sobre el mal, eliminando a los infieles y permitiendo el triunfo de los santos.
Ellos a diferencia de los zelotes no actuarían mientras Dios no diera la señal.
Los judíos que querían entregarse por completo a Dios veían este grupo como seductor, sin embargo, no se sabe el impacto político que tuvieron sobre la sociedad judía del siglo I.
En la guerra de los seis años apocalíticos de los judíos entre el 64 y el 70 d.C. estaban al lado con los zelotes.
Habría llegado el "signo de Dios" pero desaparecieron en la tormenta.
ZELOTES antes de la insurrección judía contra los romanos se les denominó bandidos, Josefo los llama como zelotes y reconoce que ya eran una secta como grupo organizado desde el año 6 d. C. en que Judas el Galileo lanzó un movimiento revolucionario contra el Censo de Quirino, por la intención fiscal contra los bienes de los judíos.
El pueblo creía que sólo los violentos podían salvar lo que constituía la razón social de Israel.
HERODIANOS aunque los evangelios no hablan de los esenios, algunas veces nombran a aquellos que desconocidos se relacionaban con la casa real de Herodes Mc:3,6.
Herodes el Grande, luego los Antipas en Galilea y los Agripa de origen idumeo, no hubiesen podido reinar sin un grupo de partidarios y de amigos que vivían como príncipes al estilo judío en Palestina y como romanos fuera de la corte y en su vida privada. Siempre actuaban atentos ante algún movimiento que pudiera parecer mesiánico, capaz de comprometer sus intereses y su poder.
PUBLICANOS eran los recaudadores de impuestos para los romanos, debían comprar un derecho al Estado para poder ejercer su oficio, para recuperar su inversión, obtener su ganacia y enriquecerse, oprimían al pueblo de la manera más atroz. Esto los hacía odiosos y mal vistos por colaborar con el enemigo aumentando los impuestos, de ahí el gran contraste en la elección de los discípulos de Jesús, cuando dice a Mateo, sígueme.
BAUTISTAS por el siglo I aparecen movimientos de "despertar religioso" que se desarrollaron entre el pueblo sencillo por lo que no quedó huella en la lilteratura, cuyo propósito fue caracterizado por el deseo de proponer a todos la salvación, incluso a los pecadores y a los paganos. Lc:3,7-14
El bautismo por inmersión en el agua por una sola vez para toda la vida, a diferencia de los rituales de otras sectas.
Hubo dos grupos uno alrededor de Juan, llamado el bautista y que duró bastante tiempo Hch:18,25;19,1-5 y que los cristianos se vieron abligados a polemizar contra el y el otro que nació alrededor de Jesús de Nazareth Jn:3,22;4:1-2 y quedará transfigurado evidentemente por la persona del maestro. A partir de estos grupos organizados se debieron propagar entre el pueblo las prácticas bautistas que persiten hasta hoy en los mandeanos.
Estos movimientos eran antitemplo y rehusaban los sacrificios sangrientos y valdría la pena pensar:
¿En qué medida participó Jesús de estas ideas?
SAMARITANOS no pertenecieron propiamente al judaímo, pero fueron parte de Israel antes del 721 a.C. cuando Asiria hizo un exilio de ellos a Mesopotamia, trayendo colonos caldeos para intercambiar culturas como estrategia militar 2ªRe:17 pudiendo fundar un culto sincrético.
Se sentía la oposición al judaísmo por considerarse los hombres de la Ley representada por los cinco libros del Pentateuco practicando la circuncisión, el sábado, y las fiestas en que su celebran su liturgia y su literatura al único Dios.
Creían en Moisés, la liberación de Egipto y la revelación del Sinaí.
Manifestaban una divergencia fundamental con los judíos al rechazar los demás libros del Antiguo Testamento de estos y su negativa a reconocer a Jerusalem como ciudad religiosa y el Templo de Salomón como el santuario central.
El culto legítimo estaba en el monte Gerizin en Shiquén donde celebraban la Pascua según el ritual de Ex:12 lugar de la bendición según Dt:11,29 y 27, 12.
Los samaritanos son mesiánicos y esperan la venida de el Taheb, el que ha de venir, no es un descendiente de David como el mesías judío, sino una especie de nuevo Moisés, el profeta de Dt:18,15 quien vendrá a poner todo en orden al final de los tiempos.
No es claro el origen de esta secta, pero al parecer pudo nacer al regreso del exilio babilónico, época de Zorobabel y de Nehemías o en el momento de la conquista de Alejandro Magno, pues según Flavio Josefo fue cuando los samaritanos construyeron el Templo en el monte Garizín.
Las relaciones entre Judea y Samaría fueron bastante tensas, aunque simpatizaban más con los saduceos que con los fariseos.
Pretendieron ser los descendientes legítimos de las tribus del norte que permanecieron fieles a la fe de Moisés.
Su oposición al Templo los pudo acercar a los esenios y posteriormente al cristianismo naciente, en especial a la comunidad juánica como se descubre en el relato de Jesús y la mujer samaritana de Jn:4.
Bibliografía:
Equipo "Cahiers Evangile" Primeros pasos por la Biblia
Ch.Saulnier - B. Rolland Palestina en tiempos de Jesús

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