El Asia Menor, Anatolia o Turquía hoy, es
un territorio que marcó en la historia universal un hito de costumbres y de
ritos alrededor de la muerte.
El nombre de los hititas ha llegado hasta
nosotros en las “historias
más antiguas de la Biblia”
donde se menciona como una despiadada y feroz tribu cerca de la Tierra
Prometida.
En el siglo XIX después de tres mil años,
unos arqueólogos descubrieron en el centro de Turquía una meseta con las ruinas
de Hattusa, construida con técnicas muy adelantadas para las ciudades de su
tiempo. De grandes fortalezas y murallas, tenía una gran pirámide y una red de
túneles subterráneos, con un gran templo para adorar a muchos dioses olvidados.
La “puerta de los leones” era la entrada cuyas figuras protegían a
sus habitantes. Desde las alturas un gran palacio para una dinastía de reyes
guerreros que hacia el siglo IV a.C. se expandieron conquistando pueblos a su
paso y llegando hasta las tierras de la Biblia.
En un
recodo del río Kizil Irma o Marrasantiya en lengua hitita, estaba situado el
corazón del País de Hatti con la ciudad de Hattusa. Este territorio montañoso
casi a dos mil metros sobre el nivel del mar, pero con un clima menos inhóspito
que hoy, se difundió limitando al occidente con las bárbaras tribus Gasgas, al
oriente con Asiria, al sur con Siria y con Egypto. Había conquistado ciudades
importantes como Alepo, Karkemish y Qadesh donde se libró una de las famosas
batallas entre el rey hitita Muwatalli y el joven faraón Ramsés II que
pudo costarle la vida. El resultado fue incierto y cada parte mantuvo el
control de sus tradicionales territorios de influencia.
Los hititas,
también llamados hetitas o heteos en el Antiguo
Testamento, descendían de una población de origen indoeuropeo que se instaló en la región central de
esta península hacia los siglos XVII y XII a.C. cuya capital fue Hattusa, tenían lengua indoeuropea y usaban
jeroglíficos propios a la vez que su escritura cuneiforme fue prestada de
Asiria.
En la
genealogía de los descendientes de Cam, quienes poblaron la cuenca oriental del
Mediterráneo, aparece Canaán cuyo segundo hijo fue Het como probable antepasado
protohitita quien se estableció en Asia Menor.
Esta
tribu debió ser absorbida por los hititas indoeuropeos cuando penetraron en Anatolia
desde el noreste. Algunos de estos pudieron vivir en Palestina en tiempos de
Abraham según cita la Biblia.
Egipcios e hititas hicieron la paz después
de dos siglos de guerras, sellando con el matrimonio de la hija del rey hitita
Hatussilish y el faraón Ramsés II.
Este registró el acontecimiento en una estela conmemorativa que situó en
Karnak, en la isla de Elefantina cerca de Asuán y Abú Simbel. Al describir el
viaje y la llegada de la princesa a Egypto, la inscripción cuenta “cuando su Majestad vio que era tan hermosa
de rostro como una diosa, se enamoró de ella y la consideró algo precioso que
le había concedido el dios Ptah y una señal del reconocimiento hitita de su
victoria”.
A principios del siglo XIII a.C. ante la
creciente expansión asiria, liberada del yugo de Mitanni, reino contiguo oriental,
se produjo una aproximación entre las casas de Hatussa y Babilonia mediante un
matrimonio de herederos, como consta en una carta conservada del rey Hatusil III a Kadashman-Enlil
II (1279-1265 a.C.) rey de Babilonia.
Por el
segundo milenio a.C. Shubiluluma II, heredero de Tudhalia IV fue sorprendido
por los ataques de los pueblos del Mar, los filisteos, quien no supo repeler y
junto a nuevas invasiones de las tribus de occidente, hicieron desaparecer al
Imperio hitita de la historia con más de 3000 años de existencia.
La
religión hitita conocida como “la religión de los mil dioses” poseía numerosas
divinidades propias y extranjeras importadas de otras culturas.
Los
textos bíblicos los recuerdan y los mencionan muchas veces al referirse a las
diferentes tribus del Oriente Próximo. Así, probablemente dos esposas de Esaú
fueron heteas.
Biografía
Biblia de Jerusalem
Fustel de Coulange: "La ciudad antigua"
Homero: "La Iliada" "La Odisea"
Publio Virgilio Marón "La Eneida"
Renault Mary: "Juegos funerarios"
Rodríguez Garcés Carlos Augusto: "Ritos funerarios" Artículo 159 de esta página
Génesis:26,34
“Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó
con Judit, que era hija de Beeri el hitita. También se casó con Besenat, que
era hija de otro hitita llamado Elón”
Génesis:15,18-21
“Aquel mismo día el Señor hizo un pacto
con Abram y le dijo: esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el rió de Egypto hasta el rió grande, el Éufrates. Es decir, la tierra de los ceneos,
lo cenezeos, los cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, los
amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos”
Génesis:
23,2-3 “Abraham lloró por la muerte de Sara
y fue a decirle a los hititas de aquel lugar, aunque soy un extranjero entre
ustedes, véndanme un sepulcro para enterrar a mi esposa”
Éxodo:3,8 “Es el
país donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los
heveos, y los jebuseos”
Números:13,29 “En la región del Neguev viven los amalecitas, en la región montañosa
viven los hititas, los jebuseos, y los amorreos,
y por el lado del mar y junto al río Jordán viven los cananeos”
Deuteronomio:7,1 “El Señor, el Dios de ustedes los va a hacer entrar en el país del cual
han de tomar posesión, y echará de la presencia de ustedes a siete naciones más
grandes y poderosas que ustedes: los cananeos, los hititas, los gergeseos, los
amorreos, los ferezeos, los heveos, y los jebuseos”
Josué:3,10 “Esta será la prueba de que el Dios viviente está en medio de ustedes, y
que al paso de ustedes, él irá barriendo a los cananeos, los hititas, los
heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos”
Josué:11,3 “Con los cananeos del este y del oeste, con los amorreos, los hititas,
los ferezeos, los jebuseos de las montañas, y los heveos del monte Hermón en la
región de Mizpa”
Josué:24,11 “Entonces ustedes cruzaron el río Jordán y llegaron hasta Jericó. Los
que vivían en Jericó (amorreos, ferezeos, cananeos, hititas, gergeseos, heveos,
y jebuseos) pelearon contra ustedes, pero yo hice que ustedes los derrotaran”
Jueces:3,5-6 “Y así los israelitas empezaron a vivir entre los cananeos, hititas,
amorreos, ferezeos, heveos, y los hijos y las hijas de los israelitas se
casaron con las hijas y los hijos de aquellos pueblos y adoraron a sus dioses”
2ºReyes:7,6
“Y era que el Señor, había hecho que el
ejército sirio oyera el ruido de carros de combate, de caballería y de un gran
ejército, los sirios pensaron que el rey de Israel había contratado a los reyes
hititas y a los reyes egipcios para que
los atacaran”
2ºSamuel:11,1-21
“Una tarde, la levantarse David de su
cama y pasearse por la azotea de su palacio vio desde allí una mujer muy
hermosa que se estaba bañando. Esa mujer estaba apenas purificándose de su
periodo de menstruación. David mandó averiguar quién era ella y le dijeron que
era Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita”
Ezequiel:16,3
“Esto dice el Señor, por lo que toca a su
origen, tu Jerusalem eres cananea de nacimiento, tu padre fue amorreo y tu
madre hitita”
Ezequiel:16,45
“Tu eres hija de una madre que odiaba a
su marido y a sus hijos, y también tus hermanas odiaban a sus maridos y a sus
hijos. La madre de todas ustedes era hitita y su padre amorreo”
Según
los poemas homéricos en la Troya, de la Anatolia de antiguos hititas existían dos formas de tratar los cadáveres, una mediante la inhumación y otra mediante
la incineración preferida por los reyes de Hatti en su época imperial, según el
ritual conservado.
Las complejas
ceremonias del funeral duraban dos semanas; muchos investigadores coinciden en
que esta costumbre se ve reflejada en los
funerales de Héctor y de Patroclo, como escribió Homero en su Iliada.
Después
de sacrificar animales (corderos, bueyes y caballos) junto a la pira, se colocaba
el cadáver del personaje real en lo más alto de esta y se encendía la hoguera
que ardía por largas horas.
Al
amanecer del segundo día apagaban el fuego por medio de numerosas jarras de
vino, cerveza o walhi.
Los calcinados huesos eran recogidos con
cuchara de plata y bañados en aceite contenido en una vasija del mismo metal
luego cubierta con un lienzo para ser sometida a ciertos ritos practicados por
la Hawasa o maga y finalmente ser trasladados a una cámara funeraria donde
descansaban sobre un lecho sagrado.
Las ceremonias continuaban por doce días
más para permitir que viajaran los difuntos hacia “el más allá” pues las tribus hititas creían en una vida después de la muerte,
para que los reyes se reunieran en las Eternas Praderas o Campos Elíseos,
habitación de los dioses. Las gentes ordinarias o no iniciadas, al
morir no tenían acceso a dicho lugar y en cambio iban a la Tierra Negra, donde el
dios de la tormenta había con finado a los antiguos dioses.
Biografía
Biblia de Jerusalem
Fustel de Coulange: "La ciudad antigua"
Homero: "La Iliada" "La Odisea"
Publio Virgilio Marón "La Eneida"
Renault Mary: "Juegos funerarios"
Rodríguez Garcés Carlos Augusto: "Ritos funerarios" Artículo 159 de esta página
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