Oct 23, 2008

161- SACRIFICIO, ALIANZA, FUEGO Y ESPIRITU

La pasión y la glorificación (resurrección por el Padre) de Jesús de Nazareth, expresada en el culto mediante términos de sacrificio en la Carta a los Hebreos, difiere de los evangelios pues ellos mencionan el sacrificio pero sin utilizar esa palabra, "llegó a ser mediador de una Nueva Alianza” Heb:9,15
Desde el A.T. no se lograba fundar una Alianza válida, ya que consistía en “ritos carnales” Heb:9:10 en los cuales no había intervención del Espíritu Santo.
Se trataba de sacrificios de animales que no cumplían la común-unión entre el pueblo y Dios, su realización estaba en el plano de lo externo, no satisfactoria ni ritual. Los animales están desde la Creación como relata el Gn:1, ausentes de la Ruah y de bendición del Creador.
Heb:9,13-15 “Pues si la sangre de machos cabríos y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los contaminados, en orden a la santificación de la carne ¡Cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció así mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! Por eso es mediador de una Nueva Alianza
En el Viejo Testamento se ofrecían sacrificios que no eran personales sino externos, los cadáveres de animales inmolados no podían fundar una alianza verdaderamente válida entre Dios y los hombres.
Los cadáveres de animales no son de ninguna manera capaces de una relación personal con Dios y por tanto no pueden comunicar a los hombres tal relación.
El Sumo Sacerdote no podía ofrecerse así mismo y no era digno por pecador e incapaz al no ser una víctima agradable a Dios (habían comprado y usurpado el sacerdocio legítimo desde hacía dos siglos)
En su interioridad no había espacio para la acción del Espíritu Santo. La legitimidad en el sacrificio mediante el concepto de ascensión, exigía que la víctima inmolada lo fuera mediante el fuego sagrado para que transformada en humo saliera hacia el cielo, hasta Dios quien aspiraba el perfume y así el sacrificio podía ser agradable como se relata en estos pasajes:
Gn:8,21-22 “Noé construyó un altar a Jahvé .. y ofreció holocaustos en el altar. Al aspirar Jahvé el calmante aroma, dijo en su corazón: Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre
Este concepto se refleja en
Ef:5,2 “Cristo os amó y se entregó por vosotros como oblación y víctima de suave aroma” Flp:4,18 “Tengo cuanto necesito y me sobra; nado en la abundancia después de haber recibido de Epafrodito lo que me habéis enviado, suave aroma que Dios acepta con agrado
Según el veterotestamento, el fuego proporcionaba a la ofrenda la fuerza necesaria para ascender y llegar a Dios.
Pero la Escritura señala que no cualquier fuego producido por el hombre podría servir para tal propósito, sino solo aquel que haya descendido de Dios y baja del cielo solamente puede volver a subir al cielo, llevando consigo a la víctima ofrecida como recuerda:
Lv:9,24 “Salió fuego de la presencia de Jahvé, que asumió el holocausto y las partes grasas puestas sobre el altar
2Cro:7,1 “Cuando Salomón acabó de orar, bajó fuego del cielo que devoró el holocausto y los sacrificios
Este fuego procedente del cielo era cuidadosamente conservado para poderse usar siempre en las ofrendas y en los sacrificios.
2Mc:1,20-22 “Nehemías enviado por el rey de Persia, mandó que buscaran el fuego los descendientes de los sacerdotes que lo habían escondido, pero como ellos informaron que en realidad no habían encontrado fuego sino un líquido espeso, él les mandó que lo sacasen y lo trajesen. Cuando estuvo dispuesto el sacrificio, Nehemías mandó a los sacerdotes que rociaran con aquel líquido la leña y lo que habían colocado sobre ella. Cumplida la orden y pasado algún tiempo, el sol que estaba antes nublado volvió a brillar y se encendió una llama tan grande que todos quedaron maravillados
Los judíos llamaron este líquido espeso neftar que significa purificación, aunque aún hoy se llama nafta o petróleo.
El autor de la Carta a los Hebreos superó este concepto material y reflexionando sobre la Pasión de Cristo, descubrió el verdadero significado del símbolo:
El fuego de Dios no es un rayo que cae de las nubes sino que es el Espíritu Santo, Espíritu de santificación el que hace la ofrenda sagrada, capaz de transformar el sacrificio y hacerlo pasar a la esfera de Dios.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem
Vanhoye Albert: Tanto amó Dios al mundo

Oct 21, 2008

160 - ¿NATURALEZA HUMANA Y CULTURA, EN OPOSICION?


P. Jaime Rodríguez Forero sdb
sacerdote saleciano

La naturaleza humana y su desarrollo implican su capacidad de ser, de construir y de transformar su “hábitat” para asegurar la expansión y la supervivencia.
La cultura está conformada por las soluciones que la especie humana ha ido hallando para sobreponerse a los retos del medio ambiente y satisfacer toda la gama de sus necesidades de vivencia y convivencia social.
La evolución hasta el “Homo sapiens” que, a su vez, sigue siendo evolucionado, hace que la cultura sea una entidad en permanente evolución. No es una evolución ciega. La conduce la condición “sapiente” del ser humano. Puede y tendría que desarrollarse para el bien común.
Pero también es posible desviarse en su contra.
¿No son señales suficientes, entre muchas, el peligro en que se encuentra la ecología con el envenenamiento de la atmósfera, y de las aguas, los cambios climáticos, que amenazan la naturaleza, la destrucción del hábitat con la desaparición paulatina de las especies vegetales y animales, la degradación del entorno humano, las pandemias que azotan irrefrenadas, la salud y vida de millones de personas, y el peligro nuclear que hace real la posibilidad de extinción de la especie humana y de la destrucción de la vida sobre la tierra?
La ética ni es ni puede ser un capricho de las culturas ni un mero elemento de la evolución. Es “humana” por esencia.
Sólo emana de la inteligencia, en la conciencia del cómo y para qué de la existencia propia de la relación con los semejantes, para la convivencia.
También se proyecta sobre el planeta-escenario en que empezó a existir y a desarrollarse la especie humana y el cosmos en que existe como ser racional y por tanto moral.
La cultura y dentro de ella, la convivencia se deben a la ética.

Ésta y aquellas se pertenecen y alimentan mutuamente.
La afinidad, capacidad y necesidad de relación y reciprocidad humanas están contraseñadas y regidas por la sexualidad. El “Yo” de cada uno, dentro de la asunción de la propia identidad, se sitúa y afirma con respecto al “ustedes” del grupo social general o con respecto a individuos, asumiéndolos en la identidad que tienen y recibiendo el aporte de lo que son desde dicha identidad. Mientras la “genitalidad” entra en la esfera de una relación individual de compromiso particular como el “”.

En ambas dimensiones el individuo se proyecta para su realización y crecimiento.
Homosexualidad y heterosexualidad, como inclinación hacia el otro o hacia el mismo sexo, son meramente condiciones humanas.
Constituyen un estadio primario y anterior a la conducta de seres dotados de racionalidad y de voluntad, y éticos por esencia (sujetos morales) en el manejo de su libertad.
Lo mismo que las “pasiones” que existen en el ser humano, no se pueden calificar de buenas o de malas. Simplemente existen. Los que de manera objetiva podrían evaluarse en términos de bondad al menos son los comportamientos. Dichas condiciones de inclinaciones sexuales implican derechos y deberes con respecto a sí mismo y a los demás, de acuerdo con lo que es y ha sido la naturaleza humana con sus necesidades afectivas y reproductivas de supervivencia, y la conjugación de los sexos en función de las mismas, bajo la responsabilidad de ambos en su relación entre sí.
La heterosexualidad no se compagina con la promiscuidad sexual, ni con la ruptura del tabú del incesto ni con la organización de la poliandria o de la poliginia en la vida social.
El panorama confuso y desordenado de la cultura actual como “la del destape” sin barrera alguna para la publicación de toda clase de imágenes y escritos, y la exhibición sin cortapisas de la pornografía, la comercialización de todo lo referente al sexo, la banalización de las relaciones, de la familia y muchos otros factores, conducen a una verdadera idolatría del sexo.
Queda despojado de su sentido fundamental para la pareja humana y todo se va reduciendo “al derecho del placer”.
Ahora dentro de la revolución sexual, los que se hacen contar son “los derechosal libre ejercicio de la sexualidad.
Los deberes quedan “de facto” suprimidos.
En nombre “del libre desarrollo de la personalidad y del consiguiente derecho al placer
¿Qué tipos de conducta social se debería admitir en la vida social partiendo de las muchas inclinaciones y gustos por las personas, animales y cosas, reconocidos y publicados por los medios de comunicación social, con la innovación de la libertad de expresión y de la eliminación de tabúes?
De todo el cuadro anterior surgen más cuestiones que no pueden dejarse sin respuestas:
¿Si no hay quien tenga deberes, cómo lograr el reconocimiento de los derechos y su protección?
¿Los derechos se reducen a la esfera individual?
¿La colectividad carece de derechos?
Y algo demasiado importante como para tenerlo en cuenta:
¿Nadie tiene deberes para con la colectividad (la sociedad)?

Bibliografía
Para la juventud, tomado de su último libro lanzado el 12 de julio de 2008 (virtual)
Jaime Rodríguez Forero: “La vida en busca de un alero

Oct 20, 2008

159 - RITOS FUNERARIOS

El Asia Menor, Anatolia o Turquía hoy, es un territorio que marcó en la historia universal un hito de costumbres y de ritos alrededor de la muerte.
Existían dos formas de tratar los cadáveres, la una mediante la inhumación y la otra mediante la incineración preferida por los reyes de Hatti en su época imperial, según el ritual conservado.
Las complejas ceremonias del funeral duraban dos semanas, muchos investigadores coinciden en que esta costumbre se ve reflejada en los funerales de Héctor y de Patroclo como escribió Homero en su Ilíada.
Después de sacrificar animales (corderos, bueyes y caballos) junto a la pira, se colocaba el cadáver del personaje real en lo más alto de esta y se encendía la hoguera que ardía por largas horas.
Ya habían lavado y colocado en su lecho el cadáver de Patroclo, y sollozando dieron tres vueltas alrededor del cadáver con los caballos de hermoso pelo; Tetis que se hallaba entre los guerreros les excitaba el deseo de llorar. Regadas de lágrimas quedaron las arenas, regadas de lágrimas se veían las armaduras de los hombres. Y Aquiles comenzó entre ellos el funeral lamento colocando sus manos sobre el pecho de su amigo y diciendo:

“Alégrate, ¡oh Patroclo, aunque estés en el Hades! Ya voy a cumplirte cuanto te prometiera: he traído arrastrado el cadáver de Héctor que entregaré a los perros para que lo despedacen cruelmente y degollaré ante tu pira a doce hijos de troyanos ilustres, por la cólera que me causó tu muerte.” Tendió Aquiles el cadáver de Héctor boca abajo en el polvo, junto al lecho de Patroclo y los guerreros se quitaron la luciente armadura de bronce y se sentaron en gran número frente a la nave de Aquiles, que les dio un banquete funeral espléndido. Muchos bueyes blancos, ovejas y balantes cabras palpitaban al ser degolladas; gran abundancia de grasos puercos, de albos dientes, se asaban extendidos sobre la llama de Hefesto y en torno al cadáver la sangre corría en abundancia por todas partes

Al amanecer del segundo día apagaban el fuego por medio de numerosas jarras de vino, cerveza o walhi.
Las ceremonias continuaban por doce días más para permitir que viajaran los difuntos hacia “el más allá” pues las tribus hititas creían en una vida después de la muerte, para que los reyes se reunieran en las Eternas Praderas o Campos Elíseos, habitación de los dioses.
Los calcinados huesos eran recogidos con cuchara de plata y bañados en aceite contenido en una vasija del mismo metal, luego cubierta con un lienzo para ser sometida a ciertos ritos practicados por la Hawasa o maga, finalmente eran trasladados a una cámara funeraria donde descansaban sobre un lecho sagrado.
Dentro de la Mitología greco-romana había un aconcepción diferente de la hebrea en cuanto al sheol, para lo primeros era un país a donde debía asistir el alma del difunto y cruzarlo para llegar según el juicio sobre su vida a determinado sitio en "el más allá"
Los latinos imaginaban el infierno o mundo subterráneo como un lugar de sufrimientos y de calderos donde se purificaban o se castigaba a las almas.
Las gentes ordinarias o no iniciadas, al morir no tenían acceso a dicho lugar y en cambio iban a la Tierra Negra, donde el dios de la tormenta había confinado a los antiguos dioses.
La Tierra Negra era concebida como una ciudad amurallada, en cuyo interior existían grandes calderos de bronce sometidos al fuego eterno, donde se consumía el mal y los muertos no eran más que polvo.
Esto nos lleva a ver la semejanza con el Cielo y el Infierno cristianos, muy probablemente fue aquí donde se inspiraron los Padres de la Iglesia.
En los pueblos de la llanura mesopotámica, el ritual funerario babilónico, se caracterizaba porque el cadáver real con sus acompañantes era colocado en una tumba excavada en la tierra con una profundidad entre los nueve y los doce metros. Una vez sellada la puerta se realizan sacrificios en el pequeño patio delante de la entrada. Después se rellena éste de tierra hasta que queda a nivel del piso sobresaliendo tan sólo una cúpula. Se encendían hogueras alrededor de la cúpula y se celebran los funerales derramándo las libaciones para los difuntos por un conducto de arcilla que penetraba en la tierra a un lado de la tumba, encima de ésta se construía un edificio subterráneo. En los distintos pisos de este edificio se realizaban ofrendas y nuevos sacrificios humanos. Normalmente, cuando el Rey fallecía, toda la Corte le acompañaba en ese viaje al Más Allá.
Las excavaciones revelan que estos hombres se sacrificaban de forma voluntaria por su Rey-dios al que habían jurado servir en este plano o en el otro.
Estas culturas no tenían el mismo concepto que nosotros poseemos actualmente sobre la muerte, esencialmente por su creencia en la inmortalidad del Alma, siendo la muerte la puerta que permitía el nacimiento a otro plano de conciencia.
La ceremonia está superpuesta en la Naturaleza y en el Cosmos.
El movimiento espiral de la galaxia, la salida del sol o la apertura de un capullo en flor con los primeros rayos del amanecer están realizando una mágica ceremonia que les hace avanzar en su camino de evolución y les acerca cada vez más a la Divinidad.
Pero el hombre parece que ha olvidado o no quiere acordarse de que él forma parte también de la Naturaleza y el Universo, que nadie escapa del Plan Divino de Evolución.
EL hombre actual, prisionero del materialismo, crispado por el stress y esclavo de sus odios, deseos y pasiones, no encuentra la tranquilidad de espíritu necesaria para poder vivir la Vida como una ceremonia. Cuando el hombre viva de forma más natural, tal vez encuentre el equilibro, la armonía y la ceremonia en su interior, como la hallaron estas civilizaciones del pasado.
Bibliografía
Biblia de Jerusalem
Fustel de Coulange: La ciudad antigua
Homero: La Ilíada y la Odisea
Publio Virgilio Marón: La Eneida
Renault Mary: Juegos funerarios

Oct 1, 2008

158 - ATAUDES FLOTANTES

La humanidad siempre ha sido cruel, codiciosa y sádica empecinada en el provecho personal, sin mirar las necesidades ajenas, esas pequeñas y grandes muertes, escudada en ser cristiana.
La esclavitud en que el hombre es dueño del hombre debido a posición, poder económico o militar, conlleva a persistir en la injusticia social, síntoma de una sociedad gravemente enferma.
Recogiendo segmentos históricos escritos en el siglo XVII durante el comercio de esclavos traídos de África, encontramos:
P. Sandoval escribió un libro “De la salvación de los negros” único texto con alto valor sociológico, era el antecesor de un misionero jesuita quien se denominó “el esclavo de los esclavos
El galeón negrero se acerca al puerto. Ya las velas se recogen, ha pasado el Fuerte de Pastelillo y se puede oír el rumor del puerto. En el fondo del navío un terrible murmullo, gritos de angustia, miradas ansiosas, los negreros muestran sus rostros más benévolos. Ha llegado la tercer parte de su mercancía y hay interés en que se de una buena impresión. Rían esclavos …rían
Cautivos estos negros con la justicia de Dios sabe, dice Sandoval, les echan luego en prisiones asperísimas de donde no salen hasta llegar a este puerto de Cartagena. A veces llegan de doce a catorce navíos al año, hediondos y les da tanta tristeza y melancolía por la idea que tienen que les traen para hacer aceite de ellos o comérselos. Vienen apretados, asquerosos y maltratados, que me certifican los que les traen que vienen de seis en seis con argollas en el cuello, con grillos en los pies de dos en dos, de modo que de los pies a la cabeza vienen aprisionados. Debajo de la cubierta cerrados por fuera donde no ven sol ni luna, que nadie puede atreverse a meterse allá, sin marearse ni resistir una hora. Comen cada 24 horas una escudilla de harina de maíz de mijo crudo y con un pequeño jarro de agua y no otra cosa sino mucho palo, azote y malas palabras. Con este tratamiento llegan unos esqueletos, sacándoles luego a tierra en carnes vivas, poniéndoles en un gran patio corral, acuden luego innumerables gentes, unos llevados por la codicia, otros por la curiosidad y otros por la compasión; estos son los misioneros y aunque van corriendo siempre hallan algunos muertos
Esta terrible página donde confiesa que ante esta humanidad repugnante sentía espanto y su naturaleza quería huir.
De un segmento conservado de una carta del 31 de marzo de 1617 se extrae: Ayer saltaron a tierra un gran navío de negros de los ríos de Guinea. Fuimos allá cargados de naranjas, limones, tabaco (tratar el escorbuto). Entramos en sus barracones, remeros de una y otra parte. Fuimos rompiendo hasta llegar a los enfermos, de que había gran manada echados en el suelo muy húmedo y anegadizo. Echamos manteos fuera, terraplenamos el lugar, llevamos en brazos a los enfermos
La psicología del misionero catalán no era complicada, tuvo un amor supremo.
Señor, te amo mucho, mucho. De una voluntad férrea, cuando el cuerpo se rebelaba ante una llaga abierta ante el horror de un leproso hecho pedazos, su rostro demacrado y amarillento como las olivas de su pueblo, se encendía, sacaba una disciplina y se flagelaba, se acercaba al enfermo lamía sus llagas hasta dejarlas limpias con sus propios labios
El Capitán Barahonda testificaba: “Y los negros a su vez le amaban, pues le tenían mucho amor y siempre que le veían iban a besarle las manos y se postraban arrodillados a su presencia
Era un hijo de Vedu nacido según su partida de bautismo, el 26 de junio de 1580 se llamó Juan Pedro, hijo de Pedro Claver de la Calle Mayor y Ana Corberó. Aunque no hay datos de su infancia, escribió más tarde:
Lo que en la leche se mama en la mortaja se derrama y el que en malos pasos anda polvos levanta” Pronto de adolescente perdió a su madre y a su hermano, ingresó de 22 años a la Compañía de Jesús en Tarragona el 8 de agosto de 1604 y anotó en sus votos ‘Hasta la muerte me he de consagrar al servicio de Dios, haciendo cuenta que soy un esclavo
Un gran santo místico castellano aparece en su camino, San Alfonso Rodríguez de Mayorca. Viejo, calvo, enjuto de carnes pero de plenitud espiritual dialogó muchas noches con el joven Claver y ante su pregunta:
¿Qué he de hacer hermano Alonso?
Colocó en su cuaderno día tras día estas sabias notas que servirían después como alimento espiritual. Sentado el anciano al pie de un árbol dijo:
¿Cuántos que están ociosos en Europa podrían ser apóstoles en América?
Embarcado en el Galeón San Pedro el 15 de abril de 1610, vino a la nueva tierra, “tierra buena, tierra que pone fin a nuestra pena, tierra de bendición clara y serena”, con la idea de evangelizar indios, pero su campo de apostolado sería los negros.
Bautizó cerca de 300.000 africanos dedicando casi todas las horas del día a su labor compasiva en compañía de sus intérpretes negros, Calapino quien conocía doce lenguas africanas, Andrés, Sacabuche, y Aluanil de Angola; Sofo y Yolofo de Guinea, Viáfara, Manuel y Juan Maniolo y con ellos el hermano Nicolás González.
Después de 40 años de dedicación a estos pobres en desgracia, un murmullo potente surgió en Cartagena “El santo muere, el santo muere” era el 8 de septiembre de 1654.
Su superior el P. Arcos contó “Sin hacer acción ni movimiento alguno con la misma paz, tranquilidad y quietud que había vivido dio su alma a Dios
De qué nos quejamos si seguimos siendo una sociedad salvaje, atrevida, sin educación, ni Dios, que continúa manteniendo secuestrados, violando niños, mujeres o ancianos, creyéndonos cristianos y desconociendo ese mandamiento de Jesús “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”
Ni los negreros ayer, ni nosotros hoy hemos comprendido el mensaje paulino que San Pedro Claver, patrono de los obreros entendió
Bibliografía
Biblia de Jerusalem
Valtierra Ángel S.J: SanPedro Claver El esclavo de los esclavos.
Sandoval S. J: De la salvación de los negros

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