Jul 25, 2008

151 - EL RELATO EUCARISTICO

El anuncio a la humanidad, pacificación de la tierra y fraternidad ecuménica cuya fuente es el “pastor de las ovejas descarriadas” son aquellas palabras originadas en Sof:3,14-20 “!No tengas miedo, Sión, no desmayes tus manos! Jahvé tu Dios está en medio de ti. ¡Un poderoso salvador!”
Pablo habla del mandato dos veces en:
1Co:11,23-ss, “Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío” por su parte los sinópticos discretamente dicen:
Mc: 14,22-ss “Tomad, este es mi cuerpo” luego “Esta es mi sangre de la Alianza que será derramada por muchos” entendido como una imitación de Ex:24,8 “Esta es la sangre de la Alianza que Jahvé ha hecho con vosotros según todas esas palabras” en que la muerte de Jesús es sacrificial.
Mt:26,26-ss “Tomad, comed, este es mi cuerpo” “Bebed de ella todos porque esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados
Lc: 22,19-ss “Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros, haced esto en recuerdo mío… Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros
Juan el autor del IV evangelio no considera la institución eucarística, sino el “lavatorio de los pies” pues Jesús es el cordero pascual.
La tradición primitiva es jerosolmitana cuya expresión se lee en Marcos quien difundiéndola va a servir de fuente a Mateo.
Lucas no depende de Pablo sino que ambos se refieren a la misma tradición de Antioquía por los años 40, lo que insinúa una mayor fidelidad en Lucas que en Pablo. “Jesús tomó el cáliz después de la cena” refleja en realidad el rito del banquete religioso judío.
Estas dos tradiciones suponen un proceso de formación muy diferenciado.
No son banquetes helenistas de difunto.
A la muerte de Jesús hacia el año 30, la tradición es de pensamiento palestino, hacia el año 50, Pablo elabora su significado y a partir del 70, Marcos y más tarde entre los años 75 a 80, Mateo y Lucas toman la fuente de Antioquía.
Para Jesús el banquete es en sus palabras el punto de imagen de unión entre sus discípulos, los hombres y Dios en el Reino del Cielo, que practicó con sus seguidores.
Históricamente la Cena Pascual se realiza durante esa temporada. Sin la institución de Jesús no se puede comprender quién se encargará de la memoria de la celebración.
Lc:24,13-35 relata que Simón y Cleofás dirigiéndose a Emaús, reconocen al Maestro durante la cena y captan la presencia en la presencia del invitante.
En tiempos de Jesús el banquete pascual se componía de un primer plato.
Luego la liturgia pascual (servicio divino de la palabra) seguía el plato principal previa recitación del padre con el pan de ázimos y por último, la liturgia final con la oración del cáliz de bendición.
El padre de familia dejaba beber en su cáliz a quienes deseaban honrarle y sobre quienes deseaba invocar la bendición de Dios.
Jesús bajo este protocolo judío hizo la oración del pan ázimo, partió el pan y lo distribuyó entre sus discípulos agregando “Tomad y comed, este es mi cuerpo” luego explica la liturgia convival y su sentido no solamente es hebreo sino está en relación con la Última Cena y su muerte, lo cual es un acontecimiento dialógico.
Bibliografía
Biblia de Jerusalem
López Marín Julián: La celebración eucarística centro de la vida cristiana

Jul 16, 2008

150 - LAS COMIDAS DE JESUS

En los artículos anteriores se ha tratado el sentido antropológico del comer y cómo en las diferentes civilizaciones a lo largo de la historia y de la geografía los pueblos lo han interpretado desde sus contextos culturales, pero con elementos simbólicos universales que conectan al hombre con la naturaleza y con el cosmos.
Este fenómeno abre su thelos o meta hacia el mundo de lo religioso, la comida y la bebida son una realidad que posee una densidad ecológico-naturalista y suscita no sólo esta relación naturista, telúrica o cósmica del pan y del vino que nos acerca a la tierra, a los frutos del campo y del trabajo humano, sino que también, es histórica donde la antropología abarca ambas facetas.
Por tanto no se puede hacer una reflexión solo antropológica sobre el carácter del comer y del beber sin abrirse a estos horizontes de compromiso con la historia.
La madre naturaleza nos cobija materialmente y nos brinda el trigo y la vid producto de la tierra, del sol, del agua y del aire en una dimensión Cósmica. De allí, mediante el trabajo humano obtenemos el pan y el vino, enfocando otras dos dimensiones una Divina donde el Hijo de Dios se encarna y otra Humana donde comulgamos y nos humanizamos para entrar en la Nueva Creación.
La común-unión alcanza dimensión cósmico-teológica retornando al estado paradisial y edénico como la promesa del porvenir final.
En Deuteronomio encontramos que se descubre esa teología:
Dt:7,13 “Te amará, te bendecirá, te multiplicará, bendecirá el fruto de tu seno y el fruto de tu suelo, tu trigo (cuerpo), tu mosto (sangre), tu aceite (mesías) las crías de tus vacas y las camadas de tus rebaños (el cordero) en el suelo que a tus padres juró que les daría
Dt:11,14 “Yo daré a vuestro país la lluvia a su tiempo, lluvia de otoño y lluvia de primavera, y tu podrás cosechar tu trigo, tu mosto y tu aceite
La acción de gracias (eucarestas) cristianamente en Eucaristía, desde lo anterior sufre la transustanciación en cuerpo y sangre de Cristo, verdadero éxtasis de reconciliación del hombre-mujer con Dios y con la naturaleza.
Esto es la Koinonía, la creación cósmico-humana y Dios en una reconciliación pacificadora, en una situación edénica o paraíso.
Es el eco de Gn3,8 “Dios paseándose por el Edén con nuestros primeros padres
Hoy miramos el Reino actual y del futuro como el porvenir escatológico.Eucaristía, es el cuerpo de la humanidad comulgando con el cosmos (pan y vino) y el cuerpo del Dios humanado (pan y vino transustanciados) como la anticipación de la unión universal y de la deidificaciónLa gran transustanciación
Así lo antropológico se abre a lo religioso, el comer en todas las culturas va unido a la plegaria o acción de gracias, al ofrecimiento o sacrificio de común-unión, pues el comer implica conexión con el otro, con lo sagrado y con lo hierofánico del Misterio:
El banquete de lo sagrado, la Eucaristía.
El relato eucarístico viene de la tradición jerosolimitana que Marcos difunde y es captado por Mateo.
Lucas no depende de Pablo sino que ambos se refieren a la misma tradición de Antioquía por los años 40. Al parecer existe una mayor fidelidad en Lucas que en Pablo. "Jesús tomó el cáliz después de la cena" refleja en realidad el rito del banquete judío.
Estas dos tradiciones suponen un proceso de formación muy diferenciado.
Marcos se basa en la teología sacrificial del Antiguo Testamento (14,24) "esta es mi sangre, la de la Alianza" imita a Ex:24,8 "Esta es la sangre de la Alianza que el Señor ha dado con vosotros"
El pacto en la antiguedad entre Dios y el hombre se sellaba con sangre. Así Marcos entiende (relativo al cáliz) que la muerte de Jesús fue sacrificial. Se ha podido llegar hasta algunas versiones antiguas pero no a la original. Ambas tienen una base de ciertos pensamientos sobre la muerte expiatoria de Is:53 sobre el "Siervo sufriente" que en Lucas se realiza "en mi sangre" la inmolación de Jesús equivale a la afirmación de Marcos donde aparece como muerte sacrificial.
Históricamente Jesús realiza la Cena Pascual durante esa temporada, Jesús es dueño y anfitrión, ofrece no solo lo de la mesa, sino El mismo en comunión con sus discípulos y con Dios.
Bibliografía
Biblia de Jerusalem
López Julián: La dimensión simbólica del sacramento

Jul 8, 2008

149 – ANTROPOLOGIA DEL COMER

Comer es un acto santificado en medio de lo común, es la cercanía entre lo sagrado y lo profano, sin discontinuidad.
En la antropología del comer hay una comunicación del hombre con la tierra para entrar en una relación cósmica y regenerar a la persona psíquica, física y espiritual ya que linda con lo trascendente y lo religioso.
El comer exige parsimonia, calma y gusto para vencer el inmanentismo, la autofagia y la autodestrucción al vivir de los frutos de la tierra.
Es la religación como pedagogía hacia lo religioso no sólo al volver a unir al hombre con el cosmos, sino como acto de comensalidad expresado en el maravilloso Himno al Sol de Akenatón (el faraón hereje del siglo XIII a.C.) y reflejado bíblicamente en el Salmo 104 sobre “Los esplendores de la Creación
Comer es un acto de convidar, de compartir repartiendo y donando, un verdadero acto de humanismo donde te doy mi alimento, mi salud, mi amistad, y mi propia persona.
El comer es el acto central de la vida humana que se compara con el copular, por la comensalidad y la conyugalidad como gestos materiales y espirituales.
No son solo somáticos pues tanto el uno como el otro son a la vez útiles como inútiles, pero absolutamente necesarios para vivir.
Son actos gratuitos que expresan una relación profusa y absoluta a través de la mediación corporal.
También son portadores de caracteres lúdicos, festivos, placenteros como también de una dimensión interesada sin poderse instrumentalizar.
La diferencia está en que:
a- el comer y el beber es grupal, mediato, comunal de comensalidad.
b- el copular es íntimo bipersonal, sin mediación directa en la conyugalidad.
El banquete es una fiesta (interrupción de la cotidianidad) no tanto por el sabor sino por el estado de conciencia que suscita, calor humano, entusiasmo, cordialidad y efusión de vida en que se recuerda la tierra natal. El pan ha sido el alimento fundamental y el vino la bebida esencial de la cultura mediterránea.
son frutos de la tierra y del trabajo del hombre” simbolizan en el trigo, la cosecha de 9 meses equivalente a una gestación, es símbolo de muerte y de resurrección y en el vino al sol, las cepas, la vid, los sarmientos y los pámpanos que dan vida.
Jesús dijo “os aseguro que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda sólo. Pero si muere da mucho fruto
Lo trituramos para obtener la harina y hacer el pan.
Para la Biblia es el alimento esencial que al poner en boca de Dios aquellas palabras de la historia humana están muy cargadas de simbolismo:
Gn:3,19 “Comerás el pan con el sudor de tu frente
Resulta difícil distinguir y separar lo antropológico de lo teológico.
El hombre como la mujer son imagen de Dios y la huella divina penetra todas las caras de su vida.
El pan símbolo de Buena Noticia = Evangelio, derivado del trabajo del hombre, compartido, ético y comunitario enfrenta la tentación de no hacerlo por el pecado.
Hay la necesidad de celebrarlo con gozo y de conseguir pan para todo el pueblo, lo que genera reflexiones, ideologías, amenazas, riesgos y práctica en que el pan no sea signo de egoísmo sino signo de amor sacramental.

Existía en el banquete la oración con alto sentido de acción de gracias y de la bendición ascendente (beraka), un breve memorial y la confesión de fe "comer la sabiduría de Dios, comer la palabra" descrita en el sapiencial y los profetas, y comer a Cristo máximo alimento en el IV Evangelio.

Los sinópticos y Pablo son más discretos con la Ultima Cena por el ambiente jerosolimitano en cuanto a la prohibición judía de comer carne con sangre, Juan abandona la metonimia y pone en boca de Jesús expresiones más realistas.

En el Antiguo Testamento existe un basto arsenal teológico del comer y del beber relacionado con la historiadura del hombre, con la Historia Salvífica, historia concreta que el Dios bíblico va diseñando a lo largo de la Historia de Israel como pueblo elegido.

Pr:9,1-5 "mezclado el vino, invita a comer el pan y el vino"

Ez:2,8; 3,1-4 "Atiende bien que te voy a decir. Abre la boca y come lo que te voy a dar" "tú, hombre trágate este rollo que te doy y llena con el tu estómago. Yo me lo comí y me supo a miel"

Ap:10,8-10 "toma, devóralo: te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel"

"Alimentarse de la palabra de Dios" recorre la Biblia desde Dt:8,3 hasta las tentaciones de Jesús de Mt:14,4, habiendo pasado por Am:8,11; Ne:9,29 y Sab:16,26, es el eje teológico hoy condensado en lo que se llama "Las comidas de Jesús" núcleo cardinal de la Eucaristía.

Tras la multiplicación de panes por Jesús (Pan de la Palabra) para saciar el hambre de toda la humanidad, los hombres le mataron.
Bibliografía
Biblia de Jerusalem
López Julián “Sentido antropológico del comer

Jul 1, 2008

148- - LAS COMIDAS SAGRADAS

Profundizar en el sentido religioso del comer es profundizar en el sentido real de la Eucaristía, como un acto humano (antropología cultural) cuyo fin es sellar la unión del grupo o fratía.
Comer juntos indica: fiesta, romería, peregrinación, comensalidad, convivialidad en que todos están contagiados de alegría y de afecto, aparece un intercambio de la confianza y se derrumba todo muro de distanciamiento.
Cuando se estudian las comidas y las bebidas sagradas de algunos pueblos en la antigüedad se descubre la presencia de zumo de yerbas o plantas con azúcar, miel o néctar, es así como en la India se usa el Soma, en Irán el Haoma y en Grecia la Ambrosía.
a- El dios se consideraba como “Comensal del banquete”, la clase sacerdotal entre el dios y hombre-mujer, entregaba una parte del alimento a la comunidad y la otra era consumida por la agrupación hierofágica (CONVIVIUM)
b- El dios es “Sustancia del banquete místico” la comunidad es teofágica (COMUNION) En la historia de las religiones existe una cantera de ritos antiguos conocidos:

CULTO AZTECA veneración a Chicomecoatl (maíz) el alimento convertido en carne, sin él no existiera y moriría el hombre.
CULTO MAYA la víctima era cubierta, vestida y adornada como un dios para ser sacrificada como un dios encarnado, abriéndole el pecho y sacándole el corazón para comer su carne y beber su sangre humana mezclada con panes. Era conocido este ritual como Teoqualo o manducación del dios.
CULTO INDIGENA NORTEAMERICANO adoraban el cactus gigante sin espinas, incorporándole el Peyote (narcótico) como los cristianos al recibir el pan y el vino sacramentales.
CULTO ESQUIMAL veneración a Sedna, señora de los animales del mar (nerrivik) hombre o mujer que lo ingiere. Fue parcialmente descuartizada, su padre le cortó los dedos y el alimento es el sacrificio de un ser divino.
CULTO CEILANDES veneran a Hainuwele, de cuyo cuerpo descuartizado brotaron los tubérculos.
CULTO JAPONES o Anuies, creen que el oso es un ancestro o antepasado y festejan la casa del oseno vivo que en procesión es sacrificado para luego ser comida su carne cocida, por todos los asistentes.
CULTO EGIPCIO había manjares que comían espiritualmente los dioses y luego sólo los sacerdotes. En otras ocasiones el pan era alimento de los difuntos. Los vegetales eran proporcionados por Osiris. La cebada pisoteada por Seth, su hermano, quien lo había descuartizado, es la semilla que brota originando la resurrección de Osiris. En la base su estatua tenía cinco signos “anch” y diez cetros. El dios muerto vuelve a resucitar bajo la forma de semilla que brota transmitiendo la vida y la salud de vivos y de muertos.
CULTO DIONISIACO danzaban y despedazaban un macho cabrío y lo comían crudo, llamándolo Melanaigis (o piel de cabra negra) aquí la comunidad es teofágica participando mediante una relación consustancial.
CULTO PERSA veneraban a Mitra (el sol) sacrificaban al toro originario del cual brotaba de su espinazo el trigo y de su sangre la vid. Era el banquete de la vida y de la muerte, se acompañaba de agua con miel y vino para simbolizar el último banquete que Mitra celebró con Helios antes de su ascensión al cielo.
Era una unión con el dios.
CULTOS DE SIRIA Y ROMA en las religiones mistéricas, en el Atagartis, comían un pez prohibido asumiendo la ingestión de carne de la diosa.
En Hierápolis de Frigia por el s. II, el obispo Abercio anotó Ichthus como significación del sagrado banquete sacrificial del pez que se inscribía en las catacumbas junto con el pan y el vino, símbolos eucarísticos.
CULTO EFESINO a Demeter, la diosa de la tierra y de la vegetación y a Core su hija, la muchacha del trigo, eran esenciales para la bebida sacramental de Kykeon, una cocción de cebada y la mostación de la espiga.
En estas circunstancias los ritos de origen agrario se les potenciaba como misterio o signos del más allá.
EL ANTIGUO TESTAMENTO el libro sagrado religioso recoge tradiciones de otras culturas, extrañas para nuestro pensar.
El “homo simbólicus” en contacto con la naturaleza, con sentido profundo descubre la constelación de signos que le ponen en comunión con lo trascendente, en concierto como una unidad entre el cielo y la tierra.
Así puede rebasar el nivel del “sólo consumir” y sentir la manifestación del TODO UNIVERSAL en que el humano se siente integrado. Con este variopinto lenguaje se expresa el sentido religioso de la comida y de la bebida, a través de la historia humana como profundidad ancestral, semejante a rozar el Misterio Eucarístico.
En el rito la comunión sagrada, deseaba incorporarse al ser divino para acontecer una sola cosa con él.
El origen de la costumbre teofágica del cristianismo de comer hostias en la eucaristía (es decir, el cuerpo del Cristo-Dios) estriba en la ingesta del grano, al que los pueblos antiguos de Europa consideraban representación del espíritu divino.

Al término de las cosechas daban forma humana al pan dotándole de carácter sacramental ya que lo que decían comer es el cuerpo del espíritu de la mies (creen comer el fondo platónico, más que la forma).
Lurker describe todos los procesos ajenos de recolector, correspondientes a moler, prensar, cocer, fermentar, comer y beber como el engranaje ininterrumpido de los fenómenos de transformación.
El grano debe caer y morir para originar la espiga, si no es trillado y triturado no habrá harina.
Cuando partimos el pan lo masticamos, lo deglutimos y recibimos la energía vital que necesitamos y que él nos proporciona.
Actualmnte se consideran procesos empíricos y cosas simplemente utilitarias.
En la antigüedad se llamaba comportatio o symposion (comer y beber juntos) hoy cristianamente se denomina comunión–eucaristía, en el Antiguo Testamento la referencia a las comidas mesiánicas se relatan en Is:25,6-ss; 55,1- ss; en el Nuevo Testamento Lc;15,2; Hch:10,41; 11,3 le da ese carácter profundo de comunión.
Así vemos un horizonte ecuménico entre las religiones y la fe cristiana, olvidadas hoy por estos tiempos de prejuicio antirreligioso tanto católico como protestante.
El teólogo debe vivir junto con la comunidad cristiana desde la hondura religiosa- ecuménica, la eucaristía, realidad ecológico-naturalística de la comida y de la bebida, las que le acercan a la tierra, a los frutos del campo y del trabajo humano.
Hay que recuperar el ágape (amor divino que cuida) para superar esos falsos espiritualismos en que caen nuestras celebraciones eucarísticas hoy día.
Biblografía

Biblia de Jerusalem

López Julián: El sentido antropológico del comer

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