Jun 4, 2007

89 - ¿QUE ES CRISTIANISMO?


Padre Alvaro Torres Fajardo sacerdote eudista.
¿Eres cristiano, seguidor de Jesucristo?
Te has preguntado alguna vez
¿qué es ser cristiano?
Alguno dirá es creer en Jesucristo como hijo de Dios.
Otro dirá es cumplir unos mandamientos o frecuentar unos sacramentos. Quizás alguno añadirá que es ir a la misa o frecuentar el culto.
Si pensamos que el cristianismo es algo privado que me interesa a mí, quizás también a los míos, y que se encierra en el espacio de mi vida, y que no le interesa al mundo al que pertenezco, andamos equivocados.
El cristianismo es una religión revelada en la historia.
Así se presenta en la Biblia. El que revela es Dios que invita al hombre a participar en un proyecto salvador que cubre todo el tiempo y que interesa a todo hombre y toda mujer.
Algunos dicen que la religión es una búsqueda que el hombre hace de un ser superior y poderoso que puede explicar lo inexplicable para los simples humanos.
Búsqueda en definitiva frustrada.
Puede que así sea de muchas religiones.
Pero el cristianismo es distinto.
En él es Dios quien sale a la búsqueda del hombre para invitarlo a participar de su ser divino como hijo muy amado.
La Biblia nos cuenta la historia apasionante de un hombre antiguo llamado Abrahán. Era un habitante de Mesopotamia unos 1800 años antes de Cristo.
Adoraba a sus propios dioses. Un día Dios le habló y le pidió irse de su tierra y de su casa a correr una aventura que duraría siglos, mucho más allá de su propia persona.
Y él, a los 75 años, sin decir una palabra, ató sus pertenencias, tomó a su esposa y sus bienes, y se fue a lo desconocido, confiando ciegamente en aquel que lo llamó (Génesis 12).
San Pablo, al pensar en su experiencia de fe en Jesucristo, nos dio la clave para entrar en la esencia del cristianismo. En la carta a los Romanos (16,25-27) nos presentó el Misterio, y entendió con esa palabra que Dios tiene un proyecto que mantuvo secreto por siglos, lo reveló en el tiempo por Jesucristo, su hijo hecho hombre, y envió a la Iglesia a anunciarlo a todo el mundo. En la carta a los Efesios (1, 3-14) nos describe ese Misterio por etapas.
Conforme a nuestra manera humana de hablar de Dios presentemos así esas etapas:
1. Dios Padre, Hijo y Espíritu decide comunicar a otros seres creados por él su misterio divino: su vida y su felicidad. La Biblia lo llama proyecto, plan, designio salvador, voluntad salvífica, historia de salvación, y emplea la palabra griega misterio no en el sentido de lo incomprensible sino de lo que pertenece a Dios mismo.
2. Empieza por crear el universo, escenario maravilloso y necesario, para realizar su plan. Sabemos por las ciencias que este universo tuvo comienzo, cualquiera haya sido.
3. En ese universo aparece el hombre por una decisión divina que la Biblia nos cuenta en los 3 primeros capítulos del libro del Génesis.
4. Dios empieza a hacer historia con el hombre al que crea libre, capaz de decir sí o no al plan que Dios le propone. Si dice sí entra en él por la fe, si dice no se aparta de lo que Dios quiere y la Biblia llama a ese rechazo pecado.
5. En la máxima manifestación de ese plan Dios decide entrar él mismo en el mundo, en el tiempo, en la historia y el Hijo de Dios se encarna en la plenitud de los tiempos (Juan 1, 14, Gálatas 4, 4), mediante María virgen (Lucas 1, 26-ss).
6. Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, anuncia la realización de ese plan (lo llama el Reino), nos revela ese proyecto de amor de Dios al hablarnos de su Padre Dios, realiza ese proyecto a través de acciones que benefician al hombre, y finalmente le da su plena realización a través de su pasión, su muerte y su resurrección.
El lleva consigo en ese misterio al hombre unido a él por el bautismo. Ese es el misterio que rompe la barrera de la muerte y abre el mundo infinito de Dios poniéndolo al alcance del hombre. Sin él, muerto y resucitado, no se hubiera podido dar y el hombre estaría abocado a su máxima frustración: sentir que está hecho para trascender y para vivir más allá de la muerte, y no poder lograrlo.
7. Cristo termina su fase terrena y entra en el misterio de Dios, pero no ya solo sino llevándonos a todos en él. La Iglesia, que es su Cuerpo místico que lo hace presente en el tiempo, tiene como finalidad dar visibilidad en el mundo a ese misterio o plan salvador, anunciando la salvación, viviéndola anticipadamente en los sacramentos, formando a Jesús en el mundo interior de cada hombre.
8. Los destinatarios de ese proyecto son todos los hombres y mujeres de la historia.
Por nuestra condición mortal no alcanzamos a vivir largo tiempo y nuestra experiencia actual del misterio es corta.
Nos toca vivir una duración muy pequeña, un parpadeo, de ese misterio que empezó antes de nosotros y durará después de nosotros.
Pero nuestra misión fundamental en el mundo es darle visibilidad a ese misterio en nuestra vida total, en todas sus implicaciones terrenas, familiares, sociales, de trabajo, de construcción del mundo, y sobre todo por nuestra firme esperanza de ir con Cristo al Padre Dios.
9. Ese misterio tiene un final. Sabemos no solo por la palabra de Dios sino por el mundo científico que este universo es perecedero y un día entrará en el frío total, en el silencio total, en la oscuridad total. La Biblia llama Parusía, presencia de alguien que llega, ese momento. Será el encuentro de Dios con toda su obra: con su creación y con toda la humanidad.
Este es el cristianismo. Maravillosa aventura que vale la pena vivirse, no creada ni imaginada por el hombre, sino por el amor de Dios que quiere comunicarse.

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