Dec 4, 2014

247 - FUNDAMENTOS DEL CRISTIANISMO PRIMITIVO

Después del exilio en Mesopotamia por Nabucodonosor rey de Babilonia en el siglo VI a.C. el idioma hebreo fue cayendo en desuso para convertirse en el idioma sagrado de la Torah.
Ciro el Grande, rey de los persas ha unificado varias tribus y vence a los caldeos para luego dar libertad a los hebreos retenidos durante casi cien años. (Cilindro de Ciro) De ahí en adelante en el siglo VI a.C. se impone arameo como idioma comercial, que va a expandirse por el antiguo Oriente Próximo que luego se llamó “La media luna fértil”. 
Hubo siete clases de arameo, los más importantes el de jerosolimitano, el samaritano y el galilaido, de María, José y Jesús.
A la dominación de Alejandro Magno sobre el mundo antiguo, desde el siglo IV a.C. se propagó el helenismo griego y se impuso su dialecto corriente la koiné, con el cual los judíos de Alejandría de Egypto, quienes habían sido deportados por los reyes seléucidas, ya no hablaban sus lenguas semíticas, sino el nuevo idioma del imperio.
Como se relata en los últimos artículos de esta página, solicitaron al rey Ptolomeo Filadelfo que sus Escrituras hebreas fueran traducidas al griego y así como se observa en la  algo legendaria“Carta de Aristeas a Filóstrato”, setenta y dos traductores dieron nacimiento a la versión llamada Septuaginta.
Esta tuvo una importancia fundamental en la expansión de la Escrituras judías al mundo gentil. Hoy se deduce que si aquellas hubiesen permanecido en hebreo, por los celos de los judíos hubiesen sucumbido a la historia en un medio cerrado y endogámico.
Orígenes en el siglo III a.C. observó que si Dios había mantenido muchos secretos en las Escrituras hebreas, esto equivaldría a la promesa y al traducir a un idioma universal favoreció los pilares cosmopolitas y universales preludiando la venida del Mesías en Jesús de Nazareth.
Aquí fue cuando Dios habló en griego, lo que influiría en la teología y en la piedad cristiana.
Dos siglos y medio después, nacería el Cristo como cumplimiento de la promesa. Este papel de la versión griega influyó en la elaboración de los Evangelios y en las Cartas paulinas del Nuevo Testamento.
Hay que definir que los libros del Canon del Antiguo Testamento están escritos en hebreo y en arameo y los de Nuevo Testamento en griego común o koiné algunos en griego clásico o ático como el evangelio de Lucas, otros en el dialecto jónico campesino como Apocalipsis y la carta a los Romanos de Pablo en el ptolemaico de los juristas de Alejandría.
Los Documentos del Mar Muerto o de Qumram van a influir en la escuela de Juan el Bautista del cual Jesús fue discípulo. Juan al vivir en el desierto de Judea, posiblemente conoció el pensamiento esenio que determinaba conceptos como el de resurrección y el de la venida de un Ha Mashiaj o salvador que de algún modo compartían con sus rivales los fariseos.
Es importante saber que en estos manuscritos no hay alguna escritura sobre Jesús ni del cristianismo naciente, pero se recuerda que los esenios eran jóvenes y célibes, así que el bautista y Jesús fueron solteros a pesar de la costumbre hebrea de practicar el matrimonio en época de juventud.
En el Tercer Evangelio, Lucas describe a Jesús leyendo en la Sinagoga el libro de Isaías que según los especialistas no usó el texto hebreo sino el griego de la Septuaginta.
Los nativos de la Palestina siempre han sido políglotas y no es erróneo pensar que Jesús y sus familiares entendían no sólo el idioma materno, sino otras lenguas en una tierra cruzada por caravanas comerciales de tres continentes.

Bibliografía a necesidad de los interesados.

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