Hace 40 años no se ponía en duda el valor histórico de los relatos de infancia de Jesús, reduciendo las batallas de orden apologético.
A nivel popular se leían como si se tratase de relatos folklóricos, cuando en realidad son más bien teología de alto nivel.
Surgieron luego las investigaciones históricas sobre Quirino, las astronómicas de Kepler sobre la estrella y la conjunción planetaria, pero afortunadamente otros exégetas se mantuvieron en una prudencia tranquila y segura, pudiendo distinguir los hechos brutos de la interpretación subsiguiente.
De allí se consideró que estos elementos debían ser relegados a la categoría de reflexiones posteriores que la fe pascual había enriquecido y que más tarde habían sido traducidas utilizando un lenguaje plástico de imágenes cosificadas del judeo-cristianismo.
Era difícil distinguir entre esta visión literaria teológica y el hecho bruto, causando en algunos un reduccionismo casi a cero de la trama histórica de estos relatos.
Otros optaron por colocarlos bajo la denominada Historia de Salvación de origen protestante, donde se podía poner alegremente todos los hechos históricos de los que la Historia científica no puede decir nada.
En el mundo indivisible de lo sucedido, es necesario tener en cuenta que lo sucedido en el pasado no se convierte en acontecimiento, sino gracias a su interpretación que lo integra hoy en el mundo de nuestra propia comprensión.
Quienes hacen el acontecimiento son los testigos, luego los cronistas y los historiadores y finalmente los lectores, son los que dan el nombre al acontecimiento.
En buena teología bíblica, nombrar es crear y no hay acontecimiento sin interpretación ni interpretación sin acontecimiento.
Quien pretende utilizar los acontecimientos al lado de sus interpretaciones personales, comete errores irreparables.
Aquí sólo nos limitamos a decir cómo se practica la historia en el marco de los Relatos de Infancia de Jesús.
A nivel popular se leían como si se tratase de relatos folklóricos, cuando en realidad son más bien teología de alto nivel.
Surgieron luego las investigaciones históricas sobre Quirino, las astronómicas de Kepler sobre la estrella y la conjunción planetaria, pero afortunadamente otros exégetas se mantuvieron en una prudencia tranquila y segura, pudiendo distinguir los hechos brutos de la interpretación subsiguiente.
De allí se consideró que estos elementos debían ser relegados a la categoría de reflexiones posteriores que la fe pascual había enriquecido y que más tarde habían sido traducidas utilizando un lenguaje plástico de imágenes cosificadas del judeo-cristianismo.
Era difícil distinguir entre esta visión literaria teológica y el hecho bruto, causando en algunos un reduccionismo casi a cero de la trama histórica de estos relatos.
Otros optaron por colocarlos bajo la denominada Historia de Salvación de origen protestante, donde se podía poner alegremente todos los hechos históricos de los que la Historia científica no puede decir nada.
En el mundo indivisible de lo sucedido, es necesario tener en cuenta que lo sucedido en el pasado no se convierte en acontecimiento, sino gracias a su interpretación que lo integra hoy en el mundo de nuestra propia comprensión.
Quienes hacen el acontecimiento son los testigos, luego los cronistas y los historiadores y finalmente los lectores, son los que dan el nombre al acontecimiento.
En buena teología bíblica, nombrar es crear y no hay acontecimiento sin interpretación ni interpretación sin acontecimiento.
Quien pretende utilizar los acontecimientos al lado de sus interpretaciones personales, comete errores irreparables.
Aquí sólo nos limitamos a decir cómo se practica la historia en el marco de los Relatos de Infancia de Jesús.
La encuesta histórica tiene tres niveles:
1- Nivel de las comunidades portadoras del texto.
Todo documento literario puede ser considerado en parte como documento histórico, pero por su carácter tardío, entre los años 75 a 85 d.C., los relatos de infancia constituyeron un testimonio histórico de gran valor e influencia en la mentalidad cristiana del siglo I, en la actualidad nos inquietan puesto que fueron elaborados para ser leídos en comunidad.
2- Nivel de las tradiciones previas; los primeros grupos cristianos.
El estudio de los estratos literarios permite explorar y así vemos cómo el Benedictus, un himno que originalmente se cantaba al Cristo Pascual, Lucas lo adaptó a Juan el Bautista, otro es el relato de la Anunciación de Juan en el que se percibe el ingreso de dos textos del Génesis.
Es así que nos encontramos en el terreno de la hipótesis la cual es fuente de descubrimientos y sabemos también la dificultad en tratar de armonizar los textos de Mateo y de Lucas, pues son independientes.
A pesar de las divergencias, hay cerca de diez coincidencias y existe acuerdo en temas teológicos.
Mateo ha escogido de modelo al Moisés niño que está de moda en las enseñanzas sinagogales durante el siglo I, para hacer de Jesús el nuevo Moisés, mientras que por su parte Lucas toma como modelo a Samuel niño.
3- Nivel del acontecimiento propiamente dicho.
El proceso de reducción histórico se hace aquí mucho más riguroso y hay necesidad de distinguir entre lo que depende primero de la confesión de fe en Jesús Hijo de Dios concebido por el Espíritu y que no pudo conocerse ni transmitirse hasta después del acontecimiento pascual y en segundo lugar los acontecimientos puntuales el matrimonio de José y María, el nacimiento de Jesús en tiempos de Herodes el Grande y la probable instalación en Nazareth.
El proceso de reducción histórico se hace aquí mucho más riguroso y hay necesidad de distinguir entre lo que depende primero de la confesión de fe en Jesús Hijo de Dios concebido por el Espíritu y que no pudo conocerse ni transmitirse hasta después del acontecimiento pascual y en segundo lugar los acontecimientos puntuales el matrimonio de José y María, el nacimiento de Jesús en tiempos de Herodes el Grande y la probable instalación en Nazareth.
De todas maneras debemos de reconocer nuetra ignorancia en lugar de engañarnos tontamente con una ciencia que no tenemos.
Bibliografía:
Charles Perrot: Los relatos de la infancia de Jesús.
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