Jul 1, 2008

148- - LAS COMIDAS SAGRADAS

Profundizar en el sentido religioso del comer es profundizar en el sentido real de la Eucaristía, como un acto humano (antropología cultural) cuyo fin es sellar la unión del grupo o fratía.
Comer juntos indica: fiesta, romería, peregrinación, comensalidad, convivialidad en que todos están contagiados de alegría y de afecto, aparece un intercambio de la confianza y se derrumba todo muro de distanciamiento.
Cuando se estudian las comidas y las bebidas sagradas de algunos pueblos en la antigüedad se descubre la presencia de zumo de yerbas o plantas con azúcar, miel o néctar, es así como en la India se usa el Soma, en Irán el Haoma y en Grecia la Ambrosía.
a- El dios se consideraba como “Comensal del banquete”, la clase sacerdotal entre el dios y hombre-mujer, entregaba una parte del alimento a la comunidad y la otra era consumida por la agrupación hierofágica (CONVIVIUM)
b- El dios es “Sustancia del banquete místico” la comunidad es teofágica (COMUNION) En la historia de las religiones existe una cantera de ritos antiguos conocidos:

CULTO AZTECA veneración a Chicomecoatl (maíz) el alimento convertido en carne, sin él no existiera y moriría el hombre.
CULTO MAYA la víctima era cubierta, vestida y adornada como un dios para ser sacrificada como un dios encarnado, abriéndole el pecho y sacándole el corazón para comer su carne y beber su sangre humana mezclada con panes. Era conocido este ritual como Teoqualo o manducación del dios.
CULTO INDIGENA NORTEAMERICANO adoraban el cactus gigante sin espinas, incorporándole el Peyote (narcótico) como los cristianos al recibir el pan y el vino sacramentales.
CULTO ESQUIMAL veneración a Sedna, señora de los animales del mar (nerrivik) hombre o mujer que lo ingiere. Fue parcialmente descuartizada, su padre le cortó los dedos y el alimento es el sacrificio de un ser divino.
CULTO CEILANDES veneran a Hainuwele, de cuyo cuerpo descuartizado brotaron los tubérculos.
CULTO JAPONES o Anuies, creen que el oso es un ancestro o antepasado y festejan la casa del oseno vivo que en procesión es sacrificado para luego ser comida su carne cocida, por todos los asistentes.
CULTO EGIPCIO había manjares que comían espiritualmente los dioses y luego sólo los sacerdotes. En otras ocasiones el pan era alimento de los difuntos. Los vegetales eran proporcionados por Osiris. La cebada pisoteada por Seth, su hermano, quien lo había descuartizado, es la semilla que brota originando la resurrección de Osiris. En la base su estatua tenía cinco signos “anch” y diez cetros. El dios muerto vuelve a resucitar bajo la forma de semilla que brota transmitiendo la vida y la salud de vivos y de muertos.
CULTO DIONISIACO danzaban y despedazaban un macho cabrío y lo comían crudo, llamándolo Melanaigis (o piel de cabra negra) aquí la comunidad es teofágica participando mediante una relación consustancial.
CULTO PERSA veneraban a Mitra (el sol) sacrificaban al toro originario del cual brotaba de su espinazo el trigo y de su sangre la vid. Era el banquete de la vida y de la muerte, se acompañaba de agua con miel y vino para simbolizar el último banquete que Mitra celebró con Helios antes de su ascensión al cielo.
Era una unión con el dios.
CULTOS DE SIRIA Y ROMA en las religiones mistéricas, en el Atagartis, comían un pez prohibido asumiendo la ingestión de carne de la diosa.
En Hierápolis de Frigia por el s. II, el obispo Abercio anotó Ichthus como significación del sagrado banquete sacrificial del pez que se inscribía en las catacumbas junto con el pan y el vino, símbolos eucarísticos.
CULTO EFESINO a Demeter, la diosa de la tierra y de la vegetación y a Core su hija, la muchacha del trigo, eran esenciales para la bebida sacramental de Kykeon, una cocción de cebada y la mostación de la espiga.
En estas circunstancias los ritos de origen agrario se les potenciaba como misterio o signos del más allá.
EL ANTIGUO TESTAMENTO el libro sagrado religioso recoge tradiciones de otras culturas, extrañas para nuestro pensar.
El “homo simbólicus” en contacto con la naturaleza, con sentido profundo descubre la constelación de signos que le ponen en comunión con lo trascendente, en concierto como una unidad entre el cielo y la tierra.
Así puede rebasar el nivel del “sólo consumir” y sentir la manifestación del TODO UNIVERSAL en que el humano se siente integrado. Con este variopinto lenguaje se expresa el sentido religioso de la comida y de la bebida, a través de la historia humana como profundidad ancestral, semejante a rozar el Misterio Eucarístico.
En el rito la comunión sagrada, deseaba incorporarse al ser divino para acontecer una sola cosa con él.
El origen de la costumbre teofágica del cristianismo de comer hostias en la eucaristía (es decir, el cuerpo del Cristo-Dios) estriba en la ingesta del grano, al que los pueblos antiguos de Europa consideraban representación del espíritu divino.

Al término de las cosechas daban forma humana al pan dotándole de carácter sacramental ya que lo que decían comer es el cuerpo del espíritu de la mies (creen comer el fondo platónico, más que la forma).
Lurker describe todos los procesos ajenos de recolector, correspondientes a moler, prensar, cocer, fermentar, comer y beber como el engranaje ininterrumpido de los fenómenos de transformación.
El grano debe caer y morir para originar la espiga, si no es trillado y triturado no habrá harina.
Cuando partimos el pan lo masticamos, lo deglutimos y recibimos la energía vital que necesitamos y que él nos proporciona.
Actualmnte se consideran procesos empíricos y cosas simplemente utilitarias.
En la antigüedad se llamaba comportatio o symposion (comer y beber juntos) hoy cristianamente se denomina comunión–eucaristía, en el Antiguo Testamento la referencia a las comidas mesiánicas se relatan en Is:25,6-ss; 55,1- ss; en el Nuevo Testamento Lc;15,2; Hch:10,41; 11,3 le da ese carácter profundo de comunión.
Así vemos un horizonte ecuménico entre las religiones y la fe cristiana, olvidadas hoy por estos tiempos de prejuicio antirreligioso tanto católico como protestante.
El teólogo debe vivir junto con la comunidad cristiana desde la hondura religiosa- ecuménica, la eucaristía, realidad ecológico-naturalística de la comida y de la bebida, las que le acercan a la tierra, a los frutos del campo y del trabajo humano.
Hay que recuperar el ágape (amor divino que cuida) para superar esos falsos espiritualismos en que caen nuestras celebraciones eucarísticas hoy día.
Biblografía

Biblia de Jerusalem

López Julián: El sentido antropológico del comer

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