A finales del siglo XVI época de los descubrimientos y de las fundaciones, Santa Fe del Nuevo Reino de Granada aún no había cumplido cincuenta años de edad y es cuando aparece la primera representación teatral propiamente dicha.
Un buen día de 1583 a
partir de la cinco de la tarde, se cierra al tránsito de caballos, carretas y
peatones en la esquina del Templo de la Tercera.
Era un verdadero
acontecimiento, rompía con la monotonía habitual de la reciente ciudad,
irrumpían dos viejos y graciosos chapetones andarines, quienes presentaban sus
pasoz y comedias, unos años después que el
sevillano Lope de Rueda iniciara en los
escenarios de España.
Función apoyada por el
arzobispo de Bogotá Luis Zapata de Cárdenas, quien había llegado 10 años antes,
con espíritu competente,
emprendedor y entusiasta por la
educación y la cultura en el Nuevo Reino, fundando el Colegio Seminario donde
estableció la cátedra de Lengua general de Indias de acuerdo al Concilio de
Trento.
Fray Luis favorecía las
representaciones relacionadas con las gestas históricas de España de las
guerras de moros y cristianos, en lugar de tolerar “ceremonias paganas
indígenas” hacem0smuchas preguntas sobre el inicio del teatro
¿Cuántos actores forman el grupo?
¿Qué repertorio de obras poseen?
¿Cuáles son sus haberes materiales?
¿Cómo se desplazan de un lugar a otro?
¿Dónde llevan a cabo la representación?
¿Qué beneficio obtienen tras su trabajo?
¿Hay mujeres en la compañía?
¿Con qué comida se sustentan??
¿Dónde duermen??
¿Cuánto tiempo permanecen en los lugares donde actúan?
La presentación
autorizada civil y eclesiásticamente tenía relación con la creciente
actividad teatral de la península, que
según el número de actores se denominaban unas ocho clases de grupos escénicos a saber bululú (un solo actor), ñaque (dos
actores),
gangarilla (tres hombres y un muchacho que hace las veces de dama), cambaleo (una
mujer que canta y cinco hombres que lloran), garnacha (compañía de seis hombres, una mujer y un muchacho),
bojiganga (grupo de siete hombres, dos mujeres y un muchacho), farándula,
(negocio del espectáculo), farsa, auto, pasoz (conjunto de
piezas en cómica prosa), comedia, (evolucionó
de mojiganga o textos breves de carácter cómico burlesco y el entremés de
origen catalán o pieza cómica en un solo acto en los banquetes cortesanos)
Este ñaque fue anterior a
Lope de Vega y a las famosas obras del Siglo de Oro.Bajo la llovizna fría de la capital andina, por primera vez eran vistos estos cómicos entrando por el camellón de Las Nieves y cautivando la curiosidad de los transeúntes por su aspecto grotesco y ademanes estrafalarios. Las calles de acceso a una casona cerca a la plaza del Humilladero, fueron cerradas por los guardias coloniales, a fin de impedir la entrada de un número mayor de espectadores.
En dicha época, las casa
de los hidalgos (hijos de la riqueza) de los fijosdalgos (hijos de alguien) y
de los dueños de solar tenían ciertas características como dos patios, y varias
habitaciones para los dueños y para el servicio. El patio principal a manera de
plazoleta interior bien decorado con una fuente en el centro, y macetas de flores, rodeado de columnas que
soportaban los corredores de un segundo piso y la pesada techumbre de tejas de
barro, servían de palco para unas doscientas personas.
Probablemente en un piso
con rústico tablado se hubiese presentado tal obra, similar a los “corrales de
comedia peninsulares”, este al parecer fue fabricado cuatro años después de los
de Valladolid y de Madrid.
La casona correspondía en
propiedad a don Juan Moscoso, el evento
fue presidido por el Obispo Zapata de Cárdenas quien la dedicó a su vez a los
Obispos de Cartagena y Santa Marta, según las crónicas dicha obra se denominó “Los
Alarcos” recibiendo muchas felicitaciones.
Su tema mítico se refería
a la última gran batalla ganada por los musulmanes, en la que el rey Alfonso VIII frente a ese
cerro de la provincia de Ciudad Real, perdió el 19 de junio de 1195.
Es posible que la
representación tuviese un carácter de tragedia en memoria del constante
batallar de los cristianos contra paganos, fuesen moros, judíos o creyentes de cultos nativos americanos.
Esta pieza cómica fue
estudiada en profundidad por Agustín Rojas conocedor al dedillo del mundo de
los cómicos, dio una mirada viva y penetrante al interior del teatro de su
época.
Los actores en una vida
errante expuesta a las inclemencias del tiempo, acudían a recursos, como
representar con diferente voz a distintos personajes, adornados con vestuarios
y utilería simples que se encerraban en un costal, llevaban pellicos blancos o
abrigos de pieles y adornos dorados, barbas, pelucas, bastones o cayados para
evocar un rico mundo imaginario.
El escenario con una
manta vieja por fondo cubrían el vestuario y, los cantores sin instrumento,
interpretaban algún romance antiguo.
En el cambio de siglo,
vinieron las primeras comedias y representaciones peninsulares a la vez que se
efectuaron las últimas fiestas y ceremonias indígenas del altiplano
cundiboyacense.
El sincretismo fue una
mezcla posterior con elementos mestizo y mulato en las manifestaciones
culturales de las festividades populares como bailes, nacimientos, bodas,
entierros, procesiones de semana Santa, fiestas del Corpus Cristi y Navidad en
las que se traslucía la memoria atávica de las comunidades indígenas,
confundidas con los rituales cristianos y las costumbres impuestas por el
español.
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