Dec 25, 2006

42 - EL ESPIRITU DEL ICONO

ICONO o IMAGEN P. Alvaro Botero Alvarez, sacerdote eudista
La palabra icono o ícono (aceptadas por la DRAE) es un término de origen griego que pasó al español y muchos otros idiomas, hoy generalizado al hacer clic en las computadoras como icono.
En el concepto religioso cristiano, católico y litúrgico, icono se puede llamar a toda clase de imágenes religiosas pero el término se ha especializado para indicar las imágenes o representaciones visuales de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de los Santos, en la escuela de arte oriental, griego, ruso o bizantino.
En occidente sobre todo en Roma y por su influencia en toda Europa, como en la América colonial predomina la imagen tridimensional, del cuerpo de la escultura o de la estatua.
Los iconos propiamente son pinturas o imágenes planas sobre lienzo o madera, frescos o mosaicos en las paredes y pisos de los templos, pero su fundamento histórico y teológico es el culto a las imágenes, del culto con y por las imágenes es el mismo.
El II Concilio, séptimo ecuménico, de Nicea en el año 787 dice: “Nosotros decretamos con toda exactitud y conciencia, que, junto a la reproducción de la Cruz Vivificante, es deber conceder un espacio a los iconos pintados o mosaicos o aún de cualquier material que adornan las Santas Iglesias de Dios, los objetos de culto, los sagrados hábitos, los muros y las tablas de madera, las casa y las calles".
En cuanto al beso que aquellos que contemplan, dan al icono según nuestra fe, este tiene el significado de un gesto de veneración y no de adoración en sentido estricto del término, puesto que en el, sólo puede estar dirigido a la naturaleza divina.
La veneración de que hablamos es similar a las que se rinden a la Cruz verdadera y vivificante, a los santos Evangelios y los otros objetos sagrados, a todo esto se le puede ofrecer incienso y velas encendidas y de este modo honrarlo según la antigua y pía costumbre (Mansi XIII,377)
San Juan Damaseno, cristiano de origen árabe es el mejor teólogo del siglo VII, gran defensor de las imágenes, en el centro de Siria se opuso con valor al furor de los iconoclastas (destructores de imágenes)
Benditos vuestros ojos que ven y vuestros oídos que oyen” Santificados, el oído y la vista, conduce a la gloria de la divinidad:
Los apóstoles han visto corporalmente a Cristo, su sufrimiento y sus milagros y han oído sus palabras; nosotros también queremos ver y oír para ser felices. Ellos lo vieron cara a cara, ya que estaba presente corporalmente; también nosotros, puesto que no está presente corporalmente, escuchamos sus palabras a través de los libros y por ellos somos santificados y beneficiados, y lo adoramos venerando los libros que nos han hecho oír sus palabras"
Lo mismo ocurre para el icono dibujado; nosotros contemplamos sus trazos y por cuanto El está en nosotros captamos en espíritu la gloria de su divinidad. Somos dobles, hechos de alma y cuerpo y nuestra alma no es desnuda sino como envuelta por un manto; nos es imposible llegar a lo espiritual sin lo corpóreo.
Hablando palabras sensibles escuchamos con nuestros oídos corpóreos y recogemos las cosas espirituales; del mismo modo a través de la contemplación corpórea alcanzamos la contemplación de los espiritual”
El icono por su propia naturaleza es neumatóforo empleando el término griego del damaseno, es decir portador del espíritu: está lleno de la gracia divina, es receptáculo de su energía vivificante. Este es el espíritu del icono.
El Misterio de la Encarnación de Dios hecho hombre, es el fundamento del icono: Jesús como hombre verdadero, es Dios hecho icono, imagen de Dios invisible, y todos estamos llamados a ser transformados en esa misma imagen, San Pablo 1Cor:15,49 lo expresa “Del mismo que hemos recibido la imagen (icono) del hombre terreno Adán necesitaremos también de la imagen celeste Cristo
En 2Cor:3,18 San Pablo es más explícito: “Todos nosotros con el rostro descubierto (es decir sin el velo que cubría el rostro de Moisés) reflejamos (o contemplamos) como en un espejo la gloria del Señor” que es Jesucristo porque la gloria de Dios está en la faz de Cristo.
En 2Cor:4,6 “Y nos vamos transformando en esa misma imagen, cada vez más glorioso, conforme a la acción del Señor, que es espíritu
La fe de la iglesia nos enseña “la presencia real” de Jesús en el pan eucarístico, sacramento por excelencia, de una manera semejante Jesús, la Virgen Madre, los Santos, se hacen presentes en los iconos donde la divinidad está presente en la materia y la convierte en un signo, señal o sacramento; así los iconos son sacramentos reales de la persona o misterio de fe en ellos representados.
El damaseno concluye: “No adoro al icono como a Dios pero a través de este de los santos ofrezco a Dios adoración, veneración y por su causa, piedad y honra también para sus amigos, hijos de Dios, hijos del Reino, herederos de Dios y coherederos de Cristo
Estas enseñanzas se pueden aplicar a cualquier imagen del culto cristiano, oriental u occidental en las diversas manifestaciones que nos trae la riquísima tradición de la historia del arte.

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