Dec 24, 2007

120 - EL CANTAR EN LA BIBLIA

La importancia musical para la religión bíblica esta sustentada en la frecuencia con que este verbo cantar y sus términos derivados, se encuentran a lo largo de su lectura.
En el Antiguo Testamento se encuentra 309 veces y en el Nuevo Testamento 36 veces.
Cuando el hombre establece una relación íntima con Dios o con su próximo, la palabra hablada es insuficiente, es escasa y al despertar ontológicamente los mecanismos de su ser, aparece el cántico.
El ser invita a la creación entera a unirse a su voz para convertirse en un cántico de acción de gracias como nos recuerda el Salmo:57,8-11
! Despiértate alma mía!
¡Despertaré cítara y arpa!
¡Quiero despertar a la aurora!
Te alabaré ante todos los pueblos.
Señor te ensalzaré delante de las naciones.
Porque tu amor es grande hasta los cielos; tu lealtad alcanza las nubes
Después del paso del Mar Rojo se encuentra la primera mención del canto, Israel se ha sentido por fin libre de la esclavitud y de la servidumbre.
Ese don de libertad y de salvación que también Moisés lo había experimentado, es el don de la vida que proviene de la mano de Dios.
La reacción del pueblo involucrado en el acontecimiento fundamental de salvación expresa Ex: 15,1 “Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron ese cántico a Jahvé
Este cántico es utilizado por los cristianos año tras año y lo han incorporado como suyo por lo cual es símbolo nuevo durante la Vigilia Pascual.
La liturgia encuentra su puesto en este lugar histórico, ese acontecimiento salvífico del Mar Rojo fue el fundamento sobre el que se sustentó la alabanza a Dios, tema básico de sus himnos, está renovado para los cristianos en el paso del Mar rojo de sangre y de muerte de Cristo quien bajó a las tinieblas, es un éxodo que se reactualiza constantemente en el Bautismo.
El Bautismo nos introduce en el dinamismo de Jesucristo que descendió al Hades y que salió de el en su Resurrección, y nos toma e introduce en una común-unión nueva.
El paso de libertad al desierto y luego a la tierra prometida no puso fin a sus angustias, Dios se manifestó y acompañó en muchas hazañas a los israelitas quienes volvieron a encontrar el Canto de Moisés que les apartaba del miedo.
Esto puso de manifiesto que Dios no vive en el pasado, sino que se manifiesta en el presente y en el futuro.
Hoy el cristiano seguro de la certeza en la Salvación y en la Resurrección hace un canto nuevo de plenitud diferente al acontecimiento que tuvo lugar en la Resurrección de Cristo.
Hay una teología del canto cultural que en diferentes testimonios se plasma a lo largo y ancho de la Sagrada Escritura.
Desconocemos la puntuación de la música sagrada de Israel, pero en el Libro de los Salmos encontramos una gran fuente de cánticos donde la experiencia israelita convertida en poesía es hecha plegaria y canción ante Dios.
Ese canto contiene tristeza, queja, dolor, recriminación, temor, esperanza, confianza, acción de gracias, alegrías, toda la sinfonía de la vida reflejada en el, al intentar una comunicación con Dios.
En el camino histórico la música encuentra un paralelismo con las imágenes, la iglesia ortodoxa de Oriente se inclina por las corales polifónicas, mientras la de Occidente desarrolla el canto sálmico heredado, alcanzando el gregoriano.
Dos fenómenos ocurren: uno, la libertad del arte genera derechos cada vez más amplios incluso en el culto divino y dos, la música sacra y la profana se entrelazan.
Es llamativo y curioso que luego, las "Misas Parodia" en las que el texto litúrgico se sometía a un tema melódico procedente de la música profana, podría sonar como una canción mundana.
El Concilio de Trento 1545 a 1563 intervino y conciente de la confrontación cultural en curso, elevó a norma, que la palabra fuera la que determinara la música litúrgica.
Hoy tras la revolución y mundialización de la cultura, es necesario entender cómo la inculturación en el ámbito de la música sacra conserve la identidad cristiana y pueda desarrollar la universalización.
Aquella bella colección de canciones de amor humano al asumirse como pieza inspirada e incluirse en el Canon, ocasionó una nueva temática en el Cantar de los Cantares.
La música clásica se ha reducido a una élite casi de especilalistas distanciándose de la música de las masas que recorre un camino completamente diverso en relación a la primera.
La música Pop ya no sustentada por el pueblo en el antiguo sentido de la palabra, se halla subordinada al fenómeno de las megacomunicacciones, inmersa en procesos de producción industrial.
Puede calificarse como un culto a la banalidad.
La música Rock puede decirse que es la expresión de una pasión rudimentaria, que por lo general junto al uso de energizantes y de sustancias psicoactivas ha adquirido dimensiones culturales de gran eco en los festivales.
El rock puede considerarse un "contraculto" frente al culto cristiano.
Esta música parece liberar al hombre a través de la experiencia de masas, de la sacudida del ritmo, del ruido y de los efectos luminosos.
Recordamos a la trinidad satánica en el Apocalipsis de Juan, la bestia, la imagen de Satán y el número, como los últimos enemigos de Dios que hacen su ingreso en la historia como una potencia extraordinaria que hacía ver todo perdido para el Israel de Dios.
La disolusión del sujeto, vivida hoy por nosotros a la vez que afirmamos las formas más radicales de subjetivismo, ha llevado la recostrucción de una forma anárquica de la teoría del arte.
El Apocalipsis al tener una visión horizontal hacia el futuro basada en la fe en Cristo, designa su canto del vencedor, compuesto por el Canto de Moisés, el Canto del Siervo y el Canto del Cordero, síntesis al descubierto en una dimensión nueva del cantar frente a Dios.
La música eclesiástica surge como verdadero don o carisma en que se da una verdadera glosolalia o lengua nueva del Espíritu.
Biblia de Jerusalem.
Ratzinger Josef: El espíritu del icono.

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