Mar 24, 2009

181 - PABLO Y SÉNECA

La verdad histórica no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió, en el marco histórico enfocamos con asombro tres figuras: Jesús de Nazareht -6 a 30 d.C; Séneca de Hispania -4 a 62 d. C. y Pablo de Tarso 3 a 67 d.C.?
Marco Anneo Séneca, fue un procurador imperial con auténtica eminencia de la retórica, el arte de la oratoria y del debate.
Tuvo tres hijos con Helvia: Lucio, Novato más conocido como Galión, (el gobernador de Acaya que declinó ejercer su jurisdicción sobre Pablo, enviándolo a Roma) y, Mela, hábil financiero, famoso por ser el padre del poeta Lucano.
Séneca se inclinó hacia el estoicismo, filosofía que adoptó hasta el fin de sus días.
Su formación, fue muy variada, rica y abierta: en el año 25 viajó a la tierra del Nilo donde permaneció durante seis años, adquirió nociones de administración y finanzas, al tiempo que estudiaba geografía y etnografía de Egipto y de la India, desarrolló interés por las Ciencias Naturales, que, a decir de Plinio el Viejo, destacaría por sus conocimientos de geología, oceanografía y meteorología.
Parece ser que ya en Roma había estudiado gramática, retórica y filosofía; posiblemente viajó por el año 31 a Grecia para continuar formándose en Atenas, algo muy común entre los patricios de su tiempo. Dejó escrito haber estudiado con Sotión, filósofo ecléctico-pitagórico, con Átalo quien lo introdujo en el estoicismo, y con Papirio Fabiano. Luego, fue amigo íntimo de Demetro el cínico, prueba de su carácter.
El influjo de los cultos místicos orientales existentes en Egipto, ejercieron cierta inclinación hacia el misticismo pitagórico por Sotión, y los cultos de Isis y Serapis, que por aquel entonces ganaban gran número de adeptos entre los romanos.
No obstante, más tarde se inclinó hacia el estoicismo.
El judaísmo en Roma a mediados del siglo I correspondía a un 3% de los habitantes de la ciudad.
Los "temerosos de Dios" y los "prosélitos paganos" se asociaban a la Sinagoga y compartían la fe en el Dios de Israel.
Fue amigo de Claudio y preceptor de Nerón, es el momento de gran arraigo del estoicismo en Roma y es el período de formación del pensamiento cristiano, lo que hace lógico especular sobre su influencia creciente por sí sola, hasta el siglo IV, indicio de la popularidad de Séneca en los círculos cristianos.
Es preciso tener en cuenta la relación entre el ambiente en el que Pablo nace y se desarrolla y el contexto global en el que sucesivamente se integra.
¿Existió una amistad entre Séneca y San Pablo?
¿Acaso Séneca se había convertido al cristianismo?
Esta afirmación, aunque sugestiva, tuvo varios ingredientes de leyenda medieval.
En el contexto histórico, impulsados por Augusto finalizando el siglo I a. C. , muchos ciudadanos romanos volvían a los cultos tradicionales, con el objeto de frenar el avance de las escuelas filosóficas griegas y las religiones de origen oriental.
Este renacimiento de las tradiciones religiosas romanas, restablecería antiguos templos para venerar a Júpiter, Juno, Minerva y Marte y fomentaría el crecimiento de la figura del emperador como salvador del mundo romano.
Durante el gobierno de Tiberio, sacerdotes celtas y judíos serían perseguidos e incluso enviados al destierro.
En este marco, los primeros cristianos organizados por Pedro en el año 42 en Roma, tenían marcada intencionalidad proselitista, teniendo como blanco principal a los desamparados, a las clases más desfavorecidas, y a todos aquellos que pudieran tener interés en una vida después de la muerte, una vida mejor que compensara los sufrimientos de éste mundo.
Por otra parte, ciertas prácticas cristianas, coincidentes con el estoicismo y la austeridad, suponían un desprecio implícito por el culto romano generando sospechas y justificando persecuciones.
Séneca era leído entre los cristianos, luego los padres de la Iglesia se interesarían por los postulados del estoicismo, originando la circulación de leyendas que afirmaban cómo Séneca y San Pablo se habían conocido.
Existe una escrito del siglo III que reúne supuestas Cartas de Pablo a Séneca hermano del procónsul Galión entre los años 52 y 53 en Acaya.
La carta 77 de Séneca, describe la llegada de un carguero alejandrino al puerto de Pozzuoli cerca de Nápoles, lugar, al que, llegó Pablo, llevando los náufragos desde Malta. Hch:28,13
Jerónimo, afirmó en el 392 haber encontrado correspondencia entre ambos intercambiada durante los primeros años de la cristiandad.
Según esta versión, Séneca manifestaba su admiración por Pablo pero le habría recomendado darle una forma literaria a su pensamiento sugiriéndole la utilización de un libro de retórica.
Pablo por su parte, habría invitado al filósofo a predicar las enseñanzas de Jesús en la corte de Nerón.
Esta versión fue alimentada por esta cita bíblica, según Hch:18, 15, Galión, hermano de Séneca, siendo procónsul de Grecia, dijo en favor de San Pablo cuando este fue llevado ante su tribunal: “Mas si son cuestiones de palabra, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo allá vosotros: porque yo no quiero ser juez de estas cosas"
Séneca fue leído por Jerónimo e incluido en su catálogo de Santos, Agustín lo cita a menudo como uno de los suyos, Lactancio en sus Instituciones Divinas que "Séneca habría podido ser cristiano si alguien le hubiera guiado a la fe" y el viejo Tertuliano lo considera no cristiano pero sí saepe noster.
En Occidente muchos pensadores como Erasmo de Rotterdam que escribió recomendando "Leer a Platón y a Séneca". Michel de Montaigne, René Descartes, Denis Diderot, Jean Jaques Rousseau, Thomas de Quincey, Dante Aligieri, Petrarca, Chauser, Juan Calvino, Baudelaire, Honoré de Balzac, Corneile, La Fontaine, Poussin, le consideraron con gran admiración.
Diferentes trabajos de investigación en tiempos renacentistas probaron que las epístolas entre Séneca y San Pablo eran apócrifas, de manera tal que considerar que la supuesta convicción al cristianismo de Séneca influyó en su doctrina filosófica, es un concepto desacertado más allá de la afinidad conceptual que pudiera hallarse entre algunos aspectos del estoicismo y del cristianismo.
La relación entre el estoicismo, filosofía predominante del momento y el cristianismo naciente, irá en incremento con el correr del tiempo y es falsa la correspondencia entre San Pablo y Séneca, parece haberse forjado en el siglo IV mediante la lógica estoica de ambos movimientos. Esto indujo a que se escribiera una serie de cartas falsas que suponían un cruce de correspondencia entre ambos personajes.
a- Epístola a los Colosenses 4,16, Pablo menciona una carta escrita a los laodicenses que dio ocasión a la Epístola apócrifa a estos. Su contenido no es más que una imitación y plagio de las cartas auténticas del Apóstol, especialmente de su Epístola a los Filipenses. La carta pretende haber sido escrita desde una cárcel. El Fragmento Muratoriano menciona una Epístola a los Laodicenses a la que califica de falsificación destinada a favorecer las doctrinas heréticas de Marción.
b- Epístola a los Alejandrinos citada también como carta marcionita en el Fragmento Muratoriano, que se ha perdido. No sabemos nada más acerca de ella.
c- Carta a los Corintios que se encuentra en los Hechos de Pablo (cf. supra p.133) presume que fue escrita en contestación a una carta que los corintios enviaron a Pablo informando acerca de dos herejes, Simón y Cleobio, que trataban de "derrocar la fe" con las siguientes enseñanzas:
No debemos servirnos de los profetas;
Dios no es todopoderoso;
No habrá resurrección de la carne;
El ser humano no fue creado por Dios;
Cristo no descendió en la carne ni nació de María,
El mundo no es de Dios, sino de los ángeles.
Su contenido de la respuesta de Pablo es de considerable importancia por los problemas que en ella se ventilan: la creación del mundo, la humanidad y su Creador, la encarnación y la resurrección de la carne. La carta de los corintios, lo mismo que la respuesta de Pablo, escrita desde la cárcel de Filipos, fueron insertadas en la colección siríaca de las epístolas paulinas y por algún tiempo fueron consideradas como auténticas en las Iglesias, siríaca y armenia.
Existe una traducción latina del siglo III. d- La Correspondencia entre Pablo y Séneca es una colección de ocho cartas del filósofo romano Séneca dirigidas a Pablo y de seis breves respuestas del Apóstol. Fueron escritas en latín, a más tardar en el siglo III.
Jerónimo (De vir. ill. 12) afirma que eran "leídas por muchos" Séneca comunica al Apóstol la profunda impresión que ha experimentado con la lectura de sus cartas, "porque es el Espíritu Santo, que está en ti y sobre ti, el que expresa estos pensamientos tan elevados y admirables." Pero al filósofo no le gusta el estilo detestable con que Pablo escribió esas cartas; por eso le aconseja: "Desearía que fueras más cuidadoso en otros puntos, a fin de que a la majestad de las ideas no le falte el lustre del estilo" (Ep. 7).
Es evidente que toda la correspondencia fue inventada con un fin determinado. Lo que el autor quería a pesar de sus defectos literarios, era que las cartas auténticas de Pablo fueran leídas en los círculos de la sociedad romana, "porque los dioses hablan a menudo por boca de los simples, no por medio de los que tratan engañosamente de hacer lo que pueden con su saber" (ibid.)
BIBLIOGRAFIA
Biblia de Jerusalem
Agustín. La ciudad de Dios
Alfa y Omega Semanario católico Las cartas de Pablo y Séneca
Benedicto XVI homilía: El ambiente religioso y cultural de san Pablo
Universidad la Sapienza: Séneca filósofo español, su incidencia en estudios bíblicos.

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