May 15, 2008

140 - PADRE NUESTRO

ABUNA DI BISHEMAYA
Padre nuestro que estás en el cielo,
ITQADDASH SHEMAK
santificado sea tu nombre,
TETE MALKUTAK
venga a nosotros tu reino,
TIT'ABED RE'UTAK
hágase tu voluntad
KEDI BI SHEMAYA KAN BA AR'A
en la tierra como en el cielo.
LAJMANA HAB LANA SEKOM YOM BEYOMA
Danos hoy nuestro pan de cada día,
U SHEBOK LANA JOBEINA
perdona nuestras ofensas,
KEDI AF ANAJNA SHEBAKNA LEJEIBINA
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
WEAL TA'ALNA LENISION
no nos dejes caer en la tentación
ELA PESHINA MIN BISHA
y líbranos del mal.
Estas palabras en arameo, nos revelan el modelo de oración que Jesús enseñó a sus discípulos y heredamos del legado apostólico, desconocemos la exactitud del original pero quizá es una aproximación.
¿Cuántas veces hemos recitado el Padre Nuestro en nuestra vida?
No lo sabemos pues se nos ha convertido en rutina.
Es el momento de recitarlo pausadamente palabra por palabra, saboreando todo su contenido y aceptando todo el compromiso que él entraña, es oración que lleva consigo la alabanza, la acción de gracias y la petición de perdón.
Qué mejor que recitarla con comunidad, con afecto filial sin perder el fin de ser solidarios con quienes no tienen pan en este mundo y perdonar a alguien en concreto.
Mateo narra el Padre Nuestro dentro del Sermón del monte como punto culminante.
El primer discurso de Jesús es inaugural donde se proclaman las exigencias del discípulo para entrar al Reino y se presentan tres actitudes básicas del cristiano.
a- LIMOSNA Mt:6,2-4 el hermano, la dimensión comunitaria.
b- ORACION Mt:6,5-15 el entrar en diálogo con Dios Padre.
c- AYUNO Mt:6,16-18 dimensión personal, necesidad de purificación.
Lucas ofrece otra versión en un contexto de exhortación a la oración, más corta con detalles propios.
Son dos maneras de recibir las palabras de Jesús de dos comunidades cristianas distintas.
La lengua hebrea no tiene palabra exacta para la limosna (passim), pero a lo largo del Antiguo Testamento hay una actitud clara de solidaridad con los pobres y con los necesitados, como nos testimonia el libro de Tobías y el Ben Sirac.
El Nuevo Testamento por su parte lo manifiesta en Lc:19,8; Hch:3,1-6 y se observa de dos maneras: la de los hipócritas o fariseos según la manera de referirse Cristo al farsante quien en la vida real actúa de manera distinta de lo que afirma su pensamiento Mt:15,7; 22,18; 23,2-3.13 llegando a adquirir un carácter impío y perverso (Tob) Mt:7,5; 24,51; Lc:13,15.
La otra forma es la del cristiano cuya verdadera limosna es secreta y tiene por testigo al Padre que valora el corazón.
Toda ostentación, todo renombre humano, toda búsqueda de publicidad va en contra del Evangelio.
Limosna es toda manera de compartir la vida con el hermano, incluso el dar la vida por él, la necesaria dimensión comunitaria (koinonía) de la vida pedida al seguidor de Jesucristo.
Ayuno, era práctica conocida en el mundo judío de la época, manera de entrar en la humildad que sigue a al pecado (Lv:16 fiesta de la expiación)
Los profetas llamaban a la persona y a la comunidad en los momentos de necesidad de conversión Joel 2,12-17; pero hubo el riesgo de desviar el sentido de penitencia purificadora y hacer ostentación de vanidades humanas, Is:58,1-12; Lc:4,1-13.
Cristo asumió él mismo tomar esa actitud, no de penitencia sino de preparación para la misión recibida del Padre, llenando el vacío de Espíritu Mt:1,4-11; Lc:4,1-13.
La iglesia primitiva optó dicha actitud como parte de su expresión religiosa Hch:13,2-3; 14,23-ss.
Oración, la Biblia no hace una teoría de ésta, sólo muestra un pueblo orante como lo representan importantes personajes, Abraham, Moisés, David, Salomón o Jeremías. Los Salmos son un compendio de oraciones donde se puede identificar el hombre de todos los tiempos.
El Nuevo Testamento describe a los orantes, Jesús, María, Zacarías, los pobres pidiendo salvación y la iglesia primitiva al iniciar su caminar con una oración prolongada en espera del Espíritu Hch:1,12-14; 2,42.
Pablo da a la oración una dimensión apostólica, de absoluta necesidad en la misión de la Iglesia.
Padre nuestro, está en plural de la primera persona y da al Padre un carácter comunitario, haciendo que el cristiano no esté nunca solo porque siempre está en Cristo orante, en la iglesia que ora.
La invocación al Padre era familiar al judío que justamente se dirigía a Dios en las oraciones, como la Shimone Ezre que Jesús recitaba a diario “Haznos volver a la Torah, Padre nuestro” En un doble juego, Jesús acerca a Dios al hombre llamándole Padre, e incluso “Abba” papito, propio del lenguaje coloquial de la época, nombre cariñoso que el hijo daba a su papá Mc:14,36; Ro:8,15; Ga:4,6. Oran al Dios celeste, el de los cielos, no para situarlo en un lugar sino para confesar su poder creador que domina todo cuanto existe.
Esta oración contiene siete peticiones, las tres primeras son acciones divinas (en griego aoristos pasivos cuyo sujeto es Dios mismo) que tiene por fin la venida del Reino. Las últimas son peticiones originadas en las necesidades del orante.
1-Santificado sea tu nombre” algunas traducciones “Hazte conocer como Dios” o “Aprestigia tu nombre” es la palabra que en lenguaje semita se refiere al ser mismo de las cosas, es la persona. Dios mismo glorifica su nombre, Jn:12,28, el hombre debe reconocer y adorar la gloria de Dios.
La conducta humana no le añade nada a la gloria de sus ser Jo:35,5-7.
2-Venga a nosotros tu Reino” o “Haz venir tu Reino” cuyo sentido es conexo con la anterior.
¿Cómo santifica Dios su nombre?
Haciendo que su Reino entre definitivamente en la historia del hombre.
El Reino es la intervención histórica de Dios para salvar el hombre.
Pone en marcha el Reino a partir de su palabra eficaz y poderosa mediante acciones salvadoras (milagros) con su pasión, muerte y resurrección.
En Cristo llegó el momento culminante y decisivo del Reino
3-Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo
¿Quién es el sujeto que realiza la acción?
La oración de Jesús en Getsemaní precisa esa voluntad Mt:26,42; Lc:22,42 Cristo desde el comienzo se alimentó de esa voluntad y pide que Dios la realice en él, para eso se entrega decidido en la pasión, muerte y resurrección.
4-En la tierra como en el cielo” se pide que se realice en la tierra lo que los santos ya han realizado en el cielo pues no se trata de dos escenarios distintos.
5- "Danos hoy nuestro pan de cada día” o “Danos hoy el pan que necesitamos” hay aquí una dificultad escatológica, pues podría referirse a lo cotidiano con un lejano recuerdo del maná que se utilizaba para el presente ya que al otro día no servía, tampoco era para mañana porque esto contraría el pensamiento de Jesús preocupado sólo por el presente. Una antigua interpretación lo identifica con la Eucaristía y con la Palabra.
6-El perdón” desde la colectividad hay conflicto para el discípulo que llamado por Dios debe integrarse a la comunidad, la Iglesia. Debe estar abierto al perdón como predica Jesús en la parábola de los deudores Mt:18,23-35.
Cuando se es deudor se está en relación enojosa con alguien.
7-No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal
Llegando a la meditación, decir a Dios Padre-papá-papito con la confianza del niño, dejemos que este título se exprese en lo más hondo de nuestra oración a El.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem
Torres Fajardo Álvaro: El Padre Nuestro

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