Jul 25, 2007

97 - CRISTO Y LA CIENCIA

Ante la necesidad humana de conquistar una fuente continúa de placer no moralista, Jesús quiso interesarse por cambiar la psiquis de las personas y surge la pregunta:
¿Cómo podría alguien proponer un placer pleno y encantador que brote del interior del hombre?
Al decir Jesús “Yo soy el camino la verdad y la vida”, perturbó el pensamiento de los escribas y de los fariseos ante su discurso en primera persona, no dijo que era la verdad académica, sino que “Yo soy la verdad”. Jn:11,25-27
Aquel que nació en un pesebre, en un lugar indigno cuyos primeros visitantes fueron unos animales y una familia humilde, desde niño fue perseguido por Herodes, escapó hacia Egypto, tuvo una inteligencia poco común, que fue admirada a los doce años por los maestros de la ley, aprendiendo y ejerciendo el oficio de artesano y obrero heredado de su padre José, (Tekton = maestro de obra) fue también admirado por muchos y odiado por otros, se mostró como la fuente de la vida, de la eternidad y de la verdad Lc:2,7-16; 2,41-52
Creer o no creer es una cuestión personal, pues sus pensamientos no son objeto de las modernas investigaciones científicas, y sus palabras escapan a la ciencia actual.
Cristo se colocó en una posición que la ciencia jamás podrá alcanzar.
La verdad científica a pesar de buscar afanosamente la verdad real, no alcanzará jamás al ser una verdad temporal la cual cambia de acuerdo a los hallazgos de la investigación.
La verdad teológica es absoluta pues no cambia y no se puede demostrar por la ciencia.
La ciencia a pesar de sus complejos y sofisticados sistemas de investigación tiene que moverse forzosamente desde el comienzo hasta el final bajo el parámetro del tiempo y el discurso de Jesús se desarrolla fuera de este, (el alfa y el omega) desde el principio hasta la eternidad. Apo:21,6
¿Qué puede decir la ciencia respecto a los pensamientos de Cristo sobre la eternidad?
Nada, pues aquella se produce dentro de intervalos de tiempo.
¿Cómo indagar sobre los fenómenos que están más allá de la observación?
No conocemos qué significa fin y menos aún eternidad, son parámetros incomprensibles e intangibles por la inteligencia humana.
No sabemos cómo detener nuestras angustias ni nuestras propias crisis existenciales.
Somos un misterio, el terapeuta hace un diagnóstico del sufrimiento del paciente, más su discurso sobre la angustia no corresponde realmente a la experiencia de la ansiedad de aquel.
Médico y paciente viven en mundos diferentes, por lo que la sola medicina es insuficiente cuando no se trata en forma íntegral al enfermo.
A pesar que el hombre tiene la facultad de construir sus pensamientos, las propuestas de Jesús son atrayentes y van al encuentro de las necesidades de la especie humana.
Jesús libera al hombre de las estrecheces de los preceptos y de las antiguas estructuras religiosas y jurídicas en el Antiguo Testamento (Torah)
Creo que cuando están las cosas cargadas de recuerdos (memoria) nada permanece y desaparece en el universo,
Si la ciencia actual mal interpreta los fenómenos de la vida ¿Cómo puede entender aquellos que trascienden el fin de la existencia?
La ciencia tiene restricciones para investigar los complejos pensamientos de Cristo sobre la eternidad y la superación de los fenómenos de la muerte, estos entran en la esfera de la fe.
La medicina lucha y se interesa por hacer mucho por quien está vivo y no puede hacer nada por quien está muerto, porque surgen estas preguntas:
¿Cómo es posible el trascender el inevitable y dramático caos de la muerte?
¿Cómo es posible reorganizar la identidad de la conciencia después que la memoria se destruye en billones de partículas en la descomposición del cerebro?
¿Cómo es posible tener una existencia en la que no se conciba el envejecimiento?
¿Qué tipo de naturaleza tendría que tener el ser humano para ganar una existencia que se renovaría y se perpetuaría eternamente?
¿Cómo se renovaría la memoria y la construcción del pensamiento en una historia sin fin?
Este cuestionamiento de lo finito sobre lo infinito, de lo temporal sobre lo eterno a pesar de ser tan limitado representa el legítimo derecho muy personal de la expresión del pensamiento humano pues la vida clama por su continuidad.
Jesús en respuesta a estas preguntas, dice “Quien come mi cuerpo y bebe mi sangre vivirá eternamente” Jn:6,53-54
No es la carne y la sangre física, hablaba de una naturaleza eterna para decir qué era él.
El hombre debe ser contemplativo para decir, Señor a veces me cuesta encontrarte presente en aquello que vivo, por eso te pido que Tú me des un corazón sensible y dócil para reconocerte en cada acontecimiento y en cada circunstancia que me corresponda vivir.
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem.
Cury Augusto Jorge : Análisis de la inteligencia de Cristo.
Weisensee Hetter Jesús Antonio: Hechos de los Apóstoles.

1 comment:

Astrolabio-jsa said...

La enseñanza de Jesús nos remite a la inteligencia del corazón, no a la astucia de los cerebros. Dios habita en nosotros y por eso nos hacemos templos y a éste tenemos que cuidar, santificar. Abrazo.

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