Sep 17, 2011

219 - PRIMERA OBRA TEATRAL EN BOGOTA


A finales del siglo XVI época de los descubrimientos y de las fundaciones, Santa Fe del Nuevo Reino de Granada aún no había cumplido cincuenta años de edad y es cuando aparece la primera representación teatral propiamente dicha.
Un buen día de 1583 a partir de la cinco de la tarde, se cierra al tránsito de caballos, carretas y peatones en la esquina del Templo de la Tercera.
Era un verdadero acontecimiento, rompía con la monotonía habitual de la reciente ciudad, irrumpían dos viejos y graciosos chapetones andarines, quienes presentaban sus pasoz y comedias,  unos años después que el sevillano Lope de Rueda  iniciara en los escenarios de España.
Función apoyada por el arzobispo de Bogotá Luis Zapata de Cárdenas, quien había llegado 10 años antes, con  espíritu competente, emprendedor  y entusiasta por la educación y la cultura en el Nuevo Reino, fundando el Colegio Seminario donde estableció la cátedra de Lengua general de Indias de acuerdo al Concilio de Trento.
Fray Luis favorecía las representaciones relacionadas con las gestas históricas de España de las guerras de moros y cristianos, en lugar de tolerar “ceremonias paganas indígenas” hacem0smuchas preguntas sobre el inicio del teatro


¿Cuántos actores forman el grupo?
¿Qué repertorio de obras poseen?
¿Cuáles son sus haberes materiales?
¿Cómo se desplazan de un lugar a otro?
¿Dónde llevan a cabo la representación?
¿Qué beneficio obtienen tras su trabajo?
¿Hay mujeres en la compañía?
¿Con qué comida se sustentan??
¿Dónde duermen??
¿Cuánto tiempo permanecen en los lugares donde actúan?
La presentación autorizada civil y eclesiásticamente tenía relación con la creciente actividad  teatral de la península, que según el número de actores se denominaban unas ocho clases de grupos escénicos  a saber bululú (un solo actor), ñaque (dos actores), gangarilla (tres hombres y un muchacho que hace las veces de dama), cambaleo (una mujer que canta y cinco hombres que lloran), garnacha (compañía de seis hombres, una mujer y un muchacho), bojiganga (grupo de siete hombres, dos mujeres y un muchacho), farándula, (negocio del espectáculo), farsa, auto, pasoz (conjunto de piezas en cómica  prosa), comedia, (evolucionó de mojiganga o textos breves de carácter cómico burlesco y el entremés de origen catalán o pieza cómica en un solo acto en los banquetes cortesanos)  
Este ñaque fue anterior a Lope de Vega y a las famosas obras del Siglo de Oro.
Bajo la llovizna fría de la capital andina, por primera vez eran vistos estos cómicos entrando por el camellón de Las Nieves y cautivando la curiosidad de los transeúntes por su aspecto grotesco y ademanes estrafalarios. Las calles de acceso a una casona cerca a la plaza del Humilladero, fueron cerradas por los guardias coloniales, a fin de impedir la entrada de un número mayor de espectadores.
En dicha época, las casa de los hidalgos (hijos de la riqueza) de los fijosdalgos (hijos de alguien) y de los dueños de solar tenían ciertas características como dos patios, y varias habitaciones para los dueños y para el servicio. El patio principal a manera de plazoleta interior bien decorado con una fuente en el centro,  y macetas de flores, rodeado de columnas que soportaban los corredores de un segundo piso y la pesada techumbre de tejas de barro, servían de palco para unas doscientas personas.
Probablemente en un piso con rústico tablado se hubiese presentado tal obra, similar a los “corrales de comedia peninsulares”, este al parecer fue fabricado cuatro años después de los de  Valladolid y de Madrid.
La casona correspondía en propiedad a don Juan Moscoso,  el evento fue presidido por el Obispo Zapata de Cárdenas quien la dedicó a su vez a los Obispos de Cartagena y Santa Marta,  según las crónicas dicha obra se denominó Los Alarcos” recibiendo muchas felicitaciones.
Su tema mítico se refería a la última gran batalla ganada por los musulmanes,  en la que el rey Alfonso VIII frente a ese cerro de la provincia de Ciudad Real, perdió el 19 de junio de 1195.
Es posible que la representación tuviese un carácter de tragedia en memoria del constante batallar de los cristianos contra paganos, fuesen moros, judíos  o creyentes de cultos nativos americanos.
Esta pieza cómica fue estudiada en profundidad por Agustín Rojas conocedor al dedillo del mundo de los cómicos, dio una mirada viva y penetrante al interior del teatro de su época.
Los actores en una vida errante expuesta a las inclemencias del tiempo, acudían a recursos, como representar con diferente voz a distintos personajes, adornados con vestuarios y utilería simples que se encerraban en un costal, llevaban pellicos blancos o abrigos de pieles y adornos dorados, barbas, pelucas, bastones o cayados para evocar un rico mundo imaginario.
El escenario con una manta vieja por fondo cubrían el vestuario y, los cantores sin instrumento, interpretaban algún romance antiguo.
En el cambio de siglo, vinieron las primeras comedias y representaciones peninsulares a la vez que se efectuaron las últimas fiestas y ceremonias indígenas del altiplano cundiboyacense.
El sincretismo fue una mezcla posterior con elementos mestizo y mulato en las manifestaciones culturales de las festividades populares como bailes, nacimientos, bodas, entierros, procesiones de semana Santa, fiestas del Corpus Cristi y Navidad en las que se traslucía la memoria atávica de las comunidades indígenas, confundidas con los rituales cristianos y las costumbres impuestas por el español.

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