Jul 5, 2015

250 - CIEN AÑOS DE SOLEDAD Y LA BIBLIA




La mayoría de los estudiosos y comentaristas críticos, como Ricardo Gullón, Mario Vargas Llosa, Germán Darío Carrillo, Benjamín Torres Caballero, Juan Manuel y Junkal Guevara, aceptan que existen vinculaciones en esta novela con ciertos pasajes de la Biblia y que el escritor sí estudió y ha creado un profundo paralelismo fundamental en ella.
En sus memorias García Márquez evoca cómo antes de aprender a leer, escuchó en Aracataca los cuentos de "Juana Freytes", rozagante matrona que poseía el don bíblico de la narración.
Escuchó de ella su primer cuento Genoveva de Brabante y otras obras de la literatura universal como: La Odisea, Rolando el furioso, Don Quijote, El Conde de Montecristo, y muchos episodios de la Biblia, reducidos por ella a cuentos infantiles. Aprendió a leer en una escuela del sistema Montessori.
Recuerda que en una caja polvorienta del depósito de su casa encontró un libro desconocido e incompleto de Las Mil y Una Noches que le absorbió intensamente por su lectura. En su adolescencia le hechizaron La Isla del Tesoro y El Conde de Montecristo, que devoraba letra por letra con la ansiedad de qué pasaba, y al mismo tiempo con la incertidumbre de no poder saberlo para no romper el encanto. Adolescente ingresa en Sucre al Colegio San José de la Compañía de Jesús.
Su madre se oponía a afiliarlo al Colegio Americano de origen luterano.
El ser humano siempre ha inventado historias para saber cómo funciona el mundo.
García Márquez, aportando al acervo cultural de Occidente, conecta en Macondo episodios bíblicos maravillosos, como el mito, la leyenda y la metáfora del Diluvio Bíblico.
En sus obras usa la expresión "bíblico" para adjetivar con un sentido insólito, maravilloso e inconcebible de su estilo. 
Sin pretensión religiosa, hay un diluvio bíblico en la Torah y en Macondo el huracán. 
Varias figuras patriarcales se ven en su obra y, puesto que la Biblia es literatura antes de su dimensión religiosa, encontramos que, no existe palabra de Dios sin palabra humana.


El la primera página de su novela, refiriéndose a la Creación dice: "El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo" Dios indica al hombre colocar nombre a los animales y a las plantas y gobernar sobre ellos.
Aquí recoge la Obra de la Creación, relatada completamente en los dos primeros capítulos de la Biblia. Existe un Adam, una Eva, un Caín, un Abraham, una Sara, y un Moisés quien tiene un paralelo con José Arcadio Buendía, progenitor de Pilar Ternera.
El Faraón es representado por la Compañía Bananera.
Similar a la narración sagrada, los personajes se mueven en un entorno familiar, tienen muchos episodios de soledad absoluta que les impulsa al entorno de la casa y de ahí al incesto, y surge la serpiente de la soledad. 
Las diferentes utopías tienen nuevos personajes bíblicos. Melquiades, el gitano de la primera caravana, trae nuevos elementos: hielo gigante, imágenes, taller de alquimia y pergaminos escritos en lengua extraña, al descifrarlos contiene la historia de los Buendía. Algo cabalístico que fascina a la cultura e instiga con curiosidad.
Adam como José Arcadio Buendía y Eva como Úrsula Iguarán, son  primos entre sí, a la manera de los faraones egipcios, lo que sugiere que existe el pecado original por el incesto. La manzana es la tentación del sexo conectada con el incesto y los hijos con cola de cerdo, toda esta visión resulta en una lectura de total soledad.
Caín y Abel se perciben en la muerte de Prudencio Aguilar a manos de Mauricio. Todos llevan una marca en la frente a manera de la Tau, distintivo de protección de Caín, al ser expulsado del paraíso. Los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía llevaron cruces de ceniza en la frente, pues todos serían fusilados menos uno.
Después de matar a Prudencio Aguilar al atravesar la garganta de una lanzada, José Arcadio Buendía no lograba tranquilizar su conciencia. Úrsula su mujer, al verlo sufrir le dice:
"Está bien, Prudencio. Nos iremos de este pueblo, lo más lejos que podamos, y no regresaremos jamás. Ahora vete tranquilo. Fue así como emprendieron la travesía de la sierra. Varios amigos de José Arcadio Buendía, jóvenes como él, embullados con la aventura, desmantelaron sus casas y cargaron con sus mujeres y sus hijos hacia la tierra que nadie les había prometido"

Gabo en uno de sus primeros cuentos publicados en suplementos literarios de periódicos fue Tubal Caín forja una estrella”,  publicado en El Espectador el 17 de enero de 1948, allí el nombre del protagonista, como no todo el mundo sabe, es el de un herrero bíblico que "inventó la música" cuyo paralelo en Génesis 4:21 fue hijo de Lamec, y se le llamó "Jubal, padre de todos los que tocan arpa y flauta"
Aceptando el lenguaje hiperbólico de San Juan, en el mundo no cabrían los libros que se han escrito a cerca del diluvio del que nos habla la Biblia en Génesis:6;7;8 referente a la inundación catastrófica que tuvo alcance universal y que duró 40 días. Por su parte, el diluvio azota a Macondo a raíz del asesinato ordenado por la Compañía Bananera, no es Dios quien lo desencadena, sino Míster Brown el norteamericano todopoderoso.En el capítulo 15 "A causa de la huelga en las bananeras se produce la gran masacre en la plaza de Macondo, el ejército aniquila sin contemplación a hombres, mujeres y niños" A continuación se desata sobre el pueblo otro desastre de proporciones bíblicas.
En el diluvio del autor, se deriva de la presencia de la Compañía Bananera que dura cuatro años, once meses y dos días y esto en el tiempo es fundamental.
Rememora que un día "Desde la tres de la tarde había empezado a llover en ráfagas, pero después de las cinco se desgajó un diluvio bíblico que apagó muchos incendios menores y disminuyó los ímpetus de la rebelión"
Hubo épocas de llovizna en que todo el mundo se puso sus ropas de pontifical y se compuso una cara de convaleciente para celebrar la escampada, pero pronto se acostumbraron a interpretar las pausas como anuncios de recrudecimiento. Se desempedraba el cielo en unas tempestades de estropicio, y el norte mandaba unos huracanes que desportillaron techos y derribaron paredes, y desenterraron de raíz las últimas cepas de las plantaciones
En una segunda referencia al diluvio universal bíblico, la figura de Noé construye una gran Arca y mete los animales, las personas y los animales que no entraron, perecieron allí. En la novela  las lluvias torrenciales matan todo el ganado de Petra Cortés y a la mayoría de animales del pueblo.
Terminadas las lluvias, después de casi cinco años, sólo quedan los habitantes que vivían antes de asentarse la industria bananera, arrasando todo lo demás. El arca es Macondo y la familia es la protección. Salpica del Génesis a otros temas y así se ve en Arcadio un hijo de la utopía o paraíso, “estaba sólo y la costilla
García Márquez leyó a los Patriarcas de Israel, los ante, y los post diluvianos, los conoció y los usó, siendo diluidos en el Macondo y fundidos con los personajes. Edén es el hijo primogénito de Macondo.
Moisés escapa al desierto tras haber dado muerte al egipcio y la ulterior salida del pueblo hebreo, episodio que se cuenta en el libro del Éxodo, representado en la obra por la huida desde Riohacha de José Arcadio Buendía y su gente.
Parece calcado de Deuteronomio:34 la llegada de los peregrinos a su punto de destino: “Una mañana, después de casi dos años de travesía, fueron los primeros mortales que vieron la vertiente occidental de la sierra. Desde la cumbre nublada contemplaron la inmensa llanura acuática de la ciénaga grande, explayada hasta el otro lado del mundo
Encontraron siete generaciones de la familia y la maldición a la soledad que los persigue hasta el fin de sus días”. Estos sucesos se insertan en la realidad de esta familia y es ciertamente una ironía porque sus integrantes se asombran por lo que sucede alrededor de “estos milagrosy no por ellos en sí mismos.
Aparece el matriarcado con Úrsula, Pilar Ternera y Amaranta, con una enorme capacidad de influir en la historia de los hombres, así como Abraham y Sara son los progenitores, nace de ellos toda la familia.
En Éxodo de los capítulos 7 a 12, relata las diez plagas que Dios desencadenó para obligar al faraón de Egipto a dejar salir de sus dominios al pueblo hebreo. Aunque estas plagas se relacionan con fenómenos naturales, revisten en mayor o menor grado el carácter poderoso y milagroso de Dios.
Para Ricardo Gullón, el paralelo entre las plagas de Egipto y las plagas apasionantes que padece Macondo, está cuando sufre la plaga del insomnio, la plaga del olvido, la plaga de las guerras civiles, la apropiación de tierras con la solapada invasión norteamericana al banano “salta a la vista”.
Rebeca la huérfana, describe magistralmente el olvido “no en la posibilidad de dormir, sino en una manifestación del olvido que empezaba a borrar de su memoria los recuerdos de infancia, luego el nombre, la adopción de las cosas y por último la identidad de las personas comprometiendo la consciencia del propio ser, al advertirse y hundirse en una condición de idiotez sin pasado
Este tema está en la Biblia aunque el autor no lo toma de ella, si coincide en la identidad del pueblo exilado, cuando recapacita y dice ¿Quiénes somos? La plaga del olvido es una cosa tremenda de consecuencias funestas y de reflexión importante. Antes del olvido total resuelven poner etiquetas a las cosas, pero olvidan para qué sirven, así que recurren a escribir su uso, como reza el sexto día de la creación.
Cuando aparecen los inventos, recuerda a Génesis:4 ¿Será Moisés? Según Andrea Búlbar en su “Tesis para liberar la plagas”, Abraham y Moisés ya habían inventado muchas cosas que luego enseñaron a los griegos aritmética, filosofía, matemáticas, semejante a lo que sucede en el periodo helenístico con los patriarcas y los héroes de la tradición griega.
Aurelio Babilonia viene de su padre Mauricio Babilonia, mecánico de la Compañía Bananera, quien traduce los textos. El considera que desciende de los gitanos y aparece precediendo las mariposas amarillas.
Entonces para interpretar  desde una visión cabalística, hay que tener las claves, las que conviene ser conseguidas, pero para esto, deben ser de la familia.
En este capítulo aparecen dos referencias al Libro Sagrado, una de las cuales se prolongará en capítulos posteriores.
Mauricio sale con Meme, hija de Fernanda del Carpio, mujer siniestra con ínfulas de tener linaje fundamentalista y beatorra que se impone a la relación. Meme queda embarazada y es enviada a un convento, donde Mauricio salta la barda y se acuesta con ella en el baño. Nace el niño y lo ocultan en una canastilla colocándolo en un río, nadie sabe, pero crece y la novela termina con él, cuando recibe un tiro, delatado por las mariposas amarillas.
En la primera página del capítulo menciona que el hijo de Meme es llevado ante Fernanda quien decide ocultarlo para evitar relacionarlo con su hija, "dice que lo encontró en una canastilla en el río" relato similar al del Éxodo, cuando en análogas condiciones Moisés es encontrado en el Nilo por la criada de una princesa egipcia. Esta figura podrá ser salvadora para el pueblo de Macondo, como lo fue el profeta bíblico en Egipto.
Fernanda del Carpio por su parte alude a Jesús cuando explica la tragedia del ametrallamiento de los trabajadores. Hablando de su marido, cree que estaba convencido de haberse casado con la esposa de Jonás que se quedó en la ballena. Avergonzada del niño de Meme, inventa lo de la canastilla en el río.
Hay una conexión del Génesis con el futuro apocalíptico, Remedios la bella hija de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad emana una intensa capacidad de seducción, el coronel Buendía, cree que a pesar de todo esto, es la única no loca, que asciende a los cielos, vista por Úrsula ya ciega, recordando el dogma mariano.
No es el pasado que perdimos sino el principio del futuro. En García hay signos prodrómicos: Remedios al ascender, el viento irreparable, los milagros a la vista, la vuelta de Úrsula a los cinco meses, Santa Sofía de la Piedad con el aturdimiento y los fenómenos predictores de futuro, proyectan ese aire de la cultura semítica. García Márquez escribió con el Texto Sagrado en frente suyo.

Bibliografía a solicitud.
Biblia de Jerusalem
García Márquez: "Cien años de soledad" 

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