Nov 21, 2013

242 - MARIA EN EL AMBIENTE DE LOS SALMOS

En Israel, el libro oficial de la oración más popular y de canto entre los usados del Antiguo Testamento en el tiempo anterior a la Anunciación a María era “Los Salmos”. Indispensable para comprenderla es concebir una idea bien clara de la vida que llevaba, viviendo en el espíritu de las Santas Escrituras.
Esas tradiciones corrían entre el pueblo heredándose entre generación y generación y formando las diferentes oraciones, así se supone que María conocería estos textos sagrados, lo que lleva a demostrar el canto del Magníficat.
Los salmos son oraciones llenas de misterio, secos y esqueléticos cuando se les reza con la frialdad del corazón, o, desbordantes generando un lugar a los pensamientos más excelsos, cuando el espíritu lleno de elevados sentimientos los toma como incentivo de la devoción. 
Pensemos a María rezándolos en el recogimiento de la casita de Nazareth, siguiéndoles en el Santuario o en la celebración de las fiestas en el Templo.
Esto comportaba entre las muchachas orientales una compostura, piedad y devoción cuya actitud reverente e hincada, la que posiblemente asumió María durante la Visitación de Gabriel, diciendo: ¡Mira, yo soy la esclava del Señor!
Según Flavio Josefo, escritor judío del siglo I existía en Israel algunos jóvenes que aprendían a leer por amor a las Escrituras y desde luego los varones eran autorizados para la lectura en la Sinagoga.
¿María sería iletrada?
Aun que lo fuera, ella aprendía lo que escuchaba y grababa en su interioridad lo leído de las Escrituras.
Es lógico pensar que la entrega oral del espíritu religioso de generación en generación ha sido trasmitido aunque las mujeres no supieran leer ni escribir.
Podemos  imaginar que en el contexto mesiánico del salmo 109, muy conocido en esa época, María tendría una particular significación así como  lo fue para su ancestro el Rey David. María estaba familiarizada en escuchar y exponer pensamientos e imágenes, los que posiblemente se interpretarían de acuerdo a la diversidad de pensamiento popular existente. Indudablemente la gente piadosa se complacería en aquellos versos en que se ocultaba el Misterio de lo Divino, y aunque no los entendieran del todo les sonarían como melodías del cielo y las escucharían con gusto.
Otros salmos le impresionarían, aunque los rabinos no cayeran en cuenta, por ser muy largos con acento triste y quejumbroso que sonarían como una cadena de gritos y de dolor, que con sentido religioso le permitirían penetrar en el mundo del dolor, de la soledad y del abandono.
La Sagrada Escritura en el curso de su vida se transformaba de una manera extraña y excelsa.
Ninguna persona judía, fuera de María se encontró en esta situación respecto de la Escritura del Antiguo Testamento.


Biografía a solicitud.

Nov 15, 2013

241 – LAS ESCRITURAS ANTES DE JESUS

Quizá fue una noche de frío, junto al fuego, cuando comenzó a contarse la historia de Israel, primero los ancianos que recordaban las andanzas de antepasados famosos, llegaron más tarde los grupos del desierto, relatando y exagerando las penalidades sufridas en Egipto, la terrible marcha hacia la tierra prometida, la revelación concedida por el Señor a Moisés. Vendrían luego los poetas populares, cantores de gestas realizadas contra los filisteos (griegos desterrados), que cambiaban batallas y ejércitos por una buena comida antes de seguir su viaje. No faltaban sacerdotes que, en las peregrinaciones anuales a los santuarios, relataban al pueblo cómo se apareció Dios en aquel lugar sagrado. 
Al hablar de los “historiadores de Israel”  no se debe proyectar la idea del historiador moderno, o del filósofo de la historia.
El historiador israelita no tiene la mentalidad de nuestro tiempo ni analiza los hechos con nuestros mismos criterios de objetividad y fidelidad al pasado por encima de todo.
Pero, aparte de esta diferencia natural, impuesta por la época y la cultura, también se debe tener presente que, dentro del mismo Israel existen concepciones distintas de la historia y formas diversas de escribirla. Cosa natural si pensamos que las primeras obras bíblicas están separadas de las últimas por más de diez siglos
Así, de boca en boca, transmitidas oralmente comenzaron a conservarse y enriquecerse aquellas tradiciones históricas de Israel hasta que en el siglo X a.C surgió una clase más culta, en torno a la corte de Jerusalem. También le interesaba otros datos: la lista de los gobernadores de Salomón, los distritos en que dividió su reino, el lento proceso de construcción del templo de Jerusalem y del palacio, con sus numerosos objetos de culto o de adorno. Todos ellos comenzaron a usar la escritura. No querían que datos tan importantes se perdieran con el paso del tiempo. Por último, dentro de esta tradición escrita, surgen verdaderos genios, que recopilan con enorme esfuerzo los relatos antiguos y “los unen en una historia continua del pueblo”.
Algunos se concentraron en los orígenes, otros se limitaron a acontecimientos fundamentales de su época, como la subida de David al trono o las terribles intrigas que provocaron su sucesión. Incluso hubo un grupo que emprendió la tremenda tarea de recopilar las tradiciones que iban desde la Conquista de la tierra (siglo XIII) hasta la Deportación a Babilonia (siglo VI) compone lo que conocemos como “Historia deuteronomista” (Josué, Jueces, Samuel, Reyes). 
Siglos más tarde se produce un hecho curioso, un autor vuelve a contar la historia de la monarquía para ello “agarra los libros de Samuel y Reyes y los copia al pie de la letra, suprime lo que no se ajusta a su punto de vista y añade otras tradiciones”. 
Así surge la “Historia cronista” 1 y 2 Crónicas. Luego en el siglo II a. C. dos autores distintos contarán la historia de la rebelión macabea. De este modo, incansablemente siglo tras siglo, el pueblo de Israel puso en práctica la consigna de Goethe de que “cada generación debe escribir de nuevo la historia”.  
¿Por qué los israelitas concedieron tanta importancia a contar la historia?
La respuesta oficial, la más difundida entre los estudiosos de la Biblia, es que para Israel la historia es el lugar del encuentro con Dios.  La fe de este pueblo no se basa en mitos atemporales ajenos al espacio y al tiempo que nos rodea.
El Antiguo Testamento es búsqueda apasionada de Dios, un intento divino de ser perfectamente más conocido, una lucha humana por penetrar en el misterio del Señor.
Y así, igual que los cristianos conocemos a Jesús por lo que Él hizo y dijo, por lo que el Espíritu sigue realizando en la Iglesia, también los antiguos israelitas conocieron a Dios por lo que hizo y dijo a lo largo de la historia. Nada tiene de extraño que los israelitas se preocupasen tanto de escribir lo ocurrido o, mejor dicho, de recordar “aquellas maravillas que el Señor ha hecho por su pueblo”.
Esta interpretación oficial corre el gran peligro de idealizar los hechos y no valorarlos rectamente. Sin duda, hubo en Israel autores que vieron la historia como lugar del encuentro del hombre con Dios, y precisamente por ello dedicaron gran parte de su vida a escribirla. Aunque muchos de los documentos que utilizaron no fueron escritos desde esa perspectiva. A. K. Grayson, hablando del interés que concedían los asirios y babilonios a contar el pasado, explica los siguientes motivos:


1- Propaganda política.
2- Finalidad didáctica.
3- Exaltación del héroe.
4-Utilidad práctica, para los calendarios, la adivinación, etc.
5- Conciencia de la importancia de recordar ciertas cosas.

Si excluimos el cuarto apartado, los restantes nos ayudan a comprender por qué los israelitas escribieron tanto sobre el pasado. Se cree que el motivo de la propaganda política  es  a veces, mucho más presente en la Biblia incluso que el estrictamente religioso. Así lo advirtieron los fariseos, que no aceptaron en el canon los libros de los Macabeos, sus grandes adversarios.
Ellos no se fijaron en su valor religioso, sino en su valor como arma política. Por otra parte, ya a comienzos de siglo hablaba H. Winckler de esta tendencia de la historiografía antigua:
Una exposición histórica en el Oriente siempre persigue un fin determinado, que procura naturalmente, demostrar lo justificado de las pretensiones políticas planteadas por las partes que daban pie a redactar el conjunto de la historia
Aunque la distinción entre lo político y lo religioso carece de sentido para un israelita antiguo, puede ser esclarecedora para un lector actual. Por otra parte, así se explica que muchas páginas de la Biblia resulten "poco edificantes” para los cristianos actuales y no les vean ningún provecho; leídas a la luz de motivos políticos, adquieren todo su relieve e interés.
Después de la muerte del Salvador se tejen las tradiciones, mitos y leyendas acerca de su vida y obra.
Mateo hacia el año 80 d.C. escribió su evangelio para una comunidad cristiana concreta. Su propósito no fue sólo reunir una serie de tradiciones acerca de Jesús, sino animar a su comunidad teniendo en cuenta los problemas concretos con que se encontraba.
El relato de la infancia de Jesús le ofrecía una ocasión excelente para ello, pues en este punto las tradiciones conservadas en las comunidades cristianas no estaban tan firmemente fijadas y ello le permitía actuar con más libertad.
Mateo de paso nos dejó algunas pistas para reconstruir la situación de su comunidad. Su interés de mostrar que Jesús pertenece a la estirpe de David y que nació en Belén su ciudad, es reflejo de la polémica que su comunidad mantenía con los judíos que no habían aceptado a Jesús como Mesías.
Este mismo interés le movió a relacionar los acontecimientos de los primeros años de la vida de Jesús con profecías del Antiguo Testamento, cuyos libros tenían una autoridad decisiva para los judíos.

Bibliografía:
Biblia de Jerusalem
Tomado de José Luis Sicré Díaz s.j. 

Nov 2, 2013

240 – MARIA DE NAZARETH Y SUS PADRES

Bajo el poder del Imperio Romano a finales del siglo I a.C. había nacido una niña en el norte de Israel, posiblemente en Nazareth cerca de la ciudad de Séforis ciudad destruida por Roma hacia el año 4 a.C. por las tropas de Quintilio Varo.
Esta región de la baja Galilea en medio de su encanto paisajístico, en una llanura fértil rodeada de sierras bajas en torno a un cerro  se levantaba la ciudad de Séforis 5 km de la anterior población.
Las gentes piadosas deseaban que viniera una Salvador político y militar para liberarse de la opresión imperial. Por lo menos todos los vecinos de la región pensaban que el nacimiento de un vástago varón significaría más honra a las familias.
Seguramente al nacimiento bañaron a la recién nacida y como era una niña no hubo que esperar los ocho días para la ceremonia de circuncisión. Le llamaron María (posiblemente Myriam) nombre muy popular entre la población sencilla, aunque no conocían bien su significado y además no causaba indagación sobre su sentido, su nombre fue frecuente en la esfera familiar y social del rey Herodes el Grande.
La Sagrada Escritura en sólo diecisiete renglones neotestamentarios sobre María, no dice nada al respecto de su vida, dejando fallida esa respuesta. No se consigna el nombre de los padres, así las gentes virtuosas trataran posteriormente de llenar este espacio con leyendas y tradiciones, recargando y adornando dichos recuerdos para entretejer una corona de milagros al padre, a la madre y a la niña que iba desarrollándose.
Dios no creó a María directamente del barro de la tierra, es cierto que es hija de familia honrada, aunque nadie puede asegurar que los nombres de sus padres fueron Joaquín y Ana.
  ninguna fuente bíblica o histórica documenta el lugar preciso donde nació María. Al respecto existen varias interpretaciones:
1- Por ser María descendiente de David y basándose, sobre todo, en el opúsculo De nativitate Sanctae Mariae, incluido a continuación de las obras de San Jerónimo, algunos sitúan en Belén el lugar natal de la Virgen.
2- Otros lo ubican en Séforis, la reconstruida Diocaesarea romana, población donde residía Herodes Antipas. Bajo el reinado de Constantino I el Grande se erigió allí una iglesia, según mención de San Epifanio para conmemorar en dicho enclave la casa de Joaquín y Ana.
3- Una antigua tradición oral recogida en escritos apócrifos durante las primeras centurias de nuestra era sobre el emplazamiento de la casa natal de María, cerca de la Puerta y la Piscina Probática o de las ovejas, ha sido la más generalizada y probable que María nació en Jerusalem, en concordancia con ciertos testimonios entre los años 400 y 600 y con los alegatos de San Sofronio y San Juan Damasceno. Esta parece confirmar los recientes hallazgos arqueológicos de la Piscina Probática o de las ovejas al hallarse junto a una basílica dedicada a María, lo cual estaría relacionado con la festividad del  nacimiento de María y en estrecho vínculo con el actual Santuario de Santa Ana.
Concluido el Concilio de Éfeso junio-julio de 431 y bajo la influencia de los apócrifos, el culto a la Madre de Dios se intensificó de modo notable, especialmente en Siria.
Desde el año 16 a.C. en época del reinado de Herodes el Grande de origen idumeo, con el apoyo del Imperio romano, en Jerusalem se ventilaban fuertes predicciones sobre el nacimiento de un rey mesías lo cual le aterraba.
En Jerusalem toda la población espera  la venida del Salvador de los judíos y ante esta manifestación las autoridades religiosas recuerdan al populacho, que “los hijos de Israel han sido escogidos por Dios como su pueblo elegido y que no aceptarían la humillación de tener otro Salvador” 
Más el pueblo replica: ¿Cómo guardar silencio en el adviento de nuestro Salvador, cuando pondrá fin a nuestro dolor y miseria?
Pero tanto unos como otros durante muchos años han orado y pedido la venida del Mesías, un personaje militar y político a la imagen de David, que liberara a Israel del opresor imperio y deseando estar en el tiempo de su llegada.
Los sacerdotes del Templo creían ser los primeros en descubrir las señales según las Escrituras.
Mientras tanto al norte en Galilea el honorable Joaquín recibe la noticia de que su añosa esposa ha dado a luz una niña primogénita, motivo de vergüenza para cualquier familia judía. Herodes en su hedonismo, egoísmo y delirio de persecución ha tomado medidas drásticas para conservar su poder, piensa  “Quien sería rey de los judíos habría de quitarme el trono
Ana la madre escoge su nombre, le llamará “María” y la ofrece alabando al Altísimo y diciendo:
"El bebé que prometí ofrecerte es una niña. Ti mismo sabes cuánto la amo, pero sigo fiel a mi promesa, la gente nos ha aislado en el abandono y no se si los sacerdotes del Templo la podrán aceptar o no"

La niña crece y desde las montañas de Galilea, mira fija y frecuentemente hacia la Ciudad Santa preguntándose si alguna vez podrá servir allá al Señor.

Según las leyes judías, estaba prohibido que las mujeres entrasen al Templo, sin embargo, bajo la tutela del maestro Hillel debió ser aceptada para estudios y servicio en el Templo
Durante este tiempo Ana no vino a visitar a su hija, había muerto, causando gran pena, tristeza a un corazón roto.

Bibliografía a solicitud.

Oct 1, 2013

239 - EL CRISTO DE SAN DAMIAN

Se trata de aquel que habló en el verano del año de 1205 al joven Francisco de Bernardone, mientras estaba inmerso en la oración escuchó una voz que le decía
"Vade, Francisce, et repara domum meam (Ve, Francisco y repara  mi casa)  Desde aquel instante en su alma grabó la  compasión del Crucificado  (2Cel 10)
"Desde entonces lloró y gimió la pasión de Cristo, que tuvo siempre delante de sus ojos (2Celano 11)
 Francisco había reemplazado en Espoleto la caballería andante por la caballería de Cristo, atravesaba una larga etapa de búsqueda y oraba en lugares solitarios: “¿Señor, qué  quieres que haga?  Ahora, en San Damián, debía reconstruir la casa de Cristo tenía que edificar una nueva Iglesia, la propia.
Taw  última letra del alfabeto hebreo
Tau  decimonona letra del alfabeto griego
Génesis:4,15 Jahvé marcó a Caín para que nadie que le encontrase le dañara
Exodo:12,7 Los israelitas marcaron las jambas de sus puertas
Ezequiel:9   marcar la frente de los hombres
Apocalipsis:7,2 marcar con sello la frente de 144.000
Las citas anteriores empleadas por el Papa Inocencio III en el discurso de inauguración del Concilio de Letrán en 1215 conmovieron a Francisco, quien madurando aquella devoción extrema por la Cruz, vio en la Tau aquel símbolo de Redención que indujo a la confección de su hábito y a usarla en la firma de sus cartas como señal protectora. 
Un artista anónimo italiano de Umbría pintó el icono del Crucifijo en el s. XII, unos 100 años antes que Francisco le viera, históricamente tiene una fuerte influencia oriental, probablemente algunos monjes sirios vivieron en el área.
Antiguamente se pintaba en madera de nuez a la cual el paño había sido pegado, sus dimensiones en centímetros son: 190 de alto, 120 de ancho y 12 de espesor.
Es probable que este crucifijo fuera destinado a ser colgado arriba del altar del Santo Sacramento: eso hace pensar que la iglesia de San Damián fue parroquial porque ese era previsto para tales tipos de iglesias.
En 1257 las hermanas Clarisas pobres dejaron San Damián y tomaron el Crucifijo cuidadosamente, guardándolo con ellas, por 700 años.
En la semana santa de 1957, concluido el altar nuevo en la capilla del San Jorge en el Basílica de Santa Clara de Asís, la Cruz fue colocada por primera vez a la vista del público.
Existe en dicha catedral uno análogo, firmado por el pintor Alberto Sozio del año 1187.
Este icono, es un elemento religioso, una pintura hecha especialmente para contemplar y ver a través de la imagen la historia narrada sin palabras, allí cada detalle está lleno de varios simbolismos que describen las escenas de sus 33  personajes que se presentaron en la Pasión, en la Resurrección y en la Ascensión.
Estuvo suspendido en el ábside de la Iglesia,  resalta la figura central de Cristo, cinco personajes bajo sus grandes brazos están colocados sobre un fondo dorado, representa el  Cristo Resucitado y pertenece a los crucifijos pintados sobre madera por los monjes sirios de la vieja Escuela Umbra de Arte cerca de Espoleto de marcada inspiración sirio-antioquena desde el siglo VII y reproduce este Cristo Glorioso como gran elemento teológico después de la Pasión.
Para los cristianos del Oriente, el icono es una representación del Dios vivo, y viniendo en su presencia se convierte en un encuentro personal con lo sagrado, con la gracia del Espirito Santo.
El icono de San Damián es por lo tanto con Cristo Transfigurado un encuentro personal, con el hombre hecho Dios, el Crucifijo contiene la historia de la muerte, resurrección y de la ascensión en gloria.
Este Cristo nos invita a participar en él con una fe viva y vivida, propio como lo hizo San Francisco.
La muerte del ahorro de Cristo lo anuncia el Evangelio de Juan en su majestad serena, y este Crucifijo retrata esto en forma de imagen.
No nos está sorprendiendo, que este icono hubiera atraído a San Francisco y que la inspiración para su vida viniera de este Cristo que le habló " ¡ve! ¡repara mi iglesia... ".!
Los simbolismos no nos han llegado con claridad, en los pocos estudios que existen en diferentes versiones y explicaciones, habiéndolas leído y observando todo este Icono con esmerada atención, se deduce, que: la observación cuidadosa descubre al instante la figura central de Cristo, que domina el cuadro, no sólo por su imponente dimensión sino también por la luz que su espléndida y blanca figura difunde sobre las personas que lo rodean y están centradas en Él.

Esta luz brota como del interior de su Persona viva, viviente y glorificada, está resaltada aún más por colores fuertes, y en especial el rojo y el negro
Realmente impresiona de inmediato este Cristo que, en lugar de estar colgado, está erguido sobre la cruz y tiene los ojos abiertos al mundo.
Este Cristo vivo, fuente de luz y de vida a su alrededor, ha vencido ya la pasión y la muerte. El Señor de la vida, glorioso en su majestad de Hijo del Padre, aparece como Cordero inmolado y exaltado: Y yo cuando sea levantado de la tierra atraeré a todos hacia míJn:12,32
Victorioso sobre la pasión, sobre el sufrimiento de la agonía y el abandono del Padre, y sobre la misma muerte, lleva en lugar de una corona de espinas, una aureola de gloria en la que se dibuja la cruz triunfante oriental.
Aquí viene al pensamiento la palabra de san Juan: Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8,12)
Y aunque se ven las señales de la crucifixión con las heridas sangrantes, la sangre redentora se derrama sobre ángeles y santos María y al Centurión: sangre de las manos, sobre otros santos, sangre de los pies y sobre san Juan, sangre del costado derecho.
Nótese, en efecto, que la sangre sale del costado derecho del Señor, según una antigua tradición presente ya en un evangeliario siríaco del siglo VI.

Biografía:
Biblia de Jerusalem "Todo está cumplido”
T. de Celano Biografía Relación con 2ª Pedro 2,5 “Domus Spiritualis” Vida primera y Vida segunda.
B. de Bonaregio  Biografía   “Leyenda mayor de San Francisco.
J. de Giano Crónica.
L. Bracaloni  Discurres en especial sobre el aspecto artístico
O. Schmucki Experiencia espiritual y mística  de Francisco basado en el   análisis crítico de las fuentes..
D. Gagnan Es probable que las formas de este icono se grabaran en su   memoria para el resto de sus días.
L. Gallant Estudio analítico crítico de la relación entre el Crucifijo de  San Damián y el Oficio  de la Pasión.
A. Gougaud La devoción del s. XII asociaba gustosamente a María y Juan.
L. Hardick  El sepulcro abierto , habla de la ascensión, algo se mueve en el interior de las  figuras.
M. Boyer La luz brota de la profundidad del Ser cuya fuente joánica  es la causa de la inspiración del Crucifijo.
B. Van Leeuwen  La Cruz  como “Locus Dei” lugar del Dios Vivo.
R. Brown Papel decisivo del Espíritu Santo.
O. Van Asseldonk  El Crucifijo de San Damián visto y vivido por San Francisco.
M. Donadeo El plano material parece estar concentrado en la espera de un mensaje, solo la mirada deja entrever la tensión de las energías vitales.

Jun 12, 2013

238 - LOS HITITAS DE LA BIBLIA

El Asia Menor, Anatolia o Turquía hoy, es un territorio que marcó en la historia universal un hito de costumbres y de ritos alrededor de la muerte.
El nombre de los hititas ha llegado hasta nosotros en las “historias más antiguas de la Biblia” donde se menciona como una despiadada y feroz tribu cerca de la Tierra Prometida.
En el siglo XIX después de tres mil años, unos arqueólogos descubrieron en el centro de Turquía una meseta con las ruinas de Hattusa, construida con técnicas muy adelantadas para las ciudades de su tiempo. De grandes fortalezas y murallas, tenía una gran pirámide y una red de túneles subterráneos, con un gran templo para adorar a muchos dioses olvidados. La “puerta de los leones” era la entrada cuyas figuras protegían a sus habitantes. Desde las alturas un gran palacio para una dinastía de reyes guerreros que hacia el siglo IV a.C. se expandieron conquistando pueblos a su paso y llegando hasta las tierras de la Biblia.
En un recodo del río Kizil Irma o Marrasantiya en lengua hitita, estaba situado el corazón del País de Hatti con la ciudad de Hattusa. Este territorio montañoso casi a dos mil metros sobre el nivel del mar, pero con un clima menos inhóspito que hoy, se difundió limitando al occidente con las bárbaras tribus Gasgas, al oriente con Asiria, al sur con Siria y con Egypto. Había conquistado ciudades importantes como Alepo, Karkemish y Qadesh donde se libró una de las famosas batallas entre  el rey hitita Muwatalli y el joven faraón Ramsés II que pudo costarle la vida. El resultado fue incierto y cada parte mantuvo el control de sus tradicionales territorios de influencia.
Los hititas, también llamados hetitas o heteos en el Antiguo Testamento, descendían de una población de origen indoeuropeo que se instaló en la región central de esta península hacia los siglos XVII y XII a.C. cuya capital fue Hattusa, tenían lengua indoeuropea y usaban jeroglíficos propios a la vez que su escritura cuneiforme fue prestada de Asiria.
En la genealogía de los descendientes de Cam, quienes poblaron la cuenca oriental del Mediterráneo, aparece Canaán cuyo segundo hijo fue Het como probable antepasado protohitita quien se estableció en Asia Menor.
Esta tribu debió ser absorbida por los hititas indoeuropeos cuando penetraron en Anatolia desde el noreste. Algunos de estos pudieron vivir en Palestina en tiempos de Abraham según cita la Biblia.
Egipcios e hititas hicieron la paz después de dos siglos de guerras, sellando con el matrimonio de la hija del rey hitita Hatussilish y el faraón Ramsés II.
Este registró el acontecimiento  en una estela conmemorativa que situó en Karnak, en la isla de Elefantina cerca de Asuán y Abú Simbel. Al describir el viaje y la llegada de la princesa a Egypto, la inscripción cuenta “cuando su Majestad vio que era tan hermosa de rostro como una diosa, se enamoró de ella y la consideró algo precioso que le había concedido el dios Ptah y una señal del reconocimiento hitita de su victoria”.
A principios del siglo XIII a.C. ante la creciente expansión asiria, liberada del yugo de Mitanni, reino contiguo oriental, se produjo una aproximación entre las casas de Hatussa y Babilonia mediante un matrimonio de herederos, como consta en una carta conservada del rey Hatusil III a Kadashman-Enlil II (1279-1265 a.C.) rey de Babilonia.
Por el segundo milenio a.C. Shubiluluma II, heredero de Tudhalia IV fue sorprendido por los ataques de los pueblos del Mar, los filisteos, quien no supo repeler y junto a nuevas invasiones de las tribus de occidente, hicieron desaparecer al Imperio hitita de la historia con más de 3000 años de existencia.
La religión hitita conocida como “la religión de los mil dioses” poseía numerosas divinidades propias y extranjeras importadas de otras culturas.
Los textos bíblicos los recuerdan y los mencionan muchas veces al referirse a las diferentes tribus del Oriente Próximo. Así, probablemente dos esposas de Esaú fueron heteas.
Génesis:26,34Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó con Judit, que era hija de Beeri el hitita. También se casó con Besenat, que era hija de otro hitita  llamado Elón
Génesis:15,18-21Aquel mismo día el Señor hizo un pacto con Abram y le dijo: esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el rió de Egypto hasta el rió grande, el Éufrates. Es decir, la tierra de los ceneos, lo cenezeos, los cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos
Génesis: 23,2-3Abraham lloró por la muerte de Sara y fue a decirle a los hititas de aquel lugar, aunque soy un extranjero entre ustedes, véndanme un sepulcro para enterrar a mi esposa
Éxodo:3,8Es el país donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos, y los jebuseos

Números:13,29En la región del Neguev viven los amalecitas, en la región montañosa viven los hititas, los jebuseos,  y los amorreos, y por el lado del mar y junto al río Jordán viven los cananeos” 
Deuteronomio:7,1El Señor, el Dios de ustedes los va a hacer entrar en el país del cual han de tomar posesión, y echará de la presencia de ustedes a siete naciones más grandes y poderosas que ustedes: los cananeos, los hititas, los gergeseos, los amorreos, los ferezeos, los heveos, y los jebuseos
Josué:3,10Esta será la prueba de que el Dios viviente está en medio de ustedes, y que al paso de ustedes, él irá barriendo a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos
Josué:11,3Con los cananeos del este y del oeste, con los amorreos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos de las montañas, y los heveos del monte Hermón en la región de Mizpa
Josué:24,11Entonces ustedes cruzaron el río Jordán y llegaron hasta Jericó. Los que vivían en Jericó (amorreos, ferezeos, cananeos, hititas, gergeseos, heveos, y jebuseos) pelearon contra ustedes, pero yo hice que ustedes los derrotaran
Jueces:3,5-6Y así los israelitas empezaron a vivir entre los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos, y los hijos y las hijas de los israelitas se casaron con las hijas y los hijos de aquellos pueblos y adoraron a sus dioses
2ºReyes:7,6Y era que el Señor, había hecho que el ejército sirio oyera el ruido de carros de combate, de caballería y de un gran ejército, los sirios pensaron que el rey de Israel había contratado a los reyes hititas y a los reyes  egipcios para que los atacaran
2ºSamuel:11,1-21Una tarde, la levantarse David de su cama y pasearse por la azotea de su palacio vio desde allí una mujer muy hermosa que se estaba bañando. Esa mujer estaba apenas purificándose de su periodo de menstruación. David mandó averiguar quién era ella y le dijeron que era Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita
Ezequiel:16,3Esto dice el Señor, por lo que toca a su origen, tu Jerusalem eres cananea de nacimiento, tu padre fue amorreo y tu madre hitita
Ezequiel:16,45Tu eres hija de una madre que odiaba a su marido y a sus hijos, y también tus hermanas odiaban a sus maridos y a sus hijos. La madre de todas ustedes era hitita y su padre amorreo
Según los poemas homéricos en la Troya, de la Anatolia de antiguos hititas existían dos formas de tratar los cadáveres, una mediante la inhumación y otra mediante la incineración preferida por los reyes de Hatti en su época imperial, según el ritual conservado.

Las complejas ceremonias del funeral duraban dos semanas; muchos investigadores coinciden en que esta costumbre se ve reflejada en los funerales de Héctor y de Patroclo, como escribió Homero en su Iliada.
Después de sacrificar animales (corderos, bueyes y caballos) junto a la pira, se colocaba el cadáver del personaje real en lo más alto de esta y se encendía la hoguera que ardía por largas horas.
Al amanecer del segundo día apagaban el fuego por medio de numerosas jarras de vino, cerveza o walhi.
Los calcinados huesos eran recogidos con cuchara de plata y bañados en aceite contenido en una vasija del mismo metal luego cubierta con un lienzo para ser sometida a ciertos ritos practicados por la Hawasa o maga y finalmente ser trasladados a una cámara funeraria donde descansaban sobre un lecho sagrado.
Las ceremonias continuaban por doce días más para permitir que viajaran los difuntos hacia “el más allá” pues las tribus hititas creían en una vida después de la muerte, para que los reyes se reunieran en las Eternas Praderas o Campos Elíseos, habitación de los dioses. Las gentes ordinarias o no iniciadas, al morir no tenían acceso a dicho lugar y en cambio iban a la Tierra Negra, donde el dios de la tormenta había con finado a los antiguos dioses.

Biografía
Biblia de Jerusalem
Fustel de Coulange: "La ciudad antigua"
Homero: "La Iliada" "La Odisea"
Publio Virgilio Marón "La Eneida"
Renault Mary: "Juegos funerarios"
Rodríguez Garcés Carlos Augusto: "Ritos funerarios" Artículo 159 de esta página

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