Nov 29, 2006

13 - LOS HEBREOS

Conocidos como (hap-shu-su, habirú, ibri o asiáticos) habían vivido en ese país por 430 años, multiplicándose tanto que “fueron esclavizados en la casa de la servidumbre” y su liberación se recordará en el Antiguo Testamento 124 veces.
Estos fueron tomados para la construcción de templos y almacenes en el delta del Nilo, pues las pirámides de Giza habían permanecido desde unos 2000 años antes.
Pero, ¿Se trata del grupo de Moisés o de otros grupos ya establecidos en Canaan?
Moisés es egipcio y su nombre traduce “Hijo de…” el libro menciona las ciudades-almacenes del delta del Nilo: Rammeses y Phi-Piton, posiblemente construidas por la dinastía XIX de los Rammeses hacia el siglo XIII a,C. quienes trabajaron por la expansión de Egipto y habían trasladado la corte de Tebas a la región del Gozen.
Aquellas ciudades se pueden tomar como punto de partida para llegar a Cadesh Barnea donde permanecen unos 38 años (tiempo suficiente de una generación) creando conciencia de un Dios liberador y salvador Yahvé (no pronunciar Jeohova)
Entrar en el desierto supone aislarse de las comodidades para llegar al lugar de encuentro con Dios, es sitio de meditación, de contacto con la naturaleza y con su agresividad y peligros, sólo se puede mirar al cielo de donde Dios protege y nutre a su pueblo, mientras se llega a un lugar seguro, la tierra prometida.
El desplazamiento por el desierto (la vida o la muerte) del pueblo de Israel hacia Canaan o la tierra que mana leche y miel, se interrumpe frente al Monte Sinaí el cual por la tradición es identificado con el Horeb del norte o Montaña de Dios.
La tradición cristiana ha situado esa montaña en el Monte de Moisés o Djebel Mousa a 2615 metros de altura, al sur del Sinaí.
El culmen del Éxodo es la teofanía del Sinaí donde Dios se manifiesta en la zarza ardiente, allí se produce un diálogo entre Dios y Moisés en el que revela su santo nombre YHWH, Yo soy el que Soy, “Eheye’ Asher Eheye”.
Este episodio suscita ambiente litúrgico de elementos sonoros y visuales, en el sonido de las trompetas y la humareda que evocan anticipadamente las liturgias del templo.
El Éxodo desarrolla dos temas principales: la liberación de Egipto, 1:1– 15,21, y la Alianza en el Sinaí, 19,1-40,38; ambos enlazados mediante un tema secundario: la marcha por el desierto, 15 22-18 27. Moisés, que ha recibido la revelación del nombre de Yahvé en el monte de Dios, conduce allá a los israelitas liberados de la servidumbre.
Este es el libro fundacional de Israel el que merece ser leído con dedicación, pues allí se destaca la fe, presenta varios segmentos de tipo legislativo como el decálogo o las diez palabras donde sólo hay nueve mandamientos y el Código de la Alianza.
Es muy probable que los escritores hayan escogido en la tradición el número diez, para que el israelita recordara estos preceptos al observarse los diez dedos de sus dos manos.
La ley se ha escrito en la tierra a través de los tiempos y leerla (las tablas de piedra) significa leer la naturaleza y la historia: cinco relacionadas con Dios y cinco conciernen a las relaciones humanas.
Existen varias narraciones que deben entenderse como teológico- litúrgicas y no sólo como históricas: las plagas, el maná, el paso del Mar Rojo y las fiestas: Pascua o Pesaj, Los panes sin levadura, ácimos o Massot, Pentecostés o Shavout , Tabernáculos o Sucot.
Una serie de disposiciones regula el culto en el desierto.
Biblia de Jerusalén
Itinerario por el Antiguo Testamento Service Biblique Evangile et Vie.
Itinerarios de libros del Antiguo Testamento Luis Alonso Schökel
Los orígenes de Israel Damián Noël

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