Nov 2, 2013

240 – MARIA DE NAZARETH Y SUS PADRES

Bajo el poder del Imperio Romano a finales del siglo I a.C. había nacido una niña en el norte de Israel, posiblemente en Nazareth cerca de la ciudad de Séforis ciudad destruida por Roma hacia el año 4 a.C. por las tropas de Quintilio Varo.
Esta región de la baja Galilea en medio de su encanto paisajístico, en una llanura fértil rodeada de sierras bajas en torno a un cerro  se levantaba la ciudad de Séforis 5 km de la anterior población.
Las gentes piadosas deseaban que viniera una Salvador político y militar para liberarse de la opresión imperial. Por lo menos todos los vecinos de la región pensaban que el nacimiento de un vástago varón significaría más honra a las familias.
Seguramente al nacimiento bañaron a la recién nacida y como era una niña no hubo que esperar los ocho días para la ceremonia de circuncisión. Le llamaron María (posiblemente Myriam) nombre muy popular entre la población sencilla, aunque no conocían bien su significado y además no causaba indagación sobre su sentido, su nombre fue frecuente en la esfera familiar y social del rey Herodes el Grande.
La Sagrada Escritura en sólo diecisiete renglones neotestamentarios sobre María, no dice nada al respecto de su vida, dejando fallida esa respuesta. No se consigna el nombre de los padres, así las gentes virtuosas trataran posteriormente de llenar este espacio con leyendas y tradiciones, recargando y adornando dichos recuerdos para entretejer una corona de milagros al padre, a la madre y a la niña que iba desarrollándose.
Dios no creó a María directamente del barro de la tierra, es cierto que es hija de familia honrada, aunque nadie puede asegurar que los nombres de sus padres fueron Joaquín y Ana.
  ninguna fuente bíblica o histórica documenta el lugar preciso donde nació María. Al respecto existen varias interpretaciones:
1- Por ser María descendiente de David y basándose, sobre todo, en el opúsculo De nativitate Sanctae Mariae, incluido a continuación de las obras de San Jerónimo, algunos sitúan en Belén el lugar natal de la Virgen.
2- Otros lo ubican en Séforis, la reconstruida Diocaesarea romana, población donde residía Herodes Antipas. Bajo el reinado de Constantino I el Grande se erigió allí una iglesia, según mención de San Epifanio para conmemorar en dicho enclave la casa de Joaquín y Ana.
3- Una antigua tradición oral recogida en escritos apócrifos durante las primeras centurias de nuestra era sobre el emplazamiento de la casa natal de María, cerca de la Puerta y la Piscina Probática o de las ovejas, ha sido la más generalizada y probable que María nació en Jerusalem, en concordancia con ciertos testimonios entre los años 400 y 600 y con los alegatos de San Sofronio y San Juan Damasceno. Esta parece confirmar los recientes hallazgos arqueológicos de la Piscina Probática o de las ovejas al hallarse junto a una basílica dedicada a María, lo cual estaría relacionado con la festividad del  nacimiento de María y en estrecho vínculo con el actual Santuario de Santa Ana.
Concluido el Concilio de Éfeso junio-julio de 431 y bajo la influencia de los apócrifos, el culto a la Madre de Dios se intensificó de modo notable, especialmente en Siria.
Desde el año 16 a.C. en época del reinado de Herodes el Grande de origen idumeo, con el apoyo del Imperio romano, en Jerusalem se ventilaban fuertes predicciones sobre el nacimiento de un rey mesías lo cual le aterraba.
En Jerusalem toda la población espera  la venida del Salvador de los judíos y ante esta manifestación las autoridades religiosas recuerdan al populacho, que “los hijos de Israel han sido escogidos por Dios como su pueblo elegido y que no aceptarían la humillación de tener otro Salvador” 
Más el pueblo replica: ¿Cómo guardar silencio en el adviento de nuestro Salvador, cuando pondrá fin a nuestro dolor y miseria?
Pero tanto unos como otros durante muchos años han orado y pedido la venida del Mesías, un personaje militar y político a la imagen de David, que liberara a Israel del opresor imperio y deseando estar en el tiempo de su llegada.
Los sacerdotes del Templo creían ser los primeros en descubrir las señales según las Escrituras.
Mientras tanto al norte en Galilea el honorable Joaquín recibe la noticia de que su añosa esposa ha dado a luz una niña primogénita, motivo de vergüenza para cualquier familia judía. Herodes en su hedonismo, egoísmo y delirio de persecución ha tomado medidas drásticas para conservar su poder, piensa  “Quien sería rey de los judíos habría de quitarme el trono
Ana la madre escoge su nombre, le llamará “María” y la ofrece alabando al Altísimo y diciendo:
"El bebé que prometí ofrecerte es una niña. Ti mismo sabes cuánto la amo, pero sigo fiel a mi promesa, la gente nos ha aislado en el abandono y no se si los sacerdotes del Templo la podrán aceptar o no"

La niña crece y desde las montañas de Galilea, mira fija y frecuentemente hacia la Ciudad Santa preguntándose si alguna vez podrá servir allá al Señor.

Según las leyes judías, estaba prohibido que las mujeres entrasen al Templo, sin embargo, bajo la tutela del maestro Hillel debió ser aceptada para estudios y servicio en el Templo
Durante este tiempo Ana no vino a visitar a su hija, había muerto, causando gran pena, tristeza a un corazón roto.

Bibliografía a solicitud.

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