El padre eudista Jose Trinidad Duarte Contreras (q. p. d.) escribió para los jóvenes
adolescentes y de últimos años de bachillerato, algunas reflexiones para enseñar
el sentido cristiano de la vida y, por consiguiente ayudarles a superar los escollos que, durante
esas etapas del desarrollo, en todas las generaciones se presentan como
riesgosas encrucijadas.
Dentro de sus variados temas escogí éste que con profunda reflexión nos
ilumina desde el texto bíblico.
Veamos cuál fue la respuesta de Jesús a los discípulos cuando le suplicaron “enséñanos a orar”:
Cuando oréis decid así: “Padrenuestro
que estáis en los cielos, Santificado sea tu nombre, VENGA A NOSOTROS TU REINO.
HÁGASE TU VOLUNTAD ASÍ EN LA TIERRA COMO
EN EL CIELO…” Mateo:6,12-13; Lucas:11,2-4, trasmiten con alguna diferencia
de época, autor contexto y destinatarios, el mensaje jesuano.
La mejor manera de orar bien es seguir el camino que Jesús
nos ha trazado en su oración. Empieza ella con un grito filial de confianza
como la del niño cuando se dirige a su padre a pedirle o a comunicarle algo: ¡Padre de los cielos!
El mejor de los
padres, El Infinitamente Bondadoso, Rico, Sabio y poderoso que sabe dar a sus
hijos lo que más les conviene.
Ayúdanos a ser santos como Tú eres Santo, para que te
glorifiquemos en toda nuestra vida. Si utilizas esta oración como un ritual, santo y seña o costumbre sin meditar en las palabras del
Maestro entonces:
No digas: PADRE si cada día no te portas como un hijo.
No digas: NUESTRO si
vives aislado en tu egoísmo.
No digas: que ESTÁS EN EL CIELO si solo piensas en las cosas
terrenas.
No digas: SANTIFICADO SEA TU NOMBRE si no lo honras ni lo
alabas.
No digas: VENGA A NOSOTROS TU REINO si lo confundas con el
éxito material.
No digas: HÁGASE TU VOLUNTAD
si no la aceptas cuando es doloroso.
No digas: DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA si no te
preocupas por la gente con hambre, sin ropa, sin vivienda, sin educación, sin
cultura, sin amor.
No digas: PERDONAS NUESTRAS OFENSAS si guardas rencor a tu
hermano.
No digas: NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN si tienes intención de seguir en tus vicios.
No digas: LÍBRANOS DEL MAL sino tomas partido contra el mal
y combates la injusticia y la violencia que lo causa.
No digas: AMEN si no has tomado en serio las palabras del PADRENUESTRO, si repites como un loro, sin entender la Oración del Maestro.
BIBLIOGRAFÍA
Biblia de Jerusalem
Jose Trinidad Duarte Contreras cjm. "Reflexiones para los jóvenes"
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