Jun 4, 2007

88 - ¿PARA QUE EL ANTIGUO TESTAMENTO?

Muchas personas dentro del cristianismo aprecian en su lectura un mundo desconocido del cual por tradiciones, por las ojeadas bíblicas parciales o las oídas en la Santa Misa, recuerdan algunos pasajes en imágenes literarias.
Desconocen que los escritores de la Biblia hablan en imágenes concretas mientras que nosotros los occidentales desbaratamos en forma analítica los relatos debido a que hablamos en ideas desde nuestro contexto moderno.
Y al no ubicarnos en el tiempo del relato, percibimos algunos de ellos llenos de violencia y de escandalosas historias.
Deducen que es un libro complicado, sólo para especialistas en Biblia y que además es el Libro de los judíos. Ahora, si el cristiano tiene el Nuevo Testamento con los Evangelios,
¿Para qué seguir conservando el Antiguo Testamento?
Jesús no fue cristiano, fue judío y para su época, ya existía la Torah judía, también hacía 250 años en Alejandría de Egipto durante el reinado de los Ptolomeos, la diáspora o colonia judía establecida en esa ciudad, al no recordar el hebreo en ese ambiente helénico pidió al rey-faraón la traducción al griego de la Biblia hebrea, así apareció La Septuaginta o Versión de los LXX.
Jesús estudió las Escrituras desde sus primeros años por la enseñanza de María su madre y de José su padre, al oír las oraciones Quidduhss, el Shimoné Ezre y Shemá Israel todos los días de su vida, éstas le iniciaron en el aprendizaje de la Ley, los Profetas y los Sabios entendiendo y comprendiendo el significado de la Palabra de Dios.
Las frases de la oración, más que las Escrituras, fueron la esencia de su enseñanza para responder a los ataque de los letrados.
Los Salmos fueron su instrumento de oración y de predicación y enseñanza a sus discípulos, lo cual no ha dejado nunca de ser así, en todos los países e idiomas del mundo actual.
El libro de los Salmos está en el centro de la Biblia y es el más voluminoso con 150 salterios.
Así que el Nuevo Testamento se torna incomprensible para quienes no conocen el Antiguo y vemos por ejemplo, en muchos grupos protestantes y católicos interpretar la cosmogonía del tiempo antiguo en forma equívoca, al pensar que el mundo era redondo.
El mundo de los antiguos es plano no redondo, sólo hasta ese movimiento renacentista de grandes pensadores y exploradores de los siglos XIV a XVI, hay certeza que es redondo. Para los escritores bíblicos no se conocía el sur del África, América, Oceanía ni Australia, descubierta hasta hace 200 años. Habrá que recordar a Torricelli, a Colón y a El Cano.
Estas ignoradas circunstancias llevan al público a la fantasía y a la ciencia ficción, llena de incógnitas, de misterios, de adivinanzas que colocan al hombre en un mundo fantástico de códigos y de errores sin percatarse que las culturas antiguas, no gozaban de los números arábicos que conocemos hoy y que son de origen árabe islámico desde el siglo VII d.C.
Así el hombre limitado en el mundo de la interpretación errada, se sitúa lejos de la intención del hagiógrafo cuya meta es dar a conocer el Misterio de Dios, única forma de Revelación.
Finalmente, el mismo Jesús queda desfigurado en el imaginario colectivo al apartarlo de sus raíces cuando se quiere llegar a él sin esa larga preparación que comprende la Historia de Salvación en la Historia de Israel.
Se debe comprender que una larga lectura creyente de la experiencia religiosa de Israel, fundamenta y aclara la vida cristiana.
Bibliografía:
Service Biblique Evangile et Vie: Itinerario por el Antiguo Testamento.

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