Feb 22, 2007

62 - LA MUJER JUDIA

No es facil señalar la condición de la mujer en la época de Jesús, pués muchos de los datos que se conocen son relatos trasmitidos a partir de los textos rabínicos posteriores.
Al parecer el antifeminismo fue creciendo durante el siglo II d.C. tanto en el judaísmo como en el cristianismo, sabemos que antes de esta fecha era menos acentuado y que los fariseos tenían éxito en los ambientes femeninos.
Es peligroso por tanto aseverar que la mujer que se describe en estos textos sea la del siglo II o la del siglo I.
Un rabino afirmaba "Se compra una mujer por dinero, por contrato y por relaciones sexuales"
Podía compararse con "Se compra un esclavo pagano por dinero y por toma de posesión"
Por lo tanto no había distinción entre la compra de una mujer o de un esclavo y la descripción nos presenta claramente la condición femenina de la mujer judía. Ella lo mismo que el esclavo dependía de su dueño-marido y valía para atender todas sus necesidades. No podía gozar de los ingresos de su trabajo, ni de lo que encontrara, pues estaba sólamente sometida a los mandamientos negativos (No hagas...) o generales de la Ley y no a los que están ligados a un tiempo concreto. ¿Cómo podría dedicarse a la crianza de sus hijos y a las tareas del hogar? si no se le prohibía interesarse por la Ley y las tradiciones, por lo que se aconsejaba que no se le enseñaran demasiadas cosas, "El que enseñaba Torah a su hija, le enseñaba la prostitución"
El sitio de la mujer es la casa, ocupándose de los hijos y del hogar, hilando lana en Judea e hilo en Galilea: los textos indicaban la cantidad mínima que debían hilar o tejer en una semana, pero al tener que amamantar al hijo, menor de dos años, disminuiría esa cantidad. No tenía nada que hacer fuera de la casa y si se veía obligada a salir debía hacerlo bajo el anonimato más completo, cubriéndose por tanto con un velo.
Cuando ella iniciaba una conversación para preguntar alguna cosa, había que responderle de la manera más breve y rápida, no dirigirle nunca la palabra y ante un tribunal no se le admitía como testigo y mucho menos como juez (recordar la imagen de Jesús y de la samaritana)
Ocupaba en la sinagoga un lugar, pero por más mujeres que estuvieran presentes, los oficios del culto no empezaban mientras no asistieran como mínimo 10 hombres adultos. Debía aceptar que su marido compartiera sus afectos con más mujeres, esposas, concubinas e incluso esclavas.
Es de observar que la poligamia era rara aunque fuera por motivos económicos.
La mujer como también era hija de Israel, se le conferían ciertos derechos como el mínimo vital, en que el marido debía proporcionarle obligadamente lo necesario para alimentarse y para vestirse y algún dinero contante, de lo contrario podía acudir al tribunal, que una vez investigado el caso podía exigir al marido el divorcio.
En el siglo VIII a.C. el profeta Isaías en su capítulo 3 nos narra bellamente cómo eran y vestían las mujeres de Jerusalem:
"A las mujeres de Sión que son orgullosas, que andan con la cabeza levantada mirando con insolencia, caminando con pasitos cortos y haciendo sonar los adornos de los pies...las diademas, las lunetas, los pendientes, los brazaletes y los velos, las bandas de la cabeza, las cadenitas de los pies, los cinturones, los frasquitos de perfume y los amuletos, los anillos y los adornos de la nariz, los vestidos elegantes, los mantos, los chales y los bolsos, los espejos, las telas finas, los turbantes y las mantillas.....elegantes peinados y belleza"
Qué diferencia cultural existe en 8 siglos, cuando se consideraba a la mujer devaluada y cosificada en la época del siglo I. d.C. en la cual se escriben los evangelios.

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