El Espíritu empieza a asomarse en sus ojos y reacciona ante la mirada de su Madre que lo contempla.
Se alterna su brillo y se desvanece, como si tratase de asomarse el alma en torno de su morada. Más tarde aprende a sentarse derecho; trata de ponerse de pie, agarrando una silla o un butaco, avanza, se admira y se asusta de sí mismo por su propio atrevimiento.
Hace uno, dos o tres pasos y cae en brazos de la Madre, que lo convida con cariño, y con caricias, al tiempo que trata de descifrar sus primeros sonidos.
En su alma hay capacidad especial para leer el rostro de quienes le rodean.
La fe de la Madre influye inconscientemente en el alma del Niño, que despierta en su lento desarrollo, siempre perseguido por la mirada infatigable de Ella, sobre todos sus movimientos, palpando con sus dedos y jugando con los pies que se balancean.
El rostro de María fue su primer espejo donde aprendió a conocer el mundo que lo rodeó.
El rostro de María fue su primer espejo donde aprendió a conocer el mundo que lo rodeó.
Cada caricia de Ella a su Hijo fue como un acto de adoración.
Para cuando Jesús pudo pronunciar el nombre de Dios, había recogido en su alma todas las enseñanzas de María.
Creció y salieron de su boca las preguntas misteriosas que hacen todos los niños a sus padres y mayores.
Sus relaciones fueron estrechas, aprendiendo lo cotidiano, delante del hornillo de barro, o de la vasija de harina o del manejo del cántaro con agua en un rincón de la casa, para dirigirse a la fuente y volver con él sobre la cabeza situaciones que posiblemente causaron admiración en los vecinos de su barrio.
Era deber de todo matrimonio israelita, el enseñar a rezar a sus hijos, recayendo la obligación sobre el padre.
Era deber de todo matrimonio israelita, el enseñar a rezar a sus hijos, recayendo la obligación sobre el padre.
La Sagrada Familia fue un nuevo modelo de creación humana en Nazareth, pues quien introdujo el contenido de estas formas de oración fue la Virgen en su Hijo.
José y María rezaban el Shemâ Israel “Oye Israel” y Jesús con qué prontitud y fervor repetiría los versículos, “El Señor Nuestro Dios es el único Señor -Debes amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas -Las palabras que hoy te propongo, tienes que conservarlas en tu corazón y enseñarlas a tus hijos -Habla de ellas cuando descanses en casa, cuando vayas de camino, cuando te acuestes y cuando te levantes -Debes ligártelas a tu mano y tenerlas como señal siempre ante tus ojos - Escribirlas sobre el dintel de tu casa. Estas frases más que las escrituras fueron la esencia de su enseñanza, para responder los ataques de los letrados”
Antes de que Jesús supiese de memoria esta oración, había puesto María en sus vestidos, la señal de Hijo de Israel, cosiéndole unas hebras azules con borlas, que el debía llevar como distintivo. Escuchaba con toda atención a José en la tonada de la mañana y de la tarde, como profesión de fe de un Israelita piadoso (Hassidim).
Antes de que Jesús supiese de memoria esta oración, había puesto María en sus vestidos, la señal de Hijo de Israel, cosiéndole unas hebras azules con borlas, que el debía llevar como distintivo. Escuchaba con toda atención a José en la tonada de la mañana y de la tarde, como profesión de fe de un Israelita piadoso (Hassidim).
En el marco de la puerta estaba clavada una caja de madera o Mezuzah, cuya abertura permitía tocar el pergamino, donde estaban escritos algunos fragmentos de los textos sagrados. Así al salir de casa levantaba la mano para tocarlos a manera de agua bendita entre los actuales cristianos piadosos.
Es posible que José con sus brazos alzara al Niño para asir los escritos. Todas las oraciones de la casita de Nazareth sobre la vía Marmión, subían al cielo, con el mayor fervor de la Sagrada Familia.
!Cómo sería este mundo! si los padres se dedicaran a mimar y enseñar a los hijos con este modelo moral, ético y costumbrista para hacer de esta Colombia amada un verdadero paraíso terrenal conectado no con Internet ni celular, sino con la divinidad, con el Dios de Jesús de Nazareth, mediante su Hijo y por acción del Espíritu Santo.
Bibliografía:
Bibliografía:
Biblia de Jerusalem:
González Antolinez S:l cjm: Los orantes del pesebre art 121Rodríguez Garcés C. A: Costumbrismo de la Sagrada Familia
Rodríguez Garcés C. A: ¿Qué sabes sobre el pesebre? artículo 46 de esta página.
Willam Francisco Miguel: Vida de María la madre de Jesús
1 comment:
Que Maria nos ayude a los Padres para fomentar el autentico amor y fidelidad a Cristo en nuestros hijos y que el Espiritu los guie a no rebelarse contra la verdadera fe que le trasmitimos sino que sean dociles a las inspiraciones del Espiritu Santo y alcancen la santidad
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