LA CLASE
MEDIA, era escasa, la
información que ha llegado hasta hoy sobre este grupo social de comerciantes y
artesanos, pues la tradición procede más de las leyendas que de la realidad. Para
los sastres, perfumistas, panaderos, carpinteros etc. su prosperidad económica dependía
del Templo y al parecer, estaban muy bien pagados .Gracias a que dicha región
es un puente entre los tres grandes continente, Asia, Europa y África, es un
corredor por donde pasaban las caravanas de la seda con mercancías lujosas
como: sedas, telas, joyas, perfumes y especies etc. Durante las fiestas se
vendían recuerdos y objetos de lujo para los peregrinos, como también se
alojaban en posadas y se suministraban las comidas y los elementos de cosas
necesarias como nos recuerda el Texto Sagrado.
El consumo debía ser muy importante al tener por ley
que gastar el segundo diezmo, Dt: 12,17-18 “No
podrán ustedes comer dentro de su ciudad el diezmo de su trigo, de su vino o de
su aceite, ni las primeras crías de sus vacas o de sus ovejas, ni nada de lo que
hayan prometido al Señor, ni de sus ofrendas voluntarias. Sólo podrán hacerlo delante del Señor su
Dios, en el lugar que El escoja; allí en presencia del Señor su Dios y en
compañía de sus hijos y de sus criados, y de los levitas que vivan entre
ustedes, se alegrarán del fruto de su trabajo”
No todos los judíos se atenían a estas disposiciones
al no contar con excedentes de producción y pagar fuertes impuestos, pero los
procedentes del resto de la Palestina debían gastarse buenas sumas de dinero
favoreciendo a los comerciantes de la capital. Sin embargo, era complejo
trasladar las compras para consumirlas en sus aldeas por lo que preferían
venderlas allí. El costo era superior en Jerusalem donde los higos costaban
tres veces más que en las aldeas.
Pero Isaías: 3,16-23 nos describe bellamente con lujo de detalles la clase de accesorios que usaban las mujeres de Jerusalem por el siglo VIII a.C.
Pero Isaías: 3,16-23 nos describe bellamente con lujo de detalles la clase de accesorios que usaban las mujeres de Jerusalem por el siglo VIII a.C.
. “A las mujeres de
Sión, que son orgullosas, que andan con la cabeza levantada, mirando con
insolencia, caminando con pasitos cortos, y haciendo sonar adornos de los pies…
las diademas, las lunetas, los pendientes, los brazaletes y velos, las bandas
de la cabeza y las cadenitas de los píes, los cinturones, los frasquitos de
perfumes y los amuletos, los anillos, los adornos de la nariz, los vestidos
elegantes, los mantos, los chales, y los bolsos, los espejos, los turbantes y
las mantillas..”
EL PUEBLO, a mayor descenso en la
escala social, menos datos existen sobre estas clases sociales en que podrían
percibirse algunas categorías. Los pequeños propietarios solían contentarse con
consumir sus productos y hacer con ellos algunos intercambios o trueques de lo
que les faltara, a la vez, que evitaban los impuestos del mercado (el IVA de la
época)
En Judea y Samaría las exportaciones eran pequeñas y
por lo general era el hijo mayor quien explotaba y administraba las fincas
mientras que los otros hermanos debían hacerse obreros o expatriarse.
Galilea con una geografía más propicia por sus
montañas y los riegos de los remansos del Jordán, podía tener exportaciones y
un comercio más productivo con los paganos griegos, situación que dejaba pernear
una religiosidad menos ortodoxa que en la Judea.
Hacia el año 150 a.C. muchos judíos huyeron de Galilea
y los paganos se quedaron con las tierras incrementando sus dominios, pero Juan
Hircano inicia la judaización del norte al decretar la migración de muchísimas
familias campesinas a las montañas, logrando la reconquista donde los
extranjeros tuvieron que convertirse o marchar 1ªMac:5,23-45. Fuera de los
agricultores no hay datos o son poco conocidos, además que sus oficios eran mal
vistos y despreciados, como dicen antiguas fuentes rabínicas:
El curtidor “huele
tanto” que pierde su dignidad, de forma que su mujer puede separarse de él
si quiere (caso excepcional, pues el marido era quien pedía el repudio de su
mujer)
Los tejedores "eran tan mentirosos" que no eran admitidos para dar
testimonio, lo mismo que la mujer o el esclavo.
El pastor "solía
ser un ladrón" que se aprovechaba del rebaño en beneficio propio o iba
a pastar a un campo ajeno.
El médico “se dedicaba a atender a los ricos y
dejaba sin medicina a los pobres” (aún hoy sigue esta costumbre especialmente
en la cosmetología y en la cirugía plástica al practicar procedimientos innecesarios)
La lista de los oficios era tan larga que no
quedaría espacio para los oficios decentes.
El obrero o el jornalero, cuando no había buenas
cosechas o los negocios eran malos o había competencia, el nivel económico tan
bajo hacía perder su independencia, obligándolo a servir a otro amo bajo
contrato o como obrero agrícola o en el trasporte de mercancías, o como
ayudante en casa de un artesano o entrar a casa de un noble de la corte como
criado.
Todo este conglomerado de trabajadores y con poco
ingreso, “despreciados por la casta de
los escribas y de los fariseos”, formaba parte importante del pueblo de
Israel, siendo llamados ham ha´ares o los incultos, como pueblo de la tierra.
LOS
NECESITADOS,
por una enfermedad, un accidente o un mal negocio, la persona se ve incapaz de
trabajar quedando excluida de la comunidad, convirtiéndose en mendigo, en
ladrón o en esclavo.
Jerusalem era invadido por los mendigos debido a que
los peregrinos eran más generosos debido a que el segundo diezmo podía servir
para la limosna, obra muy meritoria ante el Señor. Entre estos había muchos
“leprosos” es decir personas que padecían de enfermedades de la piel que eran
considerados como impuros. En estas injustas circunstancias brotaba la
tentación de ser “ladrón” no solo en la Cuidad Santa, sino a lo largo de los
caminos para asaltar a los peregrinos imprudentes. Aunque a los ladrones y a
los zelotes se les decía bandidos, esto se aplicaba más a las pandillas que
fueron apareciendo cada vez más por el año 60 d.C.
Los esclavos judíos eran producto de las deudas
impagables, para los adultos israelitas varones que tenían iguales derechos
jurídicamente, que los hijos mayores de los amos y las niñas menores de 12
años.
En el fondo el esclavo judío se parecía mucho a un
mayordomo, pues cuando el amo era pagano las condiciones eran diferentes. Debido
a sus condiciones de impureza ritual el esclavo no podía dormir bajo el mismo
techo de los judíos piadosos, aunque estaba dispenso o exonerado de participar
en las oraciones y en las peregrinaciones.
La circuncisión sólo les permitía descansar el día
sábado pero ciertas oraciones después de las comidas y que no interfirieran con
el trabajo, eran obligatorias. Dentro de este marco social se va a desenvolver
la vida de Jesús en la Palestina del siglo I.
Mishná Avot 5:21 "A los cinco años, para estudiar la Escritura, a los diez años, para estudiar la Mishná; a los trece años, para cumplir los mandamientos, a los quince años para estudiar el Talmud, a los dieciocho, para las nupcias, a los veinte años, para procurar, a los treinta años par la fuerza; a los cuarenta años, para el raciocinio, a los cincuenta años, para el consejo a los sesenta años, para la ancianidad; a los ochenta años, para la fortaleza; a los noventa años, par inclinarse, a los cien es como si estuviera muerto, haya pasado y haya sido anulado del mundo"
Mishná Avot 5:21 "A los cinco años, para estudiar la Escritura, a los diez años, para estudiar la Mishná; a los trece años, para cumplir los mandamientos, a los quince años para estudiar el Talmud, a los dieciocho, para las nupcias, a los veinte años, para procurar, a los treinta años par la fuerza; a los cuarenta años, para el raciocinio, a los cincuenta años, para el consejo a los sesenta años, para la ancianidad; a los ochenta años, para la fortaleza; a los noventa años, par inclinarse, a los cien es como si estuviera muerto, haya pasado y haya sido anulado del mundo"
LOS
ESCRIBAS al lado de los ancianos, tenían un peso
social de primer orden cuya mayoría era laica y se reclutaban entre los
ancianos, los jornaleros y los sacerdotes por lo que su clasificación social no
era muy concreta. Eran esencialmente los especialistas de la Ley. “si al
sacerdote se le pedía sobre todo ofrecer un sacrificio al Señor esto exigía que
fuera un buen carnicero del Templo”
“al
escriba se le pedía que explicara y actualizara la ley en función de los nuevos
tiempos, se esperaba que él fuera un guía espiritual de la gente, que
interiorizara cada vez más la fe en Dios y enseñara a cumplir su Santa Voluntad”
Era un
hijo espiritual y sucesor de los profetas. Los judíos estaban convencidos
que el tiempo de los profetas había terminado y esperaban que llegara el
profeta mesiánico de los últimos tiempos.
EL TITULO
DE PROFETA A JUAN BAUTISTA Y A JESUS SIGNIFICA PARA LOS CRISTIANOS DEL SIGLO I
QUE SE HA ENTRADO EN LOS ULTIMOS TIEMPOS.
Los
Consejos y los Tribunales por los conocimientos de las Escrituras y su
competencia jurídica, convertían a los escribas en personajes indispensables
sin los cuales sería imposible resolver los casos de difícil interpretación.
Debido a estas necesidades como por las circunstancias políticas había
numerosos escribas en el Sanedrín.
Por sus
ideas apoyadas en la fe profunda que animaba su vida moral se colocaban más
bien al lado de los fariseos, quienes se regocijaban de encontrar en ellos
gente segura en el aspecto doctrinal. Había también escribas saduceos e independientes. Una
vez fueron ingresando en el Sanedrín iban imponiendo sus concepciones
incluso en el plano litúrgico. La sociedad judía donde parecía estar ya
definida en una estructura social determinada por el nacimiento, fuera
sacerdote o no sacerdote, judío puro o bastardo, hacía de los escribas la
prueba de que era posible una promoción social. Los escribas fariseos se
esforzaron en extender más allá de la clase sacerdotal, las reglas de pureza
para el pueblo (escuela de Hillel) suscitando una gran esperanza en las masas,
que también podían estar junto de Dios, con todo lo esto significa.
Los
escribas al insistir en la relación interior con Dios y en una vida conforme a
la fe, más que en el culto, prepararon sobre todo a Israel para la desaparición
del Templo y del Sacerdocio.
Después
de la destrucción por Tito en el año 70 d.C. de Jerusalem y del
Templo, los escribas se convirtieron en los jefes del pueblo elegido, a la vez
que el sacerdocio dejó su lugar al rabinismo. No todo el que quería podía
ser escriba, se requería de largos estudios, del conocimiento perfecto de la
Ley y de la tradición oral, entre las cuales había algunas escuelas esotéricas
reservadas para los estudiantes más seguros con una rectitud de juicio
reconocida por los demás escribas. Hacia el siglo II había una especie de
ordenación a los 40 años de edad para ser verdadero Escriba y Doctor de la Ley
pudiendo usar un vestido especial como signo de dignidad adquirida. Así ocupaba
la presidencia de todas las reuniones y era saludado respetuosamente por todos,
cuando pasaba un escriba por la calle la gente paraba su trabajo y se volvía
para saludarle, siendo honrado a veces más que el Sumo Sacerdote. Sus
honorarios no eran grandes pues así como Dios había dado gratuitamente su Ley,
así el escriba debía dispensar gratuitamente su enseñanza y sus consejos, sin
embargo los regalos recibidos les permitían en especial a los más ancianos
tener una vida cómoda. Todo ese movimiento se fue fraguando y haciendo
fecundo en la época evangélica.
Bibliografía:
Biblia de
Jerusalem
A
solicitud de los interesados
Carlos
Augusto Rodríguez Garcés M.D.
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