Oct 20, 2007

108- JESUS NOS LIBERA DE DIOS

Este sugestivo título hace parte de una mirada para situar la relación entre la salvación y la liberación y es cosecha y originalidad desde la óptica cristiana.
La interpretación de Jesús es bastante compleja, no huyó nunca de los conflictos concretos y por supuesto fue condenado por esto.
1- Ruptura con la reproducción del mal “El perdón
Partiendo del símbolo de la ruptura en la reproducción del mal, el perdón, vemos en el evangelio de Lucas, que Jesús muere perdonando a sus verdugos sin que esto signifique que sea olvido pues él, no deja de lado sus opositores durante su ministerio público, no cierra sus ojos para salvar su pellejo.
Tampoco fue indiferencia, puesto que no huyó ante la realidad de la coalición de sus opositores de las clases político religiosas. Sus adversarios quisieron hacer condenar a Jesús por político y los romanos, los más interesados, lo declararon inocente.
Es fácil perdonar cuando se es indiferente pero esta clase de perdón, no tiene peso ni gracia.
El perdón de Jesús es un acto verdadero de esfuerzo lúcido, y, consciente que quien ha obrado mal, se encuentra en una situación más lamentable que quien ha sufrido.
El acto de perdón tiene por propósito romper el círculo reproductor del mal que se cierra bajo una extraña fascinación sobre si mismo.
El perdón desplaza el argumento de que no se cura el mal por el mal, el asesinato por el asesinato o la guerra por la guerra.
El perdón es ese acto que se niega a entrar en la lógica del adversario y que al desplazar el mecanismo anterior juzga cómo el enemigo mismo es capaz de aceptar dicha desviación.
SOLO PUEDE Y TIENE EL PODER DE PERDONAR Y ROMPER EL CIRCULO DE LA VENGANZA, QUIEN HA SIDO TORTURADO.
El perdón de Jesús está cargado de su ejemplar historia de lucha.
LA RESURRECCION ES EL “SI” DE DIOS A ESTE PERDON Y ES EL ACTO POR EL QUE DIOS HACE SUYO EL ACTO DE PERDON DE JESUS.
La resurrección no tiene sentido sino cuando se sitúa precisamente como la conclusión de la vida histórica de lucha, que le llevó al proceso y a la muerte a Jesús de Nazareth, y así mismo, abre un porvenir a la humanidad, aquel que perdona está definitivamente vivo.
El desplazamiento de la violencia ocurrido por la resurrección demuestra que la lógica asumida por el mal, no es definitiva.
2- Jesús nos libera de "Dios"
Mejor dicho nos libera de las representaciones que nos hacemos de Dios con las cuales no lo alcanzamos a pesar de que quisiéramos lograrlo para ponerlo ordinariamente al servicio de nuestros intereses.
Mucho antes de que los alemanes utilizaran su Gott mit uns y los franceses su Gets Dei per francos, los fariseos habían utilizado a Dios a favor de su propia perspectiva ya que Dios se convertía en garantía de cierta forma de situarse ante él, no permitiendo al hombre ser libre y estar de pié frente a Dios.
Las actuaciones de Jesús en su vida histórica transformaron esas falsas representaciones de Dios pues su vida fue un grito de rebeldía contra la imagen idolátrica de un Dios que hace esclavo al hombre.
Jesús nos pone de pie delante de Dios, liberándonos del miedo y de la inseguridad (la falta de fe)
3- Jesús nos libera de la "tentación mesiánica"
Todos estamos acostumbrados a oír mencionar a Jesús como el Cristo, el Mesías o el Ungido, sin embargo rehusó serlo al menos en la forma como se entendía en su época.
Frustró las esperanzas del pueblo judío de un Mesías que llevara a cabo una liberación militar o política del imperio dominante (romano) anunciada por la promesa bíblica.
Al no dar Jesús cumplimiento a nada de esto, causó decepción y permitió que los saduceos movilizaran al pueblo en su contra.
El proceso de Jesús se pudo llevar a cabo sólo por que chocaron los intereses del pueblo con los intereses muchas veces opuestos de los fariseos y de los saduceos.
Jesús rehusó tomar el poder durante su vida terrena e incluso después de su resurrección Hch:1,6 Los que estaban reunidos con Jesús le preguntaron. Señor ¿Vas a restablecer en este momento el Reino de Israel?”
Defraudarles era significación e indicación de que Dios no quiere desempeñar el papel que los hombres esperan de él, para regresar a una especie de paraíso perdido.
El Mesías no quiere privar a los hombres de crear ellos mismos su propia historia y su sociedad cuyas relaciones son producto histórico donde solo ellos pueden transformarlas.
El anuncio del Reino no anula la lucha histórica sino que manifiesta su alcanse trascendente.

4- Jesús nos libera de la “tentación espiritualista
Jesús al negarse a hacer él mismo la historia, no nos envía a un reino puramente interior, si esto fuese verdad deberíamos borrar de su vida todos los riesgos que asumió y todas las obras que realizó.
Se rebeló contra las discriminaciones que se hacen en correspondencia con el próximo y la relación con Dios.
La tentación espiritualista consiste en pensar que la relación que se hace con el próximo es indiferente para la relación con Dios.
Jesús identificó el lugar en donde se entabla la relación con Dios, que no es otra cosa que el encuentro con los demás.
LA SALVACION ESTA EN DONDE UNOS HOMBRES HACEN LIBRES A OTROS HOMBRES. Si la historia es tarea de hombres dotados de libertad, Dios quiere actuar en ella, respetando la libertad, por medio de su palabra y lo hace en lenguaje humano compuesto y pronunciado por poetas y escritores.
La salvación cristiana da su dimensión trascendente al acto de liberación en el “aquí y el ahora” en que se realiza la salvación, en ese acto que hace libre y que tiene una promesa que supera todo lo que puedo esperar y esa promesa está significada en la Resurrección.
Bibliografía:

Biblia de Jerusalem

Christian Duquoc: La salvación cristiana como liberación.

Luis Alonso Schökel ¿Dónde está tu hermano? Textos de fraternidad en el Génesis.

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